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Juan Martín Etcheverry: “Muchos compañeros y compañeras le sacaron el cuerpo a la pelea electoral”

Juan Martin Etcheverry, Daniel Gollan, Axel Kicillof y Nicolas Kreplak

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Tanto en la interna peronista como en el propio futuro de la Argentina, el panorama está totalmente abierto y en permanente conflicto. La pregunta que debemos hacernos hoy es si la reaparición de Cristina Kirchner y la inminente presentación de la nueva Ley Bases abren nuevos capítulos en el futuro del peronismo y del presidente, pero principalmente en la gente que todos los días sale a trabajar para llevar la comida a su mesa.


Las elecciones del último 19 de diciembre dieron un giro de 180 grados en el tablero político y social de la Argentina. Un outsider de la política, sin ninguna experiencia en gestión pública y con un breve paso por la Cámara de Diputados de la Nación ganó por amplio margen las elecciones presidenciales en segunda vuelta. 

Pareciera que Javier Milei llegó para romperlo todo, no solo en términos de su lucha “contra la casta” y el Estado en su más integra concepción, también al peronismo que atraviesa unas de sus crisis de representatividad más importantes en sus casi 80 años de historia, y que solo tiene como precedente el descontento social sobre la clase política que se vivió en el trágico 2001. 

Juan Martín Etcheverry es psicólogo, actual responsable de la unidad coordinadora del Consejo de Salud de la Provincia de Buenos Aires (COSAPRO), organismo que depende directamente del Ministerio de Salud bonaerense. 

Desempeña además funciones en el ámbito educativo como Director Decano del Departamento de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Moreno. 

Durante más de una década supo identificarse con el poder territorial de los intendentes siendo secretario de Salud del Municipio de Moreno, y luego Jefe de Gabinete de la gestión del ex intendente, Mariano West.

Hoy es un hombre cercano a Nicolás Kreplak, ministro de la cartera sanitaria en la Provincia de Buenos Aires, y a Daniel Gollan, diputado por Unión por la Patria y ex ministro de Salud de la Nación. 

-¿Dónde creés que radica la crisis de representatividad que el peronismo y los sindicatos sufrieron, y sufren en la actualidad?

-La vuelta de la democracia trajo nuevas reglas de juego y el peronismo fue encontrando en distintos momentos algunas diligencias acorde a lo que era la doctrina peronista. Sobre todo en la era post (Raúl) Alfonsín y más concretamente en los gobiernos de (Carlos Saúl) Menem donde una inmensa mayoría de dirigentes del peronismo ingresaron en distintas variantes del progresismo o de espacios más conservadores; y se fue perdiendo no solamente la esencia del peronismo en ellos mismos, sino también empezó a existir una sociedad que fue cambiando sus valores más volcados al consumo y al individualismo, el famoso “sálvese quien pueda”. 

En este sentido, los dirigentes políticos salen del pueblo, y si la comunidad muta en relación a esos valores, obviamente que esos dirigentes tendrán mayoritariamente esas nuevas características.

Podemos pensar que hubo un paréntesis durante el kirchnerismo donde crecieron nuevos referentes. Pero, desde mi punto de vista, no se tuvo como prioridad la formación de cuadros políticos de acuerdo a lo que es la doctrina peronista.

-¿Por qué pensás que se da esa mutación de la sociedad? 

-Creo que se produce un deterioro en las condiciones de vida de la comunidad pero también en sus formas de organización de una manera más fragmentada, más rota. Hay una irrupción de una ideología mucho más cercana al consumo y a la ideología neoliberal vinculada a las corporaciones, y menos cercana a un interés en el desarrollo del bienestar común. 

Pienso que tiene que ver con esa permanente disputa de si somos un país con un modelo de desarrollo que tenga inclusión social e industrial a través del trabajo, entre otras; o si somos un modelo de país para unos pocos que se construye con el esfuerzo de muchos. El actual Gobierno nacional busca incorporar un modelo social donde dinamita al Estado para ser regulador de las desigualdades y diferencias

De todas maneras, desde mi punto de vista, eso es muy difícil que suceda ya que habrá un freno político y un freno social. Estamos empezando el invierno donde se pondrá en juego la supervivencia de más de la mitad del pueblo argentino, la supervivencia de familias enteras con un alto nivel de conflictividad social. 

-Dentro de ese diagnóstico actual que vos hacés sobre el descontento social, ¿creés que podríamos estar frente a un estallido similar al del 2001?

-Esto no es el 2001, es de otra profundidad mucho más grave.

-Teniendo en cuenta que todavía existen tensiones y figuras relevantes como Cristina Kirchner y Sergio Massa a nivel nacional, y otras a nivel provincial como son Axel Kicillof y Máximo Kirchner, ¿cómo crees que se debería reorganizar el peronismo de cara al futuro? 

-También existen otras figuras como (Martín) Llaryora, (Sergio) Uñac, y otros gobernadores y figuras relevantes dentro del peronismo. Hay una cantidad de actores sociales emergentes que el peronismo tiene que aprender a incorporar. Creo que esa organización se da de la mano de volver a seguir verdades muy concretas desde el Justicialismo, muy claras respecto a la Justicia Social.

En la medida que el peronismo recupere sus banderas y empiece a pelear por la transformación concreta y real de las condiciones de vida del pueblo, ahí estará mucho más cerca de su propia reorganización y de ser un espacio aglutinante de las mayorías  populares que buscan esa transformación. 

Se trata de que el peronismo recupere los espacios de militancia desde los lugares de discusión pero también desde las acciones colectivas llevando las tradicionales banderas del propio Movimiento Nacional Justicialista.

-Hace poco, Wado de Pedro dijo “no hicimos lo que teníamos que hacer” haciendo referencia a los motivos de la derrota electoral y restándole importancia a las internas, ¿coincidís con esta mirada? 

-Creo que hay dos dimensiones: una tiene que ver con la construcción política y otra con la estrategia electoral que para mí fue equivocada. Que 30 días antes de las P.A.S.O. hayamos estado sin candidato es una clara equivocación del espacio político. Haber elegido a De Pedro como precandidato es también un error ya que tiene un nivel de conocimiento muy bajo y un alto nivel de rechazo. No haber podido realizar síntesis política con Juan Gabrois es otro error. 

Se tendría que haber definido rápidamente la candidatura de un único candidato para que todas las fuerzas estén puestas en que esa persona sea presidente. Todo esto es parte del motivo por el cual perdimos en la primera vuelta. 

Tampoco es bueno que ahora sectores del peronismo salgan a decir que Massa no era un buen candidato porque muestra lo que acabo de decir, que no militaron su candidatura y hoy nos gobierna un gobierno espantoso gracias a una desacertada estrategia electoral, y a que muchos compañeros y compañeras le sacaron el cuerpo a la pelea electoral.

-Una figura peronista relevante dijo que “el peronismo se convirtió en un partido político de intendentes, cuando su esencia está en los y las trabajadoras, y que por eso atravesaba una crisis de representatividad”, ¿qué opinás al respecto? 

-Me hace acordar a cuando Néstor Kirchner decía que nos llamaban “kirchneristas” para bajarnos el precio. Pensar que el peronismo se volvió un partido de intendentes es un desesperado intento de bajarle el precio a un movimiento popular que es uno de los más grandes de Latinoamérica, y que sigue siendo el espacio que en nuestro país le genera esperanza de una vida mejor a millones de personas. 

El peronismo, como la sociedad en general, tiene una enorme crisis de representatividad en sus organizaciones de base, en los sindicatos, en las fábricas, en las comisiones de trabajo, en los espacios de militancia, en las universidades, en los espacios de representación política; y la única manera de resolverlo es con cada vez más y más compromiso con las necesidades del pueblo, y sobre todo hacia los sueños que tiene. 

-En todo este panorama que describís, ¿cuál crees que es la importancia de llevar adelante procesos de construcción colectiva y participativa como sucede con el Congreso Provincial de Salud que organizan desde el COSAPRO?

-Es absolutamente trascendental y fundamental, ya que es un modo de vida, una doctrina y una idea de cosmovisión de un mundo, de un país que tiene que ver con los valores de la comunidad, de la solidaridad, de la organización, del respeto al otro, entre otros; tomando consensuadamente decisiones, pensando en las mayorías pero teniendo un profundo respeto por las condiciones de las minorías. Todo esto se encuentra en la doctrina social de la Iglesia que también se refleja en la del Justicialismo.

La vida se transforma en una militancia permanente cuando nos damos cuenta de la capacidad de transformar que existe cuando una comunidad se organiza. El Congreso Provincial de Salud se viene dando desde el 2021 y es un espacio recuperado de encuentro colectivo de los y las trabajadoras del sistema de salud. No deja de ser un ámbito científico de producción de conocimiento aunque también de encuentro participativo.

-El Gobierno nacional viene llevando adelante recortes en dos áreas muy sensibles para la sociedad como son la educación y la salud, ¿cuáles crees que son los valores de quienes hoy nos gobiernan?

En el más profundo sentido ontológico, son personas sin alma. Entonces, de ahí en adelante, son capaces de hacer lo que están haciendo y muchas más, en función de los intereses que representan, con una concreta intención de destruir al Estado y el bienestar social. 

Quieren romper con los mecanismos de regulación por completo: se deja de financiar a las escuelas, las universidades, las políticas sanitarias, las políticas de cuidado. Todo eso es una clara estrategia planificada para destruir el Estado como tal. 

-Hiciste mención al desfinanciamiento de las universidades, ¿cuál es la situación actual de la Universidad Nacional de Moreno de la cual sos decano?

-Los fondos de la Universidad se dividen en dos grandes grupos: los que tienen que ver con el pago del salario a los docentes, y los gastos de funcionamiento de la propia institución. 

Hoy, los salarios docentes perdieron más del 50% de su capacidad de compra a niveles del pasado diciembre. Esa caída abrupta del salario hace que a muchos docentes les sea hasta difícil poder llegar a la universidad ya que viven en ciudades alejadas como La Plata, y terminan gastando gran parte de su sueldo en transporte.

Para entender la dimensión del problema en gastos de funcionamiento recibimos el 30% de lo que necesitamos para abrir la Universidad y dar clases con el agravante de que este año comenzaron a darse nuevas carreras que son financiadas con fondos propios y esto marca un déficit operativo gigantesco mes a mes que se viene sosteniendo con créditos presupuestarios que tenemos generados para el desarrollo de obras, de avances de infraestructura, equipamiento, entre otros. Si esto sigue así, en unos meses será insostenible el nivel de funcionamiento que tenemos y deberemos reducir la oferta educativa.


*Estudiante de la carrera de Periodismo y Producción de contenidos a distancia.

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