ENTREVISTAS
Marttein: “En el escenario se genera un espacio de libertad”
El músico explica cómo logró componer la identidad artística de su personaje, su mirada sobre el contexto cultural actual y sus inicios como cantante.
Martín Olveira, de 24 años, mejor conocido como Marttein, es artista y en 2017 le entregó todo al oficio de la música. En 2023, sacó el short film “Marttein, una película argentina”, que se viralizó y desde entonces, ya no forma parte de la escena under local y relata algunas de las experiencias que lo llevaron a constituir la estética y la performance y explica el contexto al cual corresponde su búsqueda de identidad.
—¿Por qué te hiciste más popular en 2023/2024 con “El Rubio”?
—Fue un conjunto de factores, creo que tiene que ver con el contexto social. Por un lado no sé si fue el entorno colectivo lo que cambió, si no la relación de la gente con la situación. Porque toda la música que vengo haciendo también tiene un discurso super potente, político y cultural. Pero bueno, de repente quizás el clima al respecto era otro.
—¿Cómo era el contexto cuando empezaste a hacer música?
—Yo arranqué en la presidencia de Macri y era otra la importancia que se le daba a hablar de estos temas, que quizás en ese momento me molestaba. Ahora la presión por hablar es mucho mayor. Veníamos de muchos años y de un proceso muy largo de una música comercial y super ostentosa: todo era “tengo plata, tengo plata” y muy materialista. Creo que eso se agotó y encima chocó con el ambiente, entonces creo que aparece la necesidad de otro mensaje o de un artista que hable desde una posición más horizontal, como un par.
—¿En qué se distingue este nuevo proceso de tu carrera artística con respecto al inicio en 2017?
—Este momento artístico de mi carrera es de mucha ambición y mucho esfuerzo. De alguna forma, mi máxima para hacer este álbum fue “Si con este disco no logro algo más grande, dejo de hacer música”, teniendo en cuenta que es mi cuarto álbum. Fue la presión que me puse yo y la exigencia que había de parte del público por algo nuevo y que no esté dicho desde ese lugar de superioridad.
—¿Sentís que el protagonista de “Marttein, una película argentina” representa a una parte de la sociedad?
—Mi idea era retratar a los fracasados con ese personaje. Siempre viví corriendo atrás del sueño de la música y terminaba cayendo en un loop de situaciones bastante oscuras y nocturnas que no me gustaban. Quizás el retrato iba más hacia la gente que no le falta ni le sobra y eso funcionó como punto de partida. Por eso también hay tantas referencias de cine rapado, que retrata a la clase media como fue siempre, la más multitudinaria, o al menos esa era la búsqueda política en ese momento: que haya una clase media. Me pareció un lugar piola donde poner el alfiler y pinchar, teniendo en cuenta que en este momento hay gente que piensa que está más cerca de la clase alta que de la baja.
—¿De qué otros artistas tomás inspiración estética y creativa?
—Me inspiré mucho en personajes de películas. Yo vengo con mi propio bagaje, soy fanático de la performance, a Johnny Rotten lo veía desde chiquito, Billy Idol me encanta, Ian Curtis de Joy Division… había mucho hip-hop también. Siempre fui de ver muchos shows en vivo, Brett Anderson, el cantante de Suede, siempre fue una inspiración. Jarvis Cocker, el cantante de Pulp también. Desde el primer show que fue en 2016, fui incorporando cosas y todo eso me formó como artista y como performer también.
—¿Qué significa el escenario para vos?
-Es el lugar donde puedo hacer cualquier cosa. Lo mágico que tienen las artes escénicas es que donde está el escenario se genera un mundo donde hay un montón de posibilidades distintas a las que te da la vida cotidiana.
—¿Qué esperás que la gente identifique cuando se encuentra con tu arte por primera vez?
—Nunca me puse a pensar en eso. Siempre un poco la respuesta es que se encuentren conmigo. Después obviamente componiendo siempre pienso en el otro. Me gusta hacer canciones que le gusten a la gente, me gusta hacer pop. Mi misión es hacer el mejor estribillo. Justo condice que en el pop los estribillos son pegadizos y capaz le gusta a más gente.


