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“Está todo el mundo negándote”: ser adolescente trans en Argentina

El Gobierno nacional limitó el acceso a los tratamientos hormonales y quirúrgicos para menores de 18.

Créditos: UNA

En febrero de este año, el Presidente de la Nación, Javier Milei, modificó por decreto la Ley 26.743 de Identidad de Género que, entre varias cuestiones, era la primera legislación en el mundo que permite el cambio de nombre e identidad de género bajo estándares de autoidentificación y el derecho a la salud integral. 

Este hecho fue un ataque directo a la comunidad LGBTQ+, pero sobre todo a las personas trans que, según el Censo 2022, representan un 0,4% de población: un total de 196.956 personas en el país que no se identifican con el género asignado al nacer

Martin de 17 años es uno de ellos. Vive en Mar del Plata y asiste a un colegio secundario técnico. Su transición empezó hace ya casi cinco años: realiza un tratamiento hormonal desde mediados de 2022 y llevó a cabo una cirugía de mastectomía en abril de 2023. 

-¿Cuál es tu opinión sobre esta modificación? 

-La capacidad de ser auténticos y expresar libremente la propia identidad es esencial para sentirse libre. No hay mayor derecho que la libertad que ser lo que realmente sentís porque, ¿cómo puede uno ser libre si no es quien es?

-¿Te parece que afecta esta modificación en la salud mental de los adolescentes trans? 

-Las hormonas son importantes para nosotros, hay un montón de estereotipos arraigados a la sociedad y eso afecta a la autoestima. Es muy difícil para un adolescente trans leer esa noticia. 

-¿Sentís que la sociedad en general se vio afectada con este cambio? 

-La sociedad es un poco egoísta y esto es un retroceso. Las opiniones se dividen en dos: los adolescentes trans enojados y, por otro lado, la gran mayoría que apoya el decreto. Estos últimos están y estuvieron en contra de la Ley. Ocultan su transfobia y atacan pero sin que parezca algo directo.

-¿Cómo es un tratamiento de hormonas?

-Comencé con la testosterona antes de cumplir 16 años usando medio sobre de hormonas en gel por aproximadamente seis meses. Después, se puede optar por seguir con el gel o iniciar inyecciones. Las inyecciones se pueden hacer cada mes, pero es más común cada tres o cuatro meses. Hoy en día uso inyecciones.

-¿De qué forma puede afectar al tratamiento no recibir más hormonas?

-Depende de la cantidad de tiempo. En mi caso tengo un balance hormonal bueno, pero la hormonización tiene cambios reversibles e irreversibles. Por ejemplo, mi voz no volverá a ser femenina. Pero es diferente para los chicos que usan gel.

-Este tipo de terapias, ¿son exclusivas de la medicina privada o también podés realizarlas en un centro de salud pública?

-Tanto obras sociales como hospitales públicos y privados están obligados a cubrir el 100% del tratamiento, sea hormonal o quirúrgico. Tal vez pagues la consulta con algún médico si decidís ir con tu doctor o endocrinólogo de cabecera, pero todo el resto no.  

-¿Cómo es una primera consulta médica a la hora de averiguar por un tratamiento de hormonas o una cirugía?

-En la mayoría de los casos se empieza con las hormonas. El especialista debe explicarte el tratamiento, los cambios reversibles e irreversibles, y cómo aplicar las hormonas. También te informan sobre trámites con la obra social y opciones gratuitas. 

Para las cirugías, debes sacar un turno con un cirujano quien te detalla el proceso, el pre y post quirúrgico, los medicamentos y estudios necesarios. 

-¿Cómo es el procedimiento con la obra social y médicos para realizarse la mastectomía?

-Una vez que elegís el cirujano para la mastectomía, comenzás con los trámites. El médico te entrega los requisitos para la obra social, que son muchos, costosos y tardan en aprobarlos. Cuando los aprueban empezás con los prequirúrgicos: mamografía, análisis de sangre y analgésicos.

-A partir del momento en que trancisionaste y le contaste a tus vínculos cercanos, ¿hubo un cambio en la manera cómo te trataba la gente? ¿Alguna vez sufriste discriminación o maltrato?

-Mi mamá lo aceptó pero tardó en cambiar mi nombre o pronombres; lo mismo le pasó a toda mi familia. Yo asisto a una escuela técnica y transicionar en este ambiente, donde hay actitudes machistas, fue difícil. Muchos profesores no me trataban con pronombres masculinos y justificaban su comportamiento con comentarios sobre mi apariencia. Incluso los directivos me seguían tratando en femenino. De por si, la adolescencia ya es complicada y para alguien trans, la discriminación la hace aún más difícil. Está todo el mundo negándote.

Créditos: La Izquierda diario

-Cuando tramitaste el cambio de género en el DNI, ¿de qué manera manejaron esto en los espacios a los que concurrías?

-Al principio, cuando empecé a transicionar, no tenía el DNI y las respuestas de mis profesores al pedir que no me llamaran más por mi nombre anterior eran todas que no. Ahí consulté a una abogada que me dijo que no había ninguna ley que lo prohibiera. Cuando obtuve mi DNI, fui a la escuela para que actualizaran mis datos; pero no fue algo rápido. 

-Llama la atención ver cómo la violencia está cada vez más presente, el retorno de las ideas de la derecha y la libertad que se dan las personas a la hora de discriminar. ¿Cómo vivís esto?

Nunca vi tantos comentarios de odio hacia las personas trans como los hay ahora. Antes existían, pero la gente tenía miedo de opinar por el temor a ser juzgada. Ahora, con la cantidad de violencia pública injustificada que hay en el día a día, se sienten con más derecho a discriminar. 

-Se menciona en la actualidad que hay una “falta de conocimiento cabal” respecto de los efectos a largo plazo de las terapias de hormonización, ¿esto es real? ¿Creés que no se conoce la suficiente información sobre las terapias de hormonas? 

-Es completamente falso y es una manera de excusar el decreto. Buscan justificaciones para ocultar su discriminación y transfobia. Cuando uno llega a un centro médico y habla con un endocrinólogo está obligado a informar sobre los efectos a largo y corto plazo del tratamiento, ya sea de hormonización o cirugía.

-En la modificación de la ley se limitan absolutamente todas las terapias, las arrancadas y las que no, ¿crees que esto lo podrían haber abordado de otra manera? 

-Partimos de la base de que el decreto, en general, me parece una estupidez. De por si, ser adolescente es difícil, ser una persona trans lo es aún más. Durante la adolescencia se descubre la identidad, lo que se quiere ser y hacer, y lo que se siente. Deberían haber modificado el decreto para algo que realmente ayude a los menores en su salud física, psicológica y emocional.

-¿Creés que esta política puede cambiar en un futuro o los adolescentes van a tener que esperar a cumplir la mayoría de edad para poder realizarse tratamientos?

-Espero que la política cambie… pero que se modifique una ley no quita que las personas trans y los tratamientos clandestinos no existan. La necesidad de transicionar y ser quien realmente deseas te pueden llevar a situaciones riesgosas, enfermedades, una mala praxis, uso de sustancias sin conocimiento médico e incluso la muerte.


*Estudiante de la carrera de Periodismo y Producción de contenidos a distancia.

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