“Todos pueden opinar, pero no todos pueden decir la verdad. Y un periodista tiene que decir la verdad”. Sergio Lapegüe se descubrió amante del periodismo, profesión que ejerce hace más de 20 años, mientras estudiaba economía en la Universidad de Buenos Aires. No fue fácil, pero se abrazó a su sueño y con perseverancia, lo logró.
Por María Florencia Pacheco
¿Qué opinas de la intromisión de las redes sociales en el periodismo actual?
Cambió todo, yo hago 50% de radio en redes y 50% al aire, no podemos estar ajenos a lo que son los adelantos de la tecnología. Es algo bueno que aporten al periodismo, todos pueden opinar pero no todos dicen la verdad y un periodista tiene que hacerlo, eso es lo que marca la diferencia. Espero que esto se empiece a depurar y queden los verdaderos comunicadores haciendo todo tipo de periodismo. Esto logra que uno agudice su inteligencia y diferencie qué escuchar y qué no.
¿Tenes alguna imagen que te recuerde aquella vez en la que decidiste dedicarte a la comunicación?
A los 12 años relataba fútbol encerrado en el baño con un grabador. No había mucha televisión, o había, pero programas limitados entonces el futbol era como la radio, lograba que te imaginaras todo. Asique empecé haciendo relatos imaginarios, esa es la imagen que tengo.
¿Qué sentiste antes de decirle a Bernardo Neustadt “quiero trabajar con usted” y que sentiste cuando respondió: “Si, pasa”?
En ese momento estudiaba economía y antes de ir a la facultad pasaba por la radio a verlo y le llevaba ideas. Había ido varias veces, él me conocía pero no sabía quién era yo. Cuando fui a decírselo se me nubló todo, pero no podía perderme la oportunidad. El tipo estaba entrando, fui y le dije algo que me salió del alma: “quiero trabajar con usted”, era algo tan sencillo como eso. Después, sentí una enorme responsabilidad.
Si tuvieras que elegir un medio de comunicación, ¿cuál elegirías?
Creo que uno tiene momentos, hoy elijo la televisión. Hubo años en los que elegía la radio y cuando escribí el libro, amé hacerlo, pero me gusta la tele porque podes jugar con la imagen. En cambio, en la radio ya quedó un poco atrás eso, es más para los soñadores.
Elegiste la televisión, ¿qué pensas que no puede faltar para que el televidente no huya?
Siempre me puse en el lugar del otro, del que nos está viendo. Si me tocaba trabajar de noche, jugaba con el “¿Qué estas comiendo ahora?”, si estaba al mediodía hacía lo mismo, a la mañana con el desayuno o si preparas a los pibes para ir al colegio. Lo que no tiene que faltar es lo que intento hacer en mis programas, tratar de generar ayuda solidaria o por lo menos ser un puente de ayuda. No te voy a mentir, la gente no lo elige y no te da rating pero te da tranquilidad de espíritu.
Hace poco formaste tu banda musical “Lape band”, ¿lo haces como hobbie o te gustaría dedicarte profesionalmente?
Yo soy periodista y voy a morir siendo periodista. A mí me encanta la comunicación y mezclar las dos cosas. Pero lo hago como pasa tiempo, si se me permite vivir, creo que lo voy a hacer pero no voy a dejar el periodismo. Soy un enfermo de esta profesión.
Sueños incompletos
Con su mate en la mano, su sonrisa intacta y su pensamiento siempre en el futuro, Sergio Lapegüe, confiesa que profesionalmente una sola cosa le queda por lograr. Confiesa que le gustaría tener su propio programa que mezcle el show con lo periodístico. Si bien en la actualidad hace algo similar en el noticiero de la mañana o en Club 14 los sábados por la noche, dice que es parte del engranaje pero no le pertenecen. “Quiero tener un live night show con música. Ojalá lo pueda hacer. Voy medio en camino.”
Se acercaba el horario de comienzo de la entrega de los Premios Caduceo, en el cual resultó destacado como comunicador bonaerense 2017 por parte del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Provincia de Buenos Aires por lo que cerró: “Y como dicen: ‘el periodismo es un sacerdocio’, tenes que estar todo el día con la sotana”.
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