Hace 10 años, el periodista Martín Sánchez tuvo un sueño que cualquier guevarista anhelaría: meterse en la cabeza de Ernesto “Che” Guevara y soñar el sueño de su última noche antes de morir, en 1967, hace 50 años.
Hay un espacio dedicado a la memoria de Ernesto “Che” Guevara que existe hace más de veinte años en un mercado de pulgas.
La población de Vallegrande, una pequeña ciudad de Bolivia, convive con el mito de Ernesto Che Guevara y la mercantilización de su muerte.