Seguinos

GÉNEROS

Victoria Heredia: “No renuncio a ser yo”

El proceso de una transición en un entorno cargado de estigmas, discriminación; pero también con sueños por cumplir.

“Nunca dudé, siempre sentí que era mujer. Mi duda era cómo iba a poder vivir siendo quien soy, no sobre quién era”, comparte. A través de la actuación, la escenografía y la confección de trajes para drag queens encontró su pasión y felicidad. Victoria Luz Heredia comparte sobre cómo fue el proceso de encontrar su identidad.

-¿Qué cosas te hacen feliz? 

-Mi sueño es ser actriz. A los 9 descubrí mi veta artística ya que fui parte de una publicidad grabada en la puerta de mi casa. Trabajé en Rebelde Way con Cris Morena, y el año pasado grabé un corto con Lali Espósito. Amo el arte en todas sus formas. 

Trabaje además con chicas drag queen en la confección de sus trajes, en los armados de sus espectáculos, y en la puesta en escena para hacer obras de teatro. Y eso también lo amo. Incluso me apasiona y me emociona más que el estar en escena. 

Me emociona cuando veo una estructura que armamos y que estuvimos seis meses preparando y de repente veo que la gente aplaude y disfruta del trabajo que hicimos con el equipo, son cosas que me llenan el alma. 

-¿Cómo fue tu infancia?

-Mi infancia fue muy solitaria, yendo del colegio a casa y viceversa. Esto lo hacían para resguardarme y esconderme, mi familia también recibió discriminación. 

Yo siempre sentí que quería ser mujer y no lo podía disimular, aunque muchas veces fingí para poder encajar y si lo hacía terminaba sufriendo, pero prefiero sufrir por discriminación a sufrir por dejar de ser yo misma.

Mi mamá siempre me decía que luego de que cumpliera los 18 años iba a poder decidir qué ser y cómo vestir. Recuerdo que en mi comunión yo quería el vestido que usaban las nenas y no el traje que me pusieron.

-¿Y cómo viviste tu sexualidad en la adolescencia?

-Mi primera experiencia fue a los 16 años, forzada y sin placer, para “no quedar fuera” de mi grupo de amigos. La segunda vez fue con un hombre que me paró en la calle y me ofreció dinero, lo que me llevó a ver el sexo como una industria más que como una experiencia personal, influenciada por mi precaria situación económica.

-¿Cuándo empezaste a dudar de tu identidad de género?
-Nunca dudé. Pero si tenía la duda de cómo iba a poder vivir siendo quien soy, más no sobre quién era. Mis compañeros me trataban con artículos femeninos, me decían “La Juanse” no me sentía discriminada por ellos. 

Yo sabía que era “Viki”, pero el mundo me obligaba a ser Juan Sebastián. La aceptación plena llegó cuando decidí irme de casa: primero a Santiago del Estero y luego regresé a Buenos Aires. Conseguí mi independencia económica y empecé mi transición. 

-¿Cómo fue ese proceso de aceptación?
-Fue un proceso difícil, tomé mis propias decisiones y no permití que otros decidieran por mí. Lo viví en soledad. Los estereotipos para ser trans eran muy marcados: ser voluptuosa, exuberante, sexy y prácticamente vivir de la prostitución. Yo quería todo lo contrario, pasar desapercibida. Me costó muchísimo. 

El rechazo venía tanto de la sociedad como de la misma comunidad trans. Sufrí discriminación, viví en la prostitución, pasé por adicciones y por la trata de personas. Siempre supe que mi identidad iba más allá de lo estético, iba en lo que sentía, en cómo me veía frente al espejo. 

Reivindico mi derecho a ser yo misma pero fue un proceso de supervivencia, de ir rompiendo cada barrera, cada estigma, hasta construir mi propia identidad.

-¿Tuviste miedo? ¿Contaste con alguna red de apoyo?
-Tuve y lo sigo teniendo, salgo a la calle con un gas pimienta por temor a que me ataquen por la persecución y las campañas de odio; y sí, dudé, es más hasta el día de hoy dudo por cómo está el contexto, pero no renuncio a ser yo.

En mi proceso de transición estuve sola, pero conocí muchas compañeras de las cuales aprendí como Lohana Berkins, Claudia Pia Badaracco (impulsadora de la Ley de Identidad de género); y más de grande fui a estudiar al bachillerato Mocha Celis donde me recibí y milito, ahí fue mi apertura más grande donde puedo compartir desde una merienda hasta una charla de historia y eso me hace sentir completa. 

Antes, relacionarme con mis compañeras era únicamente en una zona prostitucional, lo que terminaba aprendiendo de ellas era todo lo relacionado con el trabajo sexual como los términos de alarma, el saber escapar de ciertas situaciones con el cliente. Hoy se los agradezco porque me hicieron una mejor profesional. 

Lohana Berkins. Créditos: La Poderosa

-¿Cómo es tu día a día tanto en lo personal como en lo laboral?
-Soy una persona tranquila que no le gusta sobresalir, lejos de los problemas ya que si gritamos “somos locas”; si nos mostramos vulnerables “me lo busqué”; y nos ponen ciertas etiquetas por “nuestra forma de ser”. 

Hoy en día tengo un trabajo en blanco que pensé que me iba a sacar de la prostitución, pero no fue así ya que no me alcanza para sobrevivir y tengo que acudir nuevamente al trabajo sexual aunque ahora lo llevo de una forma más profesional haciendo servicios más completos como de masajes, de depilación y estética masculina en general.

La verdad, al principio, me frustré mucho porque pensé que iba a ganar bien y que iba poder mantenerme solo con eso y ocuparme de mi vida, mis deseos, mis fantasías y mi sexualidad que siempre postergué.

-¿Qué te ayuda en los momentos difíciles?

-Mis santos. Soy una persona muy religiosa. Me bauticé en el umbandismo a los 16 años. Es la única religión que nos acepta, nos consideran bendecidas por tener el don de la dualidad, casi diosas por ser capaces de ser hombres en la intimidad y mujeres para el afuera. 

Ellos son los que me sostienen, me cuidaron, me siguen cuidando y me unen a otras compañeras fuera del ámbito laboral.

Celebración umbanda en la Ribera de Quilmes. Créditos: Diario EL SOL.

-¿Qué te gustaría lograr en términos de activismo?

-Allanar un poco el camino para el futuro. Seguir para adelante con los cambios para las personas que se sienten como yo y tienen que ocultarlo. El solo hecho de vivir y ocupar espacios hace que se allanen caminos. 

Me gustaría que nadie pase por lo que yo pasé. Ir a votar a una mesa de varones, eso ya no puede volver a pasar. Estamos en un momento en que se está buscando desestimar la Ley de Identidad de género. 

Este gobierno nos quiere sacar todo y va por todo tipo de derechos. Mi objetivo de hoy es mantener nuestros derechos y seguir logrando cosas a través de la militancia. 

-¿Qué mensaje te gustaría dejarle a quienes están conociendo tu historia?

-Concientizar que existimos, que vamos a seguir existiendo y vamos a seguir pidiendo más derechos porque todavía falta un montón. Que tengan en cuenta que quizás en su familia también hay alguien que se sienta distinto, no específicamente una travesti, pero por ahí diferente. Y está bueno poder hablar de cómo nos sentimos, nos vemos y nos proyectamos al mundo. Empatizar porque es muy feo vivir en un closet, en una cárcel imaginaria. Que busquen identificarse con el otro, que siempre hay algo que nos une.


*Estudiante de la carrera de Periodismo y Producción de contenidos a distancia.

Además en ETER DIGITAL:

UX Writing con empatía de género: más allá de @, e y x

Trabestia: territorio de perfo y lucha  

Seguir leyendo
3 Comentarios

1 Comentario

  1. Avatar

    Esneda

    01/07/2025 at 9:49 pm

    Interesante el contenido bien por Victoria que salió del closet sin importar lo que la sociedad hablara
    Felicidades al Periodista por su excelente contenido

  2. Avatar

    Analia

    03/07/2025 at 10:37 am

    Me encanto!! Bravo Viky , que todo lo que te propongas se haga realidad!!! Lucas excelente!!Felicitaciones!!

  3. Avatar

    Rita Careri

    03/07/2025 at 12:41 pm

    Me gusto mucho la nota.
    Conocer la realidad de personas trans, es importante para entender sus reclamos.
    Exitos Vicky para el futuro!
    Gracias por compartir!

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Más notas sobre GÉNEROS

GÉNEROS

UX Writing con empatía de género: más allá de @, e y x

Seguir leyendo

GÉNEROS

“Que no aparezcan más mujeres y niñas muertas en una esquina”

Seguir leyendo

GÉNEROS

La lucha no se jubila ni se fragmenta

Seguir leyendo

ETERDigital