Se pidió más inversión del Estado, un registro único de víctimas, garantías de acceso a la Justicia, más educación sexual y mejor protección a las víctimas.
Dentro de la cárcel de máxima seguridad de Florencio Varela existe una redacción compuesta por presos.
Después de la tragedia de Cromañon en 2004, cuando murieron 194 personas durante un recital de la banda Callejeros, las bandas under debieron buscar su espacio en la autogesestión para poder seguir tocando.