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Diego Maldonado: el chef apasionado que representó a Argentina en el Mundial de la barbacoa


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Riojano, fue uno de los representantes de Argentina en el Campeonato Mundial de la Barbacoa WBQA 2022, realizado en Torhout, Bélgica. El cocinero nos contó cómo fue la experiencia de representar al país en la mayor cita mundialista de la carne, por qué quedaron decepcionados con el puesto y cuánta es la sed de revancha que tienen de cara al próximo Mundial, en 2024, en Alemania.


Del medio hacia la izquierda, con boina gris, se encuentra Diego Maldonado, integrante del equipo argentino que obtuvo la 51° ubicación en el Mundial de la Barbacoa, en Bélgica. Sonríe para la foto y habla sobre su experiencia como referente argentino de un mundial poco frecuente: el del asado.

Dicen que la pasión argentina es el fútbol, el asado y el vino. Tenemos referentes en cada uno de esos rubros. Tantos que a veces decimos que somos los mejores en todos. Los resultados nos indican que no. Y las palabras de Maldonado dejan entrever que una competencia va más allá de un resultado.

¿Cómo fue la sensación de representar a tu país en el Mundial del Asado?

Representar a mi país en un Mundial de la Barbacoa – corrige: “Barbacoa”- fue una sensación única. Atravesé situaciones de muchos nervios, ansiedad y sobre todo, una gran incertidumbre. La realidad es que no sabíamos qué podía pasarnos en el Viejo Continente (la cita mundialista fue en Bélgica). No conocíamos su cultura y su forma de emplear la gastronomía, por lo que fue una incógnita para nosotros el hecho de ir a un lugar desconocido y encontrarnos con diversas metodologías de trabajo.

¿Hubo una presión extra o un nerviosismo particular al saber que competís representando a tu país a nivel mundial?

La presión por demás siempre existe en este tipo de competencias, la sentís desde el primer hasta el último momento del certamen. Además, es cierto que el país es muy exigente en lo que respecta a las competencias de cualquier índole, y eso te provoca aún más nerviosismo a la hora de representar a Argentina. Pero esa sensación también nos ayudó a entender que debíamos entregar lo mejor de nosotros, explotar nuestros recursos al máximo para alcanzar los objetivos planteados. Igualmente, la experiencia vivida en Europa fue inigualable. Fue un hermoso recuerdo, pude conocer cocineros de otros países, los cuales fueron muy amables y solidarios. Lo que estuvo buenísimo es que nadie era egoísta y se guardaba las recetas. Todos compartían sus conocimientos y explicaban de qué forma cocinaban cada plato. Inolvidable.

Acerca del puesto 51 conquistado, ¿están conformes con el resultado?

No estamos para nada conformes. Creo que nos confiamos por demás y subestimamos un poco a nuestros rivales. No pudimos encontrar nuestra mejor versión y nos quedamos disconformes con el resultado final. Es algo que jamás hubiéramos imaginado. Igualmente, nos sirvió de aprendizaje para mejorar muchas cosas a nivel grupal y culinario. En Europa, la gastronomía es absolutamente distinta: el método de cocción era en camados y ahumadores que jamás habíamos visto en otro momento. La presentación de los platos debía estar a un nivel para el que no estábamos preparados. Se requería una presentación “cinco estrellas” y nosotros no estábamos acostumbrados a esas mecánicas. Allá en el Viejo Continente la carne es muy dura, por eso utilizan las técnicas del ahumado para ablandarla más rápido. Y recurren al camado para grillarla. Nosotros no teníamos mucha experiencia con esos métodos de cocción porque no contamos con las herramientas para esto.

¿Cuál y cómo fue tu primer reacción cuando te enteraste de que ibas a representar a Argentina en el Mundial?

Sinceramente, fue una noticia que jamás hubiera imaginado. Siempre seguí de cerca el Campeonato Mundial del Asado, sobre todo durante la pandemia. Nunca imaginé que la Federación Argentina de Asadores podía convocarme para un evento de tal magnitud. En el momento en el que me enteré de la convocatoria, me acuerdo que transpiré en el instante en el que oí cuando me comunicaban que me iba a Bélgica. Toda mi vida fui parrillero, esto es mi pasión y es algo para lo que siempre me capacité. Que me hayan llamado para representar a nuestro país en un rubro que amo y que me apasiona, fue simplemente maravilloso. Además, la Federación me dio la posibilidad de desempeñarme con un plato en particular, los ribs a la barbacoa. Es una comida que demandó muchísima responsabilidad, muy complejo de realizar y fue un honor que me lo hayan confiado a mí para hacerlo.

¿Fue distinta la sensación de haber cocinado sabiendo que estabas en un Mundial? ¿O lo viviste de la misma manera que cuando cocinás cotidianamente?

La sensación que te pasa por el cuerpo es totalmente distinta cuando estás en esa situación. No se compara en absoluto con los momentos en los que cociné para el Torneo Federal, y menos con los instantes en los que cocino en casa. Todos estábamos muy nerviosos, el equipo en general, y yo en particular, también. Pero, pese al resultado que no nos conformó, lo cierto es que el grupo puso lo mejor. Cada uno se responsabilizó al máximo para lograr el mejor resultado, y bueno, con disciplina y dejando de lado los nervios, pudimos sacar adelante el momento dubitativo. La enseñanza que nos dejó la competencia es que tenemos mucho por mejorar. Tuvimos platos con muy buen puntaje, otros no tanto. Recuerdo que en el primer día, era requisito llevar algo distintivo de cada país, como representativo. Nosotros llevamos chimichurri y jarilla. Esos primeros platos fueron buenos y nos dieron un interesante puntaje. Después, fallamos con el pescado y el postre. Ahí bajamos mucho en la consideración y no pudimos sostener la buena performance inicial. Debemos seguir practicando, puliendo los errores y sobre todo, seguir trabajando para cuando llegue el momento de nuestra revancha. Creemos que podemos mejorar, ya que ahora sí conocemos a qué nos podemos enfrentar y de qué manera nos podemos desenvolver de una mejor manera para cumplir con los objetivos.  Es verdad que el resultado nos dejó bastante amargados, pero comprendemos que debemos prepararnos mejor para la próxima cita, en Alemania, y mejorar en lo que haga falta para llegar más lejos.


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