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Diego Eterno: anécdotas y recuerdos de uno de los últimos entrenadores que logró mantener activo a Maradona


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Claudio Borges fue uno de los últimos personal trainer que mantuvo activo y en forma al Diez. Cuenta detalles de la relación con él y su familia y cómo fue su último encuentro.


Una mirada clara y honesta desvía los ojos en busca de  recuerdos, viajar en el tiempo, a sus orígenes, al inicio de su carrera. Traerlo todo eso al presente con una tranquilidad a flor de piel inquebrantable es un desafío, pero él lo hace sin problema. Esa misma seguridad es la que le permitió llegar a lo máximo. Compartir piso con el D10S del fútbol en Medio Oriente por 3 años y ser su personal trainer entre 2013 y 2016. Con una voz tranquila pero que demuestra autoridad, cuenta hasta el más mínimo detalle cómo fue entrenar a celebridades pero siempre reservándose información que considera ajena y privada. La misma voz que le indicó la cantidad de repeticiones a Diego Maradona, la misma que acompañó a Ricardo Fort a lo largo de su vida, la misma que saludó a Lionel Messi y a otros astros del fútbol. Una voz y una presencia que fue clave para escalar alto. Sentado en una mesa larga de madera en la recepción del gimnasio “Megatlon” ubicado en el barrio porteño de las cañitas. Claudio Borges cuenta su historia. 

-¿Cómo fue entrenar a Maradona?

-Un orgullo. Yo le decía “hoy te tiras al barro” y él lo hacía. Me acuerdo que no le gustaba internarse. Pero lo hice ir al sanatorio para un chequeo antes del partido organizado por papa Francisco en 2014.  Él me dijo:  “Yo a una clínica, no entro más”. Le respondí que si no lo hacía, no lo iba a entrenar. A los días fue y se hizo el chequeo. La verdad que me respetó 100% en todo, cuando le agarraban berrinches en Dubai decía enojado: “¡Se van todos! Profe, usted no”. Me respetó siempre hasta cuando lo vi por última vez. 

-¿Cuándo fue eso?

-En 2020. La familia quería que lo volviera a entrenar. Me hicieron ir al country donde estaba y me dijeron que quería hablar conmigo. Unos días antes, Diego me había dejado un mensaje pero no se lo había contestado porque en ese momento estaba pasado de alcohol. Yo lo conocía. Me dijo que me necesitaba.

-¿Cómo lo viste a Maradona en ese último encuentro?

-No estaba bien, estaba desganado. Me dió mucha lástima, porque se veía que no era él, no tenía su chispa. Era una persona abatida, y entregada.  Les dije a personas cercanas a él que en ese estado Diego se iba a morir. Fue tremendo la manera en que la gente lo trataba. Hablé con su médico y vi cosas que no me gustaban. Preferí alejarme porque sabía que morirse era una de las cosas que podía pasar. La gente conoce una parte, pero hay cosas de las que no hablo porque sería peor. 

-¿Pensás que pudo haber vivido más? 

-Sí, totalmente. Si se lo hubiera mantenido motivado, haciendo lo que a él le gustaba, hubiera sido otra cosa. Él se deprimió mucho con la muerte de los padres. En Dubai cuando estábamos solos mano a mano, me decía: “Cómo extraño a mi viejo, la verdad para qué vivir”. Yo le decía: “Hay que vivir porque tenes a tus hijas, a la gente que te quiere, agarrarse de eso”. 

-¿Su pasado con las drogas afectaba su rendimiento físico?

-Las drogas no solo afectaron su rendimiento sino también implicó que lo suspendieran. El siempre lo admitió y dijo que cayó por las presiones que tenía y las compañías que eligió. Es difícil salir de las drogas. Sin embargo, él lo hizo de un día para el otro, cuando las hijas le pidieron que por favor lo dejara, que se iba a morir. No dudó por un segundo  y no lo tocó nunca más. Pero como toda persona que necesita estar vinculado a algo, cayó con el alcohol. Conmigo lo regulaba porque sabía que no podía tomar frente mío. En Dubai cuando tenía ganas de tomar algo me mandaba a comer afuera pero yo igual controlaba cuánto tomaba. Cuando no estuve con él, se descontroló.

-¿Te hablaba de su vida personal cuando lo entrenabas?

-Hablábamos de todo. Todas las personas famosas que entrené, me hablaron de su vida privada. Me han ofrecido plata muchísimos programas de chimentos para que revelara secretos o cosas personales de los famosos. Pero yo nunca voy a hablar de eso, no voy a revelar cosas que no son mías y menos si no está relacionado con el entrenamiento. 

-¿Cómo era tratar con Maradona a diario?

-Era una persona difícil. Si le caías bien, te daba el oro, y si le caías mal, te puteaba. Se daba cuenta quién estaba por interés y quién no. Sin embargo, en algunos casos no se dió cuenta e igual se aprovecharon. Algunas compañías influyeron en su vida familiar y provocaron un cortocircuito en las relaciones que tenía. Él se desbocaba por las hijas. A Jana la conoció acá, en el gimnasio.

-¿Recordás cómo fue ese encuentro?

-Un día que estaba entrenando acá, vino una mujer con una nena. Se acercó el gerente del lugar a decirme que había una chica que era la hija de Maradona. Le  pregunté si era Dalma o Gianina. Me respondió que nunca la había visto y le pedí que averiguara el nombre. Me acerco a Diego que estaba en una cinta y le dije: “Hay alguien que dice que es tu hija”. Siguió corriendo y me dijo: “¿Ahora quién es?”. Le respondí que se llamaba Jana, en ese momento saltó del aparato y dijo: “La quiero conocer, la quiero conocer”.  Llevamos a Jana y a la madre a una oficina que había al costado y después fui con Diego. Estuvieron los tres ahí por un tiempo. El salió llorando muy emocionado. Quedaron en verse más seguido. Ella fue un par de veces a Dubai.

-Y con Lionel Messi, ¿tenés relación?

-Tuve relación en todos los viajes mundiales que hice; Chile, Panamá, México, Colombia, Estados Unidos, Venezuela. A mí me contrató Guillermo Marin, el profe de la entrada en calor, para entrenar a todos los jugadores. Leo tiene una humildad tremenda, se ríe y le gusta que todos vayan jodiendo. Saluda, es muy educado. Yo tengo fotos con él sentados en una heladerita hablando en el entretiempo como si estuviera con cualquier amigo.

-En una nota leí que eras muy amigo de Ricardo Fort…

-El fue mi primer alumno. De ahí nació la amistad. Se cortó un tiempo porque se fue afuera. Pero cuando volvió a entrenar conmigo, la relación estaba intacta. Tan así que yo fui el primero que le dio de comer a Martita (hija de Fort). Lo contacté con muchos de los famosos que entrenaba y así fue como empezó a aparecer en los medios y terminó en el Bailando. Me hinchó tanto para que fuera a ese programa que terminé haciéndolo. Pero fui solo una vez y después me abrí porque veía que mucha de la gente que lo rodeaba era solo para figurar y eso no me lo bancaba.

-¿Lo llegaste a ver antes de que muriera?

-Lamentablemente lo ví una semana antes. Estaba haciendo ejercicio acá y le dije: “Ojo, cuidate”. La noche que se internó para hacerse el estudio me llamó y me dijo: “Tranquilo, no te preocupes, no es nada”. Yo estaba viajando a Dubai. En pleno vuelo me avisaron que se había muerto. No lo podía creer. 

-¿Por qué crees que se murió?

-Creo que no se cuidó. El tenía una infección que se hizo septicemia. No supo salir del ruedo de la televisión. En los últimos programas en los que apareció, iba en silla de ruedas. Ricardo fue otra de las personas que me dijo desde los 28 años que se iba a morir joven. Estábamos caminando por Miami y me dijo: “A mí nadie me va a ver viejo”. Siempre espléndido.

-¿Quién fue la otra persona que te dijo que iba a morir joven?

-Diego. Después de la muerte de sus padres no tenía motivación. Son cosas que no sé si las tiran por tirar o es el destino pero los dos me dijeron lo mismo. En sus cabezas estaba eso de morirse. Mirá que ambos tenían una alta exposición y mucho poder monetario. Pudiendo hacer todo terminaron así los dos. La vida era muy fuerte para ellos. No es fácil ser Maradona o Messi. Hay que entenderlos. Diego estaba orgulloso de ser Maradona, de hacer lo que hizo por su país, él te decía que lo hicieron sentir Dios. Terminó mal, se dejó morir por dentro, por ausencia de todo, no tenía ninguna motivación. 

-¿Te sentís agradecido de haber podido compartir todo esos momentos con él?

-A veces no tomo dimensión de todo lo que experimenté. Siento que es algo que me tocó vivir y lo tomo con simpleza. Me siento un privilegiado de haber podido entrenarlos. 


El entrenador de los famosos

Claudio Borges siempre fue un aficionado del deporte. Jugó al fútbol por un largo tiempo y paralelamente estudió para ser profesor de gimnasia. Comenzó entrenando a Ricardo Fort, quien luego lo recomendó con otros conocidos. Y fue el turno de otros artistas como Moria Casán y Flor de la V, o de políticos como el ex presidente Carlos Menem. Sin embargo, ahora se dedica solo a la parte deportiva de atletas profesionales. Por decisión propia quiso alejarse del mundo de las celebridades para tener una vida más privada. Él mismo se define como “una persona que tuvo la suerte de poder estar con múltiples jugadores y famosos”. A lo largo de su carrera la única receta para el éxito fue mantenerse exigente y cumplir con lo que sus alumnos le pedían. Hoy en día continúa educandose y hace cursos para saber un poco más, siempre trata de implementar nuevas técnicas y mantenerse actualizado.


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