Fotoperiodismo está a cargo de Caro Pierri, fotógrafa y docente que acompañó a nuestros alumnos en su proceso de búsqueda. Estos álbumes son producto del compromiso conjunto de Club de seminarios durante el segundo cuatrimestre de 2015.
“Lo perfectamente imperfecto”, por Camila Luis
Te preparas cada mañana y hace años que venís haciendo lo mismo. Desde chica tu mamá te peina con un rodete perfecto, de esos que parecen pegados al resto del pelo. Salís cuando todavía no amaneció y volvés a tu casa cuando el sol está cayendo. Vivís y respiras para bailar. No hay nada que ames más que liberarte, expresarte, sentir que tu cuerpo baila al ritmo de la música.
Llegás al estudio media hora antes para calentar, estirar bien tus músculos. Te vendás los pies llenos de cayos y respirás hondo frente al dolor de tu cuerpo que empieza a entrar en calor. Te mirás al espejo, notás que bajaste un poco de peso y que los brazos están mas duros. Buscas tus ojos. Y te quedas así, sostenida en la barra, clavándote la mirada a vos misma, como acusándote de tus imperfecciones, corrigiéndote la postura. Oís la voz de tu profesora que te dice “estirá las puntas, alargá los dedos, cerrá las costillas”. Hay segundos que hasta te olvidás de respirar.
Pero no importa, porque nada de eso se compara al placer de escuchar los aplausos después de cada función, a las lágrimas de alegría que te produce la presentación de fin de año, a saber que no hubieses elegido otra cosa en el mundo que no fuese bailar. Buscás la perfección.
Pero la perfección no existe, más bien sí existe, pero la encontraste hace rato. La encontraste cuando elegiste algo que te apasionaba, cuando decidiste luchar por tus metas sin importar lo que tus viejos te dijesen, la encontraste cuando supiste que bailar era lo que te llenaba el alma. La perfección aflora cada día cuando callás tu mente y tu cuerpo expresa, cuando cerrás los ojos y te dejás llevar, cuando tu mamá llora al verte bailar. La perfección no son tus juanetes o tu arco marcado, no es lo largo de tu cuello ni lo angosto de tu cintura.
Lo bello, ¿que es lo bello? Hermoso es que sepas quién sos y lo muestres al mundo sin temor.
Porque no importa qué tanto te esfuerces, cuánto entrenes, cuánto llores, ni cuantas horas pases sacando ese paso que te da rabia. No importa. Para alguien, en algún lugar, nunca va a ser suficiente. Y algún día el escenario va a estar vacío, tus piernas van a flaquear y tu línea se va a romper. Algún día solo habrá silencio. Y ese día comprenderás que para la única persona que bailaste en todo este tiempo fue para vos misma.
“Arte en movimiento”, por Carolina Sexer
“Cuando bailas puedes disfrutar el lujo de ser tú mismo”-Paulo Coelho.
Viernes frío de mayo. 6.30 p.m, llego a Café Muller para presenciar una “práctica compartida”. Nunca me sentí muy cómoda con el mundo de la danza, no me considero buena bailando ni mucho menos. De todos modos, la danza siempre me pareció una modalidad más que interesante de ver y explorar.
En el salón habría alrededor de quince cuerpos moviéndose al ritmo de la música. A la vez, cada uno en su propio universo . Me encontraba frente a un conjunto de individuos averiguando acerca de sus movimientos. Entiendo que los encuentros no tienen una rutina pautada, la idea principal es promover y celebrar el movimiento a través de las expresiones de sus mismos cuerpos.
Al principio me quedé por un mismo sector, hasta que me fui sintiendo más cómoda y comencé a moverme por todo el espacio. Sólo un chico me dijo que no quería ser fotografiado, lo cual respeté.
Como experiencia para alguien que no es “del palo” puede resultar intimidante, hasta incluso un poco chocante ya que a través de los movimientos y las figuras que se van formando puede haber cierta connotación sexual, pero de alguna manera hay que poder comprender el código y entrar en esa sintonía donde finalmente la idea es promover todo imaginario posible a través del cuerpo.
Jueves 19.00 hs. Llego a un estudio de danza por Villa Crespo para ver una clase de HIP HOP de adolescentes.
Mis primera sensaciones cuando estuve frente al grupo fueron extrañas: una mezcla de melancolía por esos años de plena explosión frente a la vida, y por otro lado: qué difícil aguantar a los adolescentes.
A diferencia de la práctica compartida donde llegue sin saber con que me iba a encontrar, la clase de HIP HOP fue como lo esperaba. Las chicas estaban chochas con que yo estuviera ahí, se arreglaban el pelo constantemente para salir bien en las fotos (aunque no posaran).
Cuando me fui del lugar y vi las fotos, me gustó que en las caras de todos se reflejara lo que yo percibí en la clase: era el momento de brillar, de fama. Bailo y bailo bien, o no, pero pongo todo. Y no me inhibo , no siento temor ni miedo alguno a la exposición.
Actividades liberadoras: Estar en movimiento es estar activo, es movimiento físico y psíquico, es dejar que se liberen tensiones o preocupaciones y conectarse con uno, con otros, es momento de crear, de interactuar, de sentir emociones, de frenar y de alguna manera, porque no, ir construyendo nuestra propia identidad.
“Artistas callejeros”, por Evelyn Schonfeld
Algunos de noche, otros de día, luchan por defender un estilo de vida. Su sueño es vivir libres, regalando arte en algún rincón de nuestra hermosa Buenos Aires, sólo a cambio de un aplauso, una sonrisa o hasta a veces de alguna monedita. Su público transita casi inconsciente y muy pocos se quedan a mirar. Dichosa esa gente que ve más a allá y adora el arte sin importar el lugar, el tiempo y las críticas de la sociedad.
Homenaje a: Alex, Emiliano, Esteban, Claudio, Juan, Ramiro, Valeria, Rodrigo, Eliana, Nahuel, Letelier y a todos esos artistas que permanecen en el anonimato.
“Culturas divergentes”, por Estefanny Rey
Llegar, establecerse, formar parte en otro lugar que no es el propio, ser, ser diferentes, imponerse, quedarse y crear. Vinieron con los suyos desde Asia Oriental, no son Argentinos, pero eligieron Argentina para crecer.
“La sociedad de las cabezas agachadas”, por María Florencia D’Amore
Hoy en día cada vez son mas los que no levantan la vista de su teléfono celular. ¿Hasta dónde ha sido mejor el avance de la tecnología?
Ya casi nadie viaja en colectivo observando el tránsito, la calle, conversando con su amigo sin el celular de por medio.
Las reuniones en las casas son para subir fotos a facebook y conversar con los que no están ahí presentes.
Nadie presta atención a casi nada más que lo que sucede en una pequeña pantalla. ¿Estamos más conectados realmente? ¿Este es el mundo, la sociedad, los amigos y la familia que queremos?
“Amemos a Nuestro Planeta”, por María Isabel Sosa
Seguramente, en varios lugares del mundo, hay personas que cuidan del medio ambiente. Como aquí en General Alvear, provincia de Buenos Aires: un grupo de jóvenes se encarga de hacerlo.
No importando el clima cuando salen a recolectar; haga calor, frío.
Tomando cuidado de la separación de lo que recolectan; ya se que compactan por separado.
Es triste que aún hay personas que no le dan importancia. Si tomaran consciencia, que no es el beneficio para uno solo; ni para los políticos de turno (o para dejarlos mal parados).
Empecemos a percibir cómo está el aire que respiramos. (Sería positivo plantar más árboles, en este caso). Las napas contaminadas. Nuestros Glaciares perdiendo Majestuosidad.
Dejemos a nuestros hijos y nietos, un Planeta lo Más Sano posible. Es el presente más Valioso… “PORQUE HAY COSAS QUE EL DINERO NO COMPRA “.
Porque un día no se podrá respirar, no habrá agua para beber y tal vez ni siquiera se podrá plantar una semilla. Reciclemos.
“El humano hace de este mundo un lugar peor”, por Nareia López Ramírez
Desde que tengo memoria escucho: el mundo es una mierda.
Veo además lugares horribles, llenos de basura, animales abandonados, agua contaminada, hombres discutiendo a los gritos, pintadas agresivas… Pero si hay algo que entendí en estos años es que el mundo es un lugar maravilloso lleno de cosas increíbles. Así que:
El mundo de mierda lo hacés vos.
“Acá estamos, somos los estudiantes”, por Valentina Maccarone
¿Dónde están sino es en las aulas, en sus pupitres en línea recta, en sus iglús adolescentes? ¿Dónde podré encontrar a aquellos que estudian bajo techos rotos, cucarachas en los pisos y un frío que no da tregua? ¿Dónde se encuentra esa sagrada juventud que despierta de sus falsas cegueras y denuncia? ¿Dónde resisten a los maltratos de la educación que los amolda? Mientras un tipo (que nunca piso la educación pública) sentado en su escritorio, recorta, vacía y desnivela lo que debería mejorar. ¿Dónde están esos “pendejos conchudos” (niñitos tomadores de colegio)? ¿Dónde están sino jodiendo en vez de estudiar?
Al que pregunta.
Al que de verdad quiere saber.
Al que en serio se cuestiona nuestra descalificación, le ofrezco mi grito.
¡Acá estamos, somos los estudiantes! Estamos luchando en las calles y en las aulas. Con arte y con gritos. Con organización de señores y la rebeldía propia de nuestros cortos trece o diecisiete años. Destrozando la educación pública, nos dieron la enorme responsabilidad de defenderla, porque es NUESTRA (por un rato, por ahora). Luchamos por mejorar un sistema educativo que sólo nos amparará unos pocos años, y pronto alguien más se formará sobre sus cimientos. Alguien a quien conocemos, alguien a quien no, pero no hay lugar a una sola duda o cuestionamiento: tiene el mismo derecho a instruirse en él, como todos.
“Resistencia Cultural en La Plata”, por Victoria Gómez Iseas
En la ciudad de La Plata se respira cultura. Esta cultura se retroalimenta año a año con los miles de estudiantes que eligen la ciudad de las diagonales como su ciudad universitaria. Pero en este último tiempo, todo lo logrado en estos últimos 12 años, quedo en stop. Se habla de clausura ¡sí, clausura! De a poco van cerrando los lugares en donde la gente se encuentra a debatir ideas, a generar proyectos nuevos, a pensar políticas de inclusión para que todos los argentinos y argentinas queden dentro del sistema. Lugares en donde brota el arte por donde se lo mire y hace feliz por un momento a todos lo que se encuentran a su alrededor. Espacios donde se toma a la cultura como una herramienta política y de transformación social, donde reina la diversidad y permite pensar al ser humano en sí. Lugares donde son formadoras de identidad y de la soberanía de los pueblos en conjunto con la emancipación de La Patria.
Así se encuentra la ciudad más rica en el plano cultural hoy en día. Varios Centros Culturales clausurados tanto como bares que aportan a la difusión de la cultura y otros lugares no clausurados por fajas sino clausurados porque el tarifazo que implemento el gobierno nacional que no les permite mantenerse en pie. Porque clausura no es solamente “la faja” sino que también es no poder sostener un espacio cultural porque el estado ajusta a tal punto que con la autogestión no alcanza.
Este es el escenario que impulsa que los distintos trabajadores de la cultura, sin importar su ideología, se unan para resistir y para dar batalla a este atropello por parte de las nuevas políticas de estado. Estos espacios vuelven a tomar las calles como escenario de batalla, vuelven ocupar los espacios públicos para hacerse más visible ante una sociedad que a veces parece ser que cierran los ojos.
La cultura es un derecho de todos y todas y debe ser garantizado por parte del estado.
“Soberanía alimentaria”, por Leonardo González
La soberanía alimentaria es el derecho de los pueblos a definir sus propias políticas de producción, transformación, comercialización, distribución y consumo de alimentos, garantizando el derecho a la alimentación de toda la población.
En 1996, de manera antidemocrática, se permitió la introducción de la soja transgénica de Monsanto. Sin estudios de impacto ambiental independientes, sin ningún tipo de consulta pública, sin ninguna discusión parlamentaria ni legislación que la avale. El modelo agrícola actual lleva a la emergencia de un problema socioambiental debido a la invasión territorial producida por la imposición del monocultivo de soja transgénica de mano de Monsanto y de un puñado de terratenientes y asociaciones empresariales de siembra. Los impactos de las fumigaciones, el desmonte, el desplazamiento de campesinos, la falta de alimentos, las inundaciones y sequías, las nuevas enfermedades, empiezan a ser moneda corriente en las noticias.
El 60% del suelo argentino cultivable esta sembrado con soja transgénica, la cual no consumimos, sino que es soja de exportación (a Europa, Japón y China), esto roba espacio a otro tipo de plantaciones y obliga a cerrar a las vacas en feedlots, las cuales viven hacinadas y comiendo granos de maíz y soja de descarte.
La soberanía alimentaria se alcanzará mediante un trabajo en muchos frentes, tenerla como consigna es elemental, pero emprenderla en nuestra vida cotidiana es un reto impostergable. Desde marchas contra las multinacionales MONSANTO (creador del agente naranja en la guerra de Vietnam, producto que se sigue usando como herbicida), SYNGENTA, Barrick Gold, hasta tener una huerta en el fondo de tu casa o comprar a productores agroecológicos son sinónimos de lucha contra un modelo agrícola devastador, que genera hambre, desigualdad y enfermedades, y sirve sólo para enriquecer a unos pocos.
“Apático: estás rodeado”, por Macarena Garrone
En Buenos Aires el arte urbano y el graffiti crecieron exponencialmente en el 2001, como respuesta a una realidad cruda. Vinieron a tratar de aportar color y vida a una ciudad bastardeada. Hoy en día, estos salvavidas artísticos nos rodean, aunque elegimos ahogarnos en el gris de la ciudad.
“Pista”, por Diego González
La pista de atletismo de Parque Chacabuco fue inaugurada en el año 1958 y fue, durante muchos años, el escenario atlético más importante de la Capital Federal. Allí entrenaban los deportistas de casi todos los clubes atléticos existentes y sus tribunas reunían 900 personas por noche. A fines de la década del 70 se dispuso el trazado de la actual Autopista 25 de Mayo, dividiendo en dos la pista y el parque. La pista quedó reducida a una media circunferencia con un codo y una recta prácticamente a 90 grados. A pesar de ello, muchos atletas siguieron entrenando allí, fijando de esa forma su permanencia en el espacio atlético. Los entrenamientos resultaban sumamente dificultosos pues había que subir al pasto y luego bajar para retomar la pequeña parte de la pista propiamente dicha. A principios de la década del 90 se cambió el sentido de ubicación de la pista, se le dio un trazado transversal y se la acondicionó precariamente. En los años posteriores la pista siguió deteriorándose, pero continuó siendo utilizada por los deportistas debido a la escasez de instalaciones similares, sobre todo en la zona sur. De allí en más, serían los mismos atletas quienes intentarían ponerla en condiciones decentes y se encargarían de su mantenimiento.
“Extras”, por Patricio Orlando
Sumados, integrados y aparte, conforman el reparto cotidiano de una reiterada puesta en escena. Día tras día el Centro Porteño ofrece situaciones, imágenes dentro y fuera de contexto en un espacio que las sostiene y no tanto. Nómades de identidad autoral, humanizados que transitan y dejan huella.
“Hip hop porteño”, por Andrés Higuera
Una cultura que se mueve y vibra al ritmo del del DJ, del breakdance y del Beatbox. Un aerosol es el pincel que transgrede la realidad. Letras y rimas contra la injusticia. Letras y rimas por un cambio social. Hip Hop no solo es una forma de hacer arte, es una manera de alcanzar la libertad.
“Super chino”, por Iván Belozercovsky
Quién no se ha preguntado cuándo llegaron, de dónde vienen, por qué están acá, cuántos son o quién los trajo. Quién no ha escuchado decir que son una mafia o que están planeando conquistar el mundo de poco… Muchas son las preguntas, muchos los prejuicios, muchas las dudas. Lo que si puedo afirmar es que de Lunes a Domingos de 8 a 22 hs. tengo un lugar donde comprar desde fiambre hasta amuletos de la buena suerte y ellos están ahí para atenderme. Así que si es que están planeando conquistar el mundo, sus reuniones serán en horarios realmente complicados.
“Biblioteca Popular Barrio El Jardín”, por Blas Dios
Por amor, adultas voluntades, construyen esperanzas infantiles.
“Beraza”, por Romina Ameloti
Te tomás el tren en Constitución y a 40 minutos de la gran urbe esta Berazategui, donde todavía los árboles son más altos que las casas y la mayoría de las veredas no tienen cordones. Fútbol hay todos los días, a la tarde, a la noche… campeonatos relámpagos en Los Pinos, de mujeres en La Loma, potrero. Pero antes se trabaja, y mucho. Y se va uno a la feria para gastar menos y que el billete rinda más. Parece un hormiguero, pero es gente trabajando y gente buscando ahorrar a veces y otras buscando lo que no encuentran en las cadenas de mercados trasnacionales. Así coexisten diferentes culturas, entre chicha, asado, cerveza y chicharrón se va pasando el día. Gente trabajadora si las hay, no se olvidan de festejar la vida y agradecer a la Pacha y la virgencita de Copacabana. Y así se crece y se va haciendo uno en ese lugar donde todavía en la calle la gente se saluda y se conoce al vecino y se ayuda al otro sin esperar nada a cambio.
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