Inicio » ¿DÓNDE ESTÁ SANTIAGO?

¿DÓNDE ESTÁ SANTIAGO?

Foto: M.A.F.I.A.

Compartir

Una multitud llenó la Plaza de Mayo para exigir, entre silencios y murmullos, la aparición con vida de Santiago Maldonado. Sin lienzos ni distinciones partidarias, con su fotografía como única bandera, se responsabilizó al Estado, al Gobierno Nacional y a las Fuerzas de Seguridad por la desaparición forzada del joven. El documento oficial calificó al hecho de “una gravedad institucional intolerable” para la vida democrática.

Por Mariano Lieutier – Fotos: M.A.F.I.A. – Video: Federico Brocchieri

El cielo se tornó cada vez más opaco a medida que fue cayendo la tarde. La garua y -por momentos- una llovizna espesa empaparon de rocío las cabelleras, las manos, los abrigos y las caras de lxs manifestantes. Una plaza –como el cielo- gris, austera, sobria, sin colores, casi sin bombos ni batucadas. Una plaza sin la fiereza ni la creatividad que a veces suele verse. Una plaza con dolor, introspectiva, que más que bronca expresó preocupación.

“Este no es un hecho aislado. Es un nuevo peldaño de una política represiva que desde 2015 viene llevando a cabo el Gobierno Nacional”, denunció Maluca, de 67 años de edad y psicóloga de profesión. “Antes –agregó comparando la actualidad con el año 1976- el enemigo eran los subversivos, hoy son los negritos, los pobres, los docentes, los mapuches y todos aquellxs que reclamen por sus derechos”.
La multitud ingresó y se instaló en la Plaza de Mayo sin cánticos, sin gritos ni consignas político-partidarias. Los sonidos predominantes fueron el silencio y un murmullo subterráneo que cesó únicamente cuando desde algún rincón nacía un chocar de palmas que se contagiaba y expandía entre los presentes hasta convertirse en un aplauso ensordecedor, igual que cuando se pierde un niño o niña en la playa.
La Plaza de Mayo que exigió la aparición con vida del joven desaparecido luego de un operativo represivo ejecutado por la Gendarmería Nacional, en el departamento de Cushamen, Chubut, no tuvo columnas organizadas, ni estructuras, ni aparatos, ni colectivos, pero de ningún modo fue ajena a la coyuntura política. En el paisaje predominaron los hombres y mujeres de a pie agrupados de a 2,3,4 y hasta 5 personas. En el seno de cada uno de esos grupos se conversó en voz baja y en tono reflexivo sobre las elecciones del próximo domingo y sobre la realidad nacional. En tono de murmullo, como si tratara de un secreto, se escucharon diálogos sobre el “miedo”. Se oyó con bronca la palabra “hambre”. Y se identificó a la “represión” como “única metodología” para la implementación de “políticas de ajuste”. Ese fue el susurro que colmó La Plaza, esas las preocupaciones comunes que no pudo tapar del todo un silencio con olor a lluvia y lágrimas.

https://www.facebook.com/federico.brocchieri/videos/10155814570174208/

“Vengo acá porque la calle es el lugar natural del pueblo y porque a Santiago lo desaparecieron por pensar diferente”, aseguró Bárbara de 17 años de edad, y agregó que un país donde se reprime la protesta social no puede ser considerado como una democracia plena.
La hermana de Luciano Arruga y el hijo de Jorge Julio López compartieron el escenario oficial con la familia de Maldonado. Para Alberto, de 65 años, “la diferencia entre los 3 desaparecidos de la democracia” radica en que antes había “un gobierno al que le dolían esas muertes y ahora, en cambio, tenemos un Poder Ejecutivo que encubre y justifica el accionar represivo acusando de terroristas a los pueblos originarios”.
Cuando la Plaza quedó vacía en el aire todavía flotaba el eco de los dos únicos cánticos comunes a todas y cada una de las gargantas: “Ahora resulta indispensable: aparición con vida y castigo a los culpables” y la firme advertencia de un pueblo que no olvida, no perdona, y no se reconcilia: “¡Cuidado! Como a los nazis les va a pasar, a donde vayan los iremos a buscar”.


Compartir