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MASSA, DE LA SOTA Y LA PROMESA DE UN ESPACIO “DURADERO”


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Los precandidatos presidenciales oficializaron UNA, el espacio donde competirán en las primarias. El cordobés prometió que el frente perdurará.

Por Mailén Fox y Federico Spano

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Soplaba el frío otoño. El viento cruzó el Puente de la Mujer en Puerto Madero y barrió la lluvia como a las hojas, pero solo por un instante. Una tarde-noche gris por fuera, pero llena de color dentro del Hotel Hilton, donde el diputado nacional Sergio Massa anunció junto al gobernador de Córdoba, José Manuel De La Sota, la formación de un nuevo espacio político para disputar los futuras disputas electorales: Unidos por una Nueva Argentina (UNA).
“¿Vos sos periodista? ¿Querés hacer una pregunta?”, encaró el organizador de prensa a las corridas, sobre la hora y sin preferencia. “No hay listas de acreditados, tampoco de medios presentes, venía el que quería venir”, aclaró. América, Télam, Canal 13, Telefé, Canal 7, Canal 26, Clarín e Infobae, entre otros medios, ya tenían sus micrófonos listos. Las cámaras enfocaban la escena desde hacía, al menos, 45 minutos. A esa altura la expectativa y asistencia de los medios era ampliamente mayor que la que generó el bunker de Guillermo Nielsen, candidato del Frente Renovador (FR) en la Ciudad, que no superó las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) y tampoco contó con la presencia de su líder, Sergio Massa.
En el salón aguardaba alrededor de 200 personas, entre periodistas y adherentes del reluciente frente. Se escucharon aplausos desde afuera: llegaron el ex intendente de Tigre y el gobernador de Córdoba. Cada uno se posicionó en su atril y quedaron encuadrados delante de una pantalla que exhibía el nuevo sello. Sentados a la izquierda de los precandidatos presidenciales de UNA, los respectivos equipos técnico-políticos. “Con Sergio venimos trabajando desde hace tiempo, buscando coincidencias, aunando esfuerzos y esta noche estamos conformando un polo de cambio verdadero y duradero de nuestra Nación”, abrió De la Sota.
La lluvia se trasladó al recinto en forma de aplausos. “Venimos a presentar un alternativa al continuismo mediocre y al retroceso disfrazado de novedad”, fustigó en referencia al Frente Para la Victoria (FPV) y al PRO, respectivamente. Los periodistas tomaron prisa para anotar las declaraciones con las que comenzó el cordobés. Eduardo Buzzi, Presidente de la Federación Agraria Argentina, que se enfrentó al ex Jefe de Ministros, Sergio Massa, en el 2008, ahora observaba con atención y asentía ante cada crítica a la gestión nacional actual.
Graciela Camaño, diputada y esposa del sindicalista Luis Barrionuevo; la esposa de Massa; el hijo del ex ministro Roberto Lavagna; y el ex agente de la SIDE durante la última dictadura militar y actual jefe de campaña del FR, Juan José Álvarez, escuchaban atentamente como parte de su equipo técnico y político a un Massa que se dirigía a todos con la mirada apuntando al horizonte, al futuro: “Ojalá que alguna vez podamos olvidarnos que existen en Argentina los peronistas, los radicales y los socialistas para decir juntos que nos pusimos la camiseta de Argentina y empezamos a construir el futuro”.
“Nosotros tenemos la responsabilidad de conducir la Argentina: en la Provincia seguramente Darío (Giustozzi) o Francisco (De Narváez) y otros precandidatos harán un gran papel”, respondía Massa a la pregunta de una periodista de radio Mitre, mientras saludaba con la palma de la mano abierta al colorado que sonreía firme en la primera fila; el mismo que durante la campaña legislativa del 2011, con el “Alica, Alicate”, había acusado a Massa como “el Caballo de Troya de Cristina Kirchner”.
Delante de los atriles de los precandidatos presidenciales de UNA, permanecía abierto el acuerdo que, además de sentar las bases, los comprometía a realizar tres debates nacionales para definir coincidencias y diferencias. Tras firmarlo, se dieron la mano durante 30 segundos para que todos los fotógrafos pudieran congelar el momento y pasar a “la foto del encuentro” junto a sus dos esposas, Malena Galmarini y Adriana Nazario, respectivamente. Ambos insistieron con vehemencia a Roberto Lavagna para que se sumara a la foto. El exministro titubeó, se hizo desear, pero con una sonrisa de oreja a oreja se ubicó junto a Galmarini. Pocos minutos después, se lo vio al economista recoger su abrigo y salir por la puerta principal sin haber respondido preguntas.
Periodistas caratulados como “del gobierno” y “la oposición” se arrimaron a los dos precandidatos, que recibieron los primeros cartuchos sobre el desplante de Adolfo Rodríguez Saá. Días antes, el puntano había definido su ausencia como “una cuestión de marketing” y “un gran error político”.
“Hemos transformado ‘la grieta’ en una ancha avenida por donde transitar hacia el futuro”, aseguró Massa minutos antes. Los medios de alcance nacional optaron primero por las declaraciones de él, luego consiguieron la primicia del gobernador de Córdoba, quien antes de conocer el nombre del medio al que iba a conceder una entrevista consultaba si se trataba de uno “hiperoficialista”. Un periodista de Duro de Domar, fiel a su estilo irónico, le preguntó a De la Sota cómo se atrevía a hablar sobre el futuro si en la alianza que estaban anunciando había funcionarios de la dictadura. El promotor de la “Renovación Peronista durante los ’80” contestó sin dejar de caminar hacia la puerta: “Yo fui torturado en el golpe, ¿sabés lo que te falta, pibe, para hacerme enojar?”, lanzó mientras abandonaba el salón. La misma pregunta incomodó al líder del FR y la respuesta abrió la grieta nuevamente: “¿Vos de qué medio sos? Ah, decile a Gvirtz que no se preocupe. Ah, no, pará, ahora es de Cristóbal López. ¿Quién es tu jefe? ¿Cristóbal López o Diego Gvirtz?”, remató. Y se retiró del salón.


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