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SERÁ UNA PRIMAVERA POBRE


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Los floristas prevén un día de la primavera con un 60% menos de ventas respecto a años anteriores. La pérdida del poder adquisitivo en los salarios y que la fecha caiga un domingo, hace que las 3 millones de personas que ingresan a la capital los días de semana no circulen este 21 de septiembre por la Ciudad.

Por: Ismael Garro y Bryan Venero

Miradas cómplices se triplican, las parejas desfilan bajo el sol, la temperatura es ideal y los colores de la naturaleza brillan como nunca. Sí, está por llegar la primavera, estación en la que mágicamente el humor del porteño cambia radicalmente. Sin embargo, para aquellas personas que viven de vender flores (o comercializar amor dirían algunos), no será la primavera esperada.

Juan Carlos Sequeira, de 62 años, tiene un puesto de flores sobre avenida Corrientes y Medrano, en pleno Abasto. “Si la gente está de mal humor, si hay crisis, nuestro negocio sufre como nunca”, se lamenta Sequeira. La ecuación podría trasladarse para cualquier negocio de cualquier índole, pero los lamentos siguen: “Ésta será una pobre primavera para los floristas. Al caer domingo, a comparación con las primaveras que comienzan los días de semana, las ventas son mucho menores ya que las 3 millones de personas que ingresan normalmente a la Ciudad a trabajar no van a estar”, grafica el florista que ejerce la profesión hace 25 años y fue encargado del Mercado de las Flores cuando éste funcionaba en Almagro.

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“No estamos teniendo un buen año. Fijate que ya va a llegar la primavera y no se ve un repunte en las ventas”, opina Pablo, dueño de Altos Verdes, uno de los tantos locales que se encuentran  en la “Calle de las Flores”, en las intersecciones de Acuña de Figueroa y Sarmiento, en Almagro. “La flor significa pureza, amor. El hecho de regalar un ramo o una sola rosa sigue siendo un acto que dejó, deja y dejará bien parado a cualquier persona. Pero las flores no forman parte de la canasta básica. El Mundial de Fútbol también nos perjudicó en las ventas, la gente salía menos”, se queja Diego, que ya piensa en repuntar las ventas el 19 de octubre, cuando se festeje en Argentina el “Día de las Madres”.

José, encargado de Florece, otro negocio de la “Calle de las Flores”, trabaja hace dos años en el rubro, del cual destaca “hay que pelearla”. Él, como todos los comerciantes de la famosa calle, compra al por mayor flores de todas las índoles y arma los ramos en su negocio. Todo se trae del Mercado de las Flores, galpón que hoy se encuentra en Barracas luego de mudarse de Almagro en el 2002 y pasar sin pena ni gloria por la localidad de Avellaneda. “Al mercado de Barracas las plantas llegan en cantidad de los viveros que se encuentran en Provincia, como el de La Plata, Berisso, Ensenada o Escobar”, informa José, que resalta: “no conviene cerrar los locales de noche ya que los capullos pueden abrirse más rápido; por eso es más barato pagarle a un nochero para que aproveche a cambiar el agua de los floreros. Además siempre hay alguien que se manda alguna macana con su pareja y compra en la madrugada”.

A diferencia de José, Sequeira sospecha mucho de aquellos puestos de flores callejeros que están abiertos las 24 horas: “la Ciudad cambió mucho, no quiero pensar mal de mis colegas, pero a pesar del esfuerzo de de tener el local abierto de noche las ventas no crecen”.

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“Las Rosas son de cuarta”

La producción nacional de rosas, aquella flor que refleja la pasión como ninguna otra, no es demasiado buena, por eso se importan desde Colombia y Ecuador donde las rosas son más altas y tienen pimpollos más grandes y resistentes. “Igualmente las rosas importadas son de cuarta. Nos mandan las que sobran. Las mejores van a Europa”, cuenta el florista Sequeira.

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