Inicio » El desafío de construir masculinidades saludables

El desafío de construir masculinidades saludables


Compartir

El psicólogo Ramiro Garzaniti y el comunicador Vicente Garay reflexionaron sobre el vínculo entre las nuevas y viejas masculinidades, con respecto a la salud mental y su impacto en la sociedad.


“Los hombres no lloran” (’Boys Don’t Cry’) es una de las canciones más icónicas de la banda de rock británica The Cure, la cual fue lanzada en 1979 y cuenta la historia de un hombre que se encuentra triste porque su mujer lo abandonó. Si bien expresa su deseo de suplicarle perdón, se decide a ocultar sus sentimientos y esconder sus lágrimas, porque simplemente los “hombres de verdad” no deben llorar, o al menos no delante de la mujer.

“Si nos basamos en la definición clásica de masculinidad, el problema para cualquier hombre que no actúe en concordancia a lo que la sociedad espera de él, es que lo van a tildar de poco hombre y puede provocar el rechazo de su familia o grupo de pares”, explicó a Eter Digital el psicólogo y docente, Ramiro Garzaniti.

Concepto de masculinidad hegemónica y su relación con la actualidad

En los años 80, la socióloga australiana Raewyn Connell, propuso el concepto de “masculinidad hegemónica”, el cual se refiere a un modelo dominante de masculinidad en una sociedad determinada que promueve el control masculino sobre las mujeres y colectivos LGBT, y es mantenida por instituciones y prácticas sociales que la avalan. En definitiva, se trata de una construcción social que dota de privilegios a los hombres y que prevalece hasta la actualidad.

Según un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) publicado en 2023, la mitad de la población mundial sigue creyendo que los hombres son mejores líderes políticos que las mujeres, y más del 40 por ciento cree que los hombres son mejores ejecutivos. Una tendencia que se confirma también si se analiza la brecha salarial, la cual sigue siendo del 39 por ciento a favor de los hombres.

Los hombres como víctimas de las masculinidades

“Más allá de que la sociedad en la que vivimos fue construida y pensada por hombres heterosexuales y, por ende, la desigualdad en términos de poder siempre estuvo a su favor, hay que tener en cuenta que ellos también son víctimas del sistema patriarcal que les exige determinadas formas de actuar en la vida”, agregó Garzaniti, quien además es secretario académico en la Federación Argentina LGBT (FALGBT).

Un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) realizado entre el 2000 y el 2019 sostuvo que la esperanza de vida de los hombres en el mundo es, en promedio, 4,4 años menor que la de las mujeres. El informe también precisó que el 79 por ciento de las personas que se suicidan son hombres y que la de mortalidad por homicidio es cuatro veces mayor en el sexo masculino.

En cuanto a la Argentina, el último boletín epidemiológico nacional publicado por el Ministerio de Salud en abril de 2023 trató problemáticas como la prevención y respuestas ante el suicidio. Según un estudio realizado por la Dirección Nacional de Salud Mental y Adicciones, entre el 2010 y el 2019 se produjeron en la Argentina 85.189 muertes por suicidios, de los cuales el 78,8 por ciento correspondió a hombres, lo que implica 3,8 suicidios de varones por cada mujer.

¿Cómo se pueden construir nuevas masculinidades?

“Las nuevas masculinidades no tratan de crear un nuevo modelo de ser varón, sino de poner en discusión y desnaturalizar esta masculinidad normativa o hegemónica que tiene una vigencia muy fuerte en estos tiempos, para hablar de modelos alternativos que estén libres de violencia”, dijo Vicente Garay, licenciado en comunicación y coordinador del Programa Universitario de Promoción de Masculinidad(es) para la igualdad de género en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).

Garay destacó que la interpelación de los movimientos feministas y de diversidad sexual en cuanto a la temática, puso en crisis muchos de los lugares que históricamente ocuparon los varones. Gracias a ello, continúa, se consiguió la construcción de la primera dirección de promoción de masculinidades para la igualdad de género en la provincia de Buenos Aires, creada en el marco del Ministerio de las Mujeres Políticas de Género y Diversidad Sexual de la Provincia. Desde allí, se activaron políticas públicas vinculadas al trabajo con varones para desarmar el modelo de masculinidad hegemónica.

“Los debates sobre nuevas masculinidades se vinculan con el abordaje de problemáticas como la violencia de género, la cual requiere del compromiso de todos los actores involucrados. Esto implica no solamente trabajar con aquellas personas que están en situación de violencia como mujeres, lesbianas o trans, sino también con los varones que las ejercen y ahí me parece interesante pensar el abordaje de las violencias y masculinidades desde una mirada no punitiva, con el objetivo de lograr la reflexión o el reposicionamiento para construir una sociedad libre de violencia”, comentó Garay.

Por su parte, Garzaniti indicó que el período de crianza familiar es fundamental a la hora de la construcción de masculinidades con perspectivas igualitarias, y para ello no se debe asociar el sexo al género o la genitalidad a la forma de ser de los niños. “Al romper con los roles de género restrictivos y fomentar una masculinidad más inclusiva y saludable, vamos a dar un paso a una sociedad en la que todos los individuos puedan vivir con plenitud y bienestar emocional, independientemente de su género”, concluyó.


Compartir