COBERTURAS
Universidades y Garrahan: la calle empujó el rechazo a los vetos en Diputados
A las seis de la tarde la Plaza Congreso estaba en modo “penal decisivo”: pantalla gigante, bombos en pausa y un silencio que cortaba el aire. Adentro, el tablero empezó a pintarse de verde. Afuera, el murmullo creció hasta estallar en festejo.

La Cámara de Diputados rechazó dos vetos presidenciales clave. Fueron 181 votos a favor, 60 en contra y 1 abstención para la Ley de Emergencia en Pediatría y 174 votos a favor, 67 en contra y 2 abstenciones para la de Financiamiento Universitario. Dos tercios holgados; dos golpes seguidos al plan de ajuste del gobierno y el FMI. El próximo paso para reinstalar las leyes: el tratamiento en el Senado.
La jornada nació en la calle. Fue continuidad de las clases públicas que vienen protagonizando docentes y estudiantes en la puerta de las altas casas de estudio; de las movilizaciones de las trabajadoras y trabajadores del Hospital Garrahan junto a las familias que llevan al hombro historias de vidas salvadas con vocación; de las movilizaciones incansables de las y los jubilados, que dieron el ejemplo. Cuando el rechazo a los vetos se confirmó, hubo lágrimas, cantos y un detalle inusual: vallado sobreactuado, pero sin presencia de las fuerzas de Seguridad que comanda la ministra Patricia Bullrich. Córdoba, Rosario, Bariloche, Bahía Blanca, Neuquén y Mendoza replicaron la postal: la tercera marcha federal universitaria coronó en tiempo real el resultado parlamentario. Mejor dicho: lo impuso.
Entre guardapolvos blancos y pecheras de “Soy Garrahan”, enfermeras, pasantes, médicos y familias pusieron nombres propios al desfinanciamiento en salud y educación: fuga de profesionales, salarios por debajo de la línea de pobreza, obras frenadas, becas que no alcanzan ni para el viaje. Fue “un respiro para seguir en carrera”, como definía una terapista ocupacional desde el centro de la Plaza. “Se metieron con la gente equivocada”, reflexionaba orgullosa una de las jubiladas de los miércoles. El ejemplo de los adultos mayores y el del colectivo de la discapacidad, que viene de conquistar su rechazo al veto de la Ley de Emergencia, también fue partero de la enorme movilización. La comunión de causas se respiraba en el aire. Ese clima se trasladó al recinto: cada movimiento era seguido con atención desde la plaza.
Adentro: un tablero que cambia de color
Sin ayuda del oficialismo, la sesión abrió con 132 presentes. Con las condiciones dadas para tratar un ambicioso temario, la diputada Cecilia Moreau asumió la presidencia provisoria hasta que un Martín Menem derrotado retomó su cargo.
La oposición mostró músculo. Miguel Angel Pichetto tomó la palabra y propuso votar directamente, sin debate: “Los números están, no hagamos perder tiempo”. Luego de varios minutos de tensión, con intentos permanentes del oficialismo para frustrarla, surgió una fórmula salomónica: intervenciones reducidas y “al grano”. Gabriel Bornoroni hasta ofreció “adelantar partidas” del Presupuesto 2026 como salvavidas tardío, pero esta vez nadie compró.
Afuera trascendía que un vuelo de Aerolíneas no salió de Posadas y dejó a una diputada misionera abajo. Adentro se confirmaba que, aun con la baja, los cuatro renovadores de Innovación Federal votarían contra los vetos. En Salta, el gobernador Sáenz publicaba un video adelantando que sus diputados harían lo mismo. El debut de Lisandro Catalán en el Ministerio del Interior quedaba marcado por el fracaso.
El tablero empezaba a mostrar fisuras en el PRO. Fernando Iglesias increpó a Silvia Lospenato por anunciar su voto contra el gobierno: “golpista”, la acusan desde la propia bancada. Ella respondió: “A nadie pueden llamarle golpista por cumplir la Constitución”. Enseguida se sumaría María Eugenia Vidal, quien se abstuvo en Universidades tras apoyar la emergencia pediátrica. El bloque amarillo crujía a cielo abierto.
La votación de la Emergencia Pediátrica marcó 181 afirmativos, 60 negativos y 1 abstención. Un número demoledor. El recinto se sacudió en aplausos y el eco del festejo que llegaba de afuera fue inmediato. El Financiamiento Universitario también mostró holgura: 174 votos afirmativos, 67 negativos, 2 abstenciones (Vidal y López Murphy).
Con los vetos en el piso, la oposición aprovechó: empujó, además, una comisión investigadora por las muertes por fentanilo adulterado y emplazamientos para avanzar con límites a los DNU (para garantizar su rechazo con una sola Cámara). El telón bajó con el oficialismo retirándose entre mociones de privilegio y faltas de quórum. La foto de la correlación de fuerzas cambió: los mismos gobernadores que blindaron al Ejecutivo durante todo este año y medio, hoy lo condicionan. La calle, que no se movió un centímetro, marca el pulso.
¿Y ahora?
En el recinto, con la presión de la calle, la oposición tejió los dos tercios necesarios para dar vuelta la decisión del Ejecutivo, que llegó a la sesión golpeado por la derrota electoral en la Provincia de Buenos Aires.
A los votos de Unión por la Patria, Encuentro Federal, Democracia para Siempre, la Coalición Cívica y el Frente de Izquierda, se sumaron bloques que hasta ayer eran aliados: parte de la UCR, exlibertarios y diputados que suelen responder a gobernadores que marcaron la cancha. La billetera del nuevo ministro Catalán, no alcanzó: aunque concedió fondos de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) a Misiones, hizo gestiones en Salta y promesas en serie, espacios como el de Innovación Federal y “Provincias Unidas”, esta vez, se acomodaron del otro lado. A 45 días de las elecciones legislativas nacionales, el oficialismo se quedó con números de minoría y fracturas a cielo abierto en sus aliados del PRO.
Para que los vetos caigan definitivamente, faltan los 2/3 en el Senado. La Cámara alta sesionará este jueves para tratar el veto a la Ley de reparto automático de los ATN y ya mueve la agenda para tratar el rechazo a los vetos de la Cámara baja. El debate podría llegar el próximo 2 de octubre. Mientras, el Gobierno insiste con el argumento del ajuste fiscal y deja trascender que, si pierde, buscará atajos reglamentarios, judicialización del rechazo a los vetos u otros artilugios. Pero la secuencia ya mostró su eficacia: movilización sostenida, confianza en la propia fuerza organizada y unidad de todas las luchas para cambiar las “voluntades” dentro del recinto. El presupuesto 2026 entrará a comisiones con esa foto sobre la mesa.
Anoche, cuando la plaza empezó a desconcentrar por la Avenida Callao, un vendedor gritó: “¡Hay agua, hay coca, hay cerveza… sin el 3% de Karina!”. Humor de barricada para una jornada que soldó dos derrotas al Ejecutivo y dejó una premisa tan simple como profunda: la calle puede marcar la agenda y el destino del plan de ajuste del gobierno de La Libertad Avanza. Lo de ayer no cierra la historia -ni arregla salarios, ni reabre hospitales, ni reinstala a miles de despedidos, ni termina obras-, pero sí corre el límite.