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DE FÚTBOL Y OTRAS GUERRAS


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Sería lógico imaginar que jugadores de las delegaciones croatas, bosnias o rusas, se sientan intimidados ante la posibilidad de enfrentarse a equipos de mayor envergadura durante el Mundial Brasil 2014. Esta empieza a desvanecerse cuando uno observa que el promedio de edad de estas selecciones oscila los 25 años y que, durante ese periodo, tuvieron que afrontar conflictos bélicos que marcaron sus vidas más allá de un  partido de fútbol.

Por Franco Verdún

Edin Džeko, actual figura de Bosnia –eliminado en la fase de grupos de Brasil 2014- y Manchester City, en la previa al encuentro con la selección Argentina, explicó cómo vive este momento según su experiencia de vida: “Después de la guerra, no hay mucho que pueda asustarme o intimidarme. Cada día y noche se escuchaban los cañones, perdí amigos y familiares. Yo era sólo un niño, vivía siempre con miedo y lloré muchas veces. Pasé mi infancia en medio del bombardeo a mi ciudad entre 1992 y 1996”

Para entender porque actualmente estos seleccionados juegan de manera independiente, hay que explicar un  proceso histórico, que si bien no es desencadenado por el fútbol, influye en él.

En 1990, durante el Mundial de Italia, Argentina finalizó en el segundo lugar, encontrándose en primera fase con la Unión Soviética. En cuartos tuvo como rival a  Yugoslavia –empataron 0-0 en los 90 para luego, definir la serie por penales con una histórica actuación de Sergio Goycochea-.  Por otra parte, aquel certamen contó con la presencia de Checoslovaquia, que se despidió de la cita  en la misma instancia que los yugoslavos.

En Brasil 2014, las selecciones europeas que se mencionaron anteriormente ya no se presentan como tal, han sufrido una separación futbolística, política, económica y cultural.

Edin Dzeko

¿El motivo? A partir de ese año empezó a efectivizarse la caída de una Unión Soviética -actual Rusia-, que llevó enlazados otros sucesos. En el marco de la Guerra Fría – enfrentamiento ideológico y tecnológico con los EEUU –  la URSS, a comienzos de la década del 80’, se inclinó hacia una política armamentista descuidando otros aspectos fundamentales como la economía y la industria. En 1985, con la llegada al poder de Mijaíl Gorbachov, se intentaron realizar reformas para salvar al régimen. Romper con las barreras culturales, disminuir la resistencia y la represión fueron factores claves para lo que vendría. El debilitamiento del sistema fue la resultante. La “revolución científica-tecnológica” proporcionó mayor comunicación con más inmediatez, y resultó un duro golpe al mentón. El KO fue la caída del muro de Berlín en 1989.

En el mismo continente, durante 1991 y 2001, por conflictos étnicos, se produjeron las guerras yugoslavas. Durante aquel periodo se separaron dos de los 32 países que juegan la Copa del Mundo. Croacia y Bosnia Herzegovina, hoy  estados independientes, en aquella época eran parte del mismo régimen balcánico.  Entre 1991 y 1995 se originaron dos enfrentamientos importantes, la Guerra de los Diez Días y la Guerra Croata de la Independencia.

En la primera tuvieron como protagonistas a croatas y eslovenos que se opusieron resistencia a Yugoslavia. El objetivo era impedir que se opongan al paso de fronteras. Luego, por el mismo motivo lucharon Serbia y Croacia, donde la minoría serbia, que se ubicaba en territorio croata, no aceptó condiciones y formó la República de Serbia de Kajima.

En 1992 llegó el turno de Bosnia Herzegovina, donde habitantes bosnios, serbios y croatas de dicha región se enfrentaron por cuestiones religiosas. El conflicto bélico fue uno de los más sangrientos de la antigua Yugoslavia

Estas pugnas, bien o mal, tuvieron injerencia en el deporte y más precisamente en el fútbol y los mundiales. Por ejemplo, en 2006, durante el certamen disputado en Alemania, la selección Argentina jugó en primera ronda su partido con Serbia y Montenegro, encuentro que finalizó 6-0 en favor de la albiceleste. Si bien el resultado final es resonante, la historia en este caso pasó por otro lado. Justo en esos momentos Serbia y Montenegro estaba a días de separarse. Fue muy dificultoso el transcurso, breve por cierto, de dicho combinado por el torneo. Estaba en discusión, Belgrado, la capital del aquel país.

Con muchos cambios, estados nuevos y sangre de por medio se fueron formando algunos de los 32 participantes de cada mundial desde 1990 hasta la actualidad. En ese periodo, para los amantes del futbol,  hay recuerdos emotivos de figuras que dejaron una marca. En su mayoría, los logros fueron a nivel clubes, ya que con sus selecciones nunca dieron el golpe. Hay casos emblemáticos como Adriy Shevchenko, máxima figura del combinado ucraniano y uno de los delanteros más importantes de su generación, solamente tuvo la posibilidad de disputar el Mundial de 2006. Otro símbolo de la época fue Davor Suker, quien jugó en el Real Madrid y fue parte de un histórico tercer puesto en Francia 98’ para Croacia. Además, participó de la penosa eliminación en Corea-Japón 2002 durante la primera ronda.

Se puede jugar con la imaginación y armar hipotéticos seleccionados con las estrellas más rutilantes de la época, imaginando solamente países con poderío futbolístico, que brinden un espectáculo acorde a ciertos nombres propios. La realidad, es que es solo un sueño. Los “cracks” jugaban separados. La realidad es solamente eso, soñar que la guerra no separe, y aunque sea por un rato, poder mantener lo lindo que tiene el fútbol.

 


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