¿Qué estarías dispuesto hacer por tu hijo?
Parálisis cerebral, trastorno generalizado del desarrollo con espectro autista, epilepsia y esquizofrenia es el diagnostico de Randall, que a sus duros 15 años vivió dependiendo de un gran cóctel de pastillas que en vez de ayudarlo a crecer, retrasaba su avance.
Por Yesica Agüero
“Para nosotros es muy difícil luchar contra la discriminación, no solamente hacia Randall sino hacia el método que utilizo, totalmente anti-convencional, porque Randall teóricamente tendría que estar medicado psiquiátrica y neurológicamente. Socialmente fuimos muy discriminados, ahora con la legalización del aceite, la gente que nos discriminaba ya no nos molesta tanto…”, me dice Andrea, mamá de Randall y mi peluquera.
Para ella esa planta que tanto prohíben, es MÁGICA y está feliz de haber ido contra los pronósticos convencionales y las criticas al ver la sonrisa, la conexión y los abrazos de su hijo.
“Con el cambio de tratamiento logramos cosas sentarnos en una mesa a comer, salir de paseo, ver una película, tener amigos, manejar una tablet, cosas tan cotidianas para la mayoría y tan celebradas para los que nos toca convivir con personas con capacidades diferentes, son logros que a veces no nos atrevemos a soñar y nos llenan el alma cuando las alcanzamos”.
Y así, donde otros siembran prejuicios o cosechan resignaciones, Andrea –junto a su familia- cultiva amor.
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