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Hábitat.011: un festival solidario con conciencia ambiental 


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“Es hora de cambiar y crear nuestra propia realidad, nuestro propio destino. Hagamos que suceda” es el lema del evento realizado en San Juan que, desde hace ya tres años, convoca a los jóvenes de la provincia a tomar actitudes amigables para con el medio ambiente y su comunidad. 


Hábitat.011 es “música y comunidad sustentable” al promover “prácticas de reciclaje con el fin de reducir el impacto ambiental”, según explica en su sitio web. Allí también hablan -brevemente- de los objetivos y quienes colaboran en cada uno de los festivales en la provincia de San Juan que se llevan a cabo. Si bien no tiene redes sociales propias ni una campaña de marketing -algo llamativo para la época- cada año es más convocante.

Para profundizar sobre el evento y sus valores se entrevistó a Mauricio Agüero Sitjar, sanjuanino, emprendedor y gestor de este movimiento; quien, junto a su grupo de amigos, se convirtió en pionero de una propuesta que viene a marcar un antes y un después en su provincia. 

-¿Qué los distingue como propuesta de festival? 

-Nosotros proponemos hacer festivales convocantes, que reúnan a una gran cantidad de personas y que haya algo en particular que los motive a ir. En un primer momento utilizábamos la parte artística como punto de partida, es decir, gente a la que la unían los gustos musicales. De a poco eso se fue complejizando y propusimos que, además de los gustos musicales, se unieran a través de ciertos valores. Entender que somos todos iguales, que no hay exclusividades, trabajar sobre el respeto y el no prejuicio.  

Para la sociedad esta propuesta resultaba un poco polémica. Un festival que reunía personas de diferentes capacidades, estratos sociales, religiosos y culturales. En definitiva, el mensaje es: entender que no importa la “carcaza” de cada uno, sino algo más profundo como “tus valores”.

-¿Cómo y cuándo surge la idea de armar un evento con fines ecológicos, de  conciencia ambiental y, a su vez, de ayuda a quienes más lo necesitan?  

-En 2022 con la productora Nasty. Nosotros veníamos proponiendo trabajar con asociaciones de chicos con discapacidad en donde se los incluía colaborando y trabajando en la fiesta, por ejemplo, en la recepción entregando helados, stickers, llaveros, entre otros. Pero también ya habíamos comenzado a aplicar contenedores para separar la basura. Y en mayo del 2023 nos dijimos “bueno, es hora de hacer algo ambiental y generar conciencia”. Así nació Hábitat.011.  

-¿Cuándo se realizó la primera edición? ¿Cumplió con las expectativas que buscaban? 

-En mayo del 2023 fue un Hábitat en donde la gente para ingresar no pagaba entrada pero sí debían ingresar con una o más botellas de plástico. Este evento no cumplió nuestras expectativas, ya que al finalizar la fiesta nos dimos cuenta que el público continuaba tirando  

basura al piso. Nuestro objetivo era que el festival finalizara con un espacio impecable. Pero ya lo vamos a lograr, todo es aprendizaje. 

-Para una provincia como San Juan que no había implementado aún este tipo de  festivales, ¿cómo fue llevarla a cabo? ¿Tuvieron apoyo del público? ¿Qué  problemáticas surgieron en el camino?  

-Tuvimos la ventaja de contar con un público amigo por los festivales que ya previamente convocaban nuestra gente los organizadores de Nasty. En ese sentido, ya teníamos un gran apoyo de quienes resonaban con nuestras fiestas. Como “problemática” puedo hacer referencia al cuestionamiento de algunos sectores que aún piensan que las propuestas de estos festivales tiene un trasfondo oculto. ¿Por qué lo hacen? ¿para  qué? ¿lavan dinero?, son “raros”, entre otros, son solo algunos de los cuestionamientos que surgen. Igualmente no lo vemos como problemática, sino como desafíos.  

-¿Cuáles son los requisitos que las personas deben cumplir para poder ingresar a los festivales?  

-La entrada es libre y gratuita, apto para mayores de 18 años. Se habilitan 4.000 tickets online para el/la que quiera ir y lo puede sacar de manera individual. Al sacar el ticket, cada persona acepta los términos y condiciones del evento, los cuales tienen que ver con el comportamiento y los valores a respetar allí adentro. 

Por ejemplo, es motivo excluyente si alguien tira basura al suelo o provocan disturbios dentro del lugar. Por otro lado, se permite ingresar con tu vaso personal, y en este último festival, la impronta requería llevar un alimento no perecedero y/o materiales y herramientas que sirvan para un taller, en una escuela de Educación Especial ubicada en el departamento Rawson en San Juan.  

-¿Cuál es el siguiente paso?  

-Luego de cada festival se arma un inventario con todo lo recaudado. Eso se traslada a un galpón en donde guardamos todas las donaciones que festival a festival reunimos. En el caso del evento pasado que recaudamos plástico, debimos tercerizar la tarea a una planta recicladora llamada “Bosque Urbano”, una fábrica que cuenta con un novedoso mecanismo de reciclaje utilizando plástico para luego convertirlo en muebles y mobiliario con aspecto madera. Las producciones de esta planta dan vida a mesas, bancos, entre otros, que llegan a los merenderos de la provincia.  

En otros eventos, si los materiales no necesitan otro proceso de producción (como en el caso de las donaciones de herramientas para la Escuela Carolina Tobar García), directamente las trasladamos nosotros mismos hasta el lugar. Coordinamos un día y horario de entrega al lugar seleccionado y lo ejecutamos.  

-¿Cómo hacen la selección de merenderos o lugares donde hay más necesidad de asistencia social?  

-Me llegan muchos mensajes día a día, intento ayudar en la medida que puedo, pero no siempre puedo. Mi pensamiento es: “Lo que tiene que ser, va a ser y va a llegar de una manera muy fluida”. Es muy loco porque nos llegan muchas causas pero como aún no tenemos la infraestructura para hacer la fiesta más seguido, debemos seleccionar los casos. Intentamos también investigar las situaciones que nos llegan, nos reunimos y vemos las posibilidades de accionar.  

-¿Cómo consiguen el apoyo de emprendimientos para sumarse al festival? 

-Todo es autogestivo, a prueba y error. Tratamos de sacar ganancias de la venta de bebidas para así afrontar los gastos. Nos ha sucedido de salir a buscar sponsors y ya nos conocían gracias a la divulgación de los eventos. Esto ha generado en muchas personas el famoso “efecto contagio” y solos se van sumando. Emprendimientos, locales y hasta empresas ofreciendo transporte para colaborar en el traslado de las donaciones a los diferentes lugares.  

-¿Tenés alguna anécdota que recuerdes que te haya marcado? 

-Me pasó al visitar un merendero y repartir juguetes por el Día del Niño. Allí había un nene  de 3 años que, cuando le preguntamos qué juguete quería elegir, nos expresó que en realidad él deseaba un “bastoncito” a lo cual presté atención y me di cuenta que era un chico no vidente. Su bastón se le había roto y lo que más anhelaba era volver a tener uno. Ahí mismo me puse en campaña y en muy poco tiempo el bastón llegó y lo solucionamos. Esa situación, sumada a todo el amor y cariño que se recibe de la gente agradecida, no hay dinero que lo pague.  

-¿Creés que San Juan puede ser una provincia que expanda esta idea al resto del país?  

-Sí, y con convicción. Esta propuesta se va a expandir no solo al resto del país, sino al  mundo entero. 

-¿Alguna reflexión sobre tu desempeño en esta ardua tarea de montar un festival que no solo promueve la solidaridad sino que también ofrece diversión, entretenimiento y conciencia ambiental? 

Me siento muy motivado a seguir haciéndolo, sobre todo por cómo todo fluye. La gente que llega y se suma; cómo se destraban algunas cosas; lo loco de conocer personas en el camino súper agradecidas que, sin conocerte, te aman. Para mí, está bien lo que hago. Quizás para alguien más no, pero por  ahora me siento motivado a continuar en este camino. 


*Estudiante de la carrera de Periodismo y Producción de contenidos a distancia.

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