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MI CUERPO, MI DECISIÓN


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Desde el obelisco hasta plaza de mayo, fue el camino elegido para que se movilicen quienes luchan por la liberación de Belén, la jóven que se encuentra presa ya que se la culpa de haberse realizado un aborto.

Por Maia Kisz

“Libertad para Belén” fue la consigna que el 12 de agosto movilizó a diversas organizaciones políticas de izquierda e independientes a trasladarse desde el obelisco hasta la plaza de mayo. A las 17, comenzó la concentración de la que participaron niños, niñas, jóvenes y adultos. Una hora más tarde, una bandera sostenida por una persona de cada una de las organizaciones presentes, encabezó la caminata.
Bombos, platillos, bengalas, cantos que pedían por la legalización del aborto y papeles entregados en mano que declaraban que “La libertad de Belén es la de todas”, acompañaron la caminata hasta que todas las organizaciones entraron a la plaza de mayo.

A un costado de la pirámide del centro de esa plaza, había un pequeño escenario con altoparlantes, desde los cuales se escuchó: “Cada noche, cuando me voy a dormir, pienso que yo estoy acá y los que me acusaron, señalaron y condenaron, afuera”, era parte de la carta que escribió Belén desde la Unidad Penitenciaria número 4 de Tucumán. “Sé que habrá marchas por mi. Ojalá sirva para que ninguna otra chica tenga que pasar por lo que estoy viviendo.”
Julia cuenta que hace muchos años también se hizo un aborto, en un lugar privado: “Al principio fue difícil hablarlo, porque parece que hacés algo escondido”.
Por eso hoy, aparte de pedirse la libertad para Belén, se lucha porque no haya ni una presa más por abortos clandestinos, como cuenta Micaela Petrarca, quién milita en el frente juvenil Hagamos lo Imposible.
La actividad, que fue convocada desde la mesa por la liberación de Belén, finalizó con la desconcentración de los partidos. Se fueron, pero quedaron plasmadas en las paredes del camino recorrido claras consignas de lucha, que se sumaron a las huellas dejadas el 3 de junio en la marcha de Ni una menos. En las paredes de los alrededores de la plaza de mayo queda la evidencia de que parte de la sociedad se juntó para pedir que “Liberemos a Belén de la prisión del patriarcado” y expresar que las mujeres no somos “ni sumisas, ni devotas”.


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