En nuestro país millones de mujeres sufren de endometriosis, una enfermedad que por la falta de acceso a la información y la falsa creencia de que cuando se menstrua es normal sentir grandes dolores, tarda muchos años en ser diagnosticada.
Por Luis Navarro
“Alrededor de 176 millones de mujeres en el mundo tienen endometriosis, una patología que afecta a entre el 10% y 15% de las mujeres en edad reproductiva y que tarda en promedio entre 7 y 12 años en ser diagnosticada”, cuenta Rosa Inés Barañao, directora del laboratorio de inmunología de la reproducción en el Instituto de Biología y Medicina Experimental(IBYME) y ex vicepresidenta de la Sociedad Argentina de Endometriosis (SAE).
Dicha enfermedad consiste en la aparición y crecimiento de tejido endometrial fuera de las paredes del útero y aunque para algunas pacientes es una enfermedad asintomática, para la gran mayoría los malestares más comunes van desde dolor severo durante la menstruación, sangrados anormales y cansancio diario; hasta depresión, insomnio e infertilidad. Por lo general, se presenta en la adolescencia y su intensidad aumenta progresivamente a lo largo de los años.
“Aunque el 30% y el 50% de mujeres infértiles de nuestro país lo son a causa de la endometriosis, ésta es subdiagnosticada, debido principalmente al desconocimiento de esta patología, a la dificultad para detectarla en el examen físico y al hecho de que socialmente son aceptados como normales los dolores menstruales intensos”, explica Barañao.
Aunque no se conoce la causa exacta que origine la endometriosis, los investigadores tienen algunas teorías. Una posible causa es un proceso llamado “menstruación retrógrada”, que se produce cuando la sangre menstrual fluye hacia atrás a través de las trompas de Falopio (hacia la pelvis en lugar de fuera del cuerpo). Luego, este tejido uterino permanece en la pelvis y crece. Otra posible causa es heredar un gen que aumenta el riesgo de endometriosis.
María Florencia Acensio, una de las creadoras de la página “Mujeres Argentinas con Endometriosis”, un espacio que se encarga de difundir información y crear concientización de la enfermedad, luchó durante años para obtener el diagnóstico y poder quedar embarazada. A los 30 años, empezó su búsqueda de embarazo, y luego de un año de intentos frustrados, comenzó a hacerse estudios y a realizarse tratamientos de fertilidad de baja complejidad.
Por medio de una amiga cercana y diversas páginas de Internet, empezó a conocer más acerca de la endometriosis. Es por eso que ante cada profesional que consultaba, la nombraba, aunque no obtenía diagnóstico. Así estuvo 4 años más hasta que decidió consultar a un especialista en fertilización y endometriosis, el cual dedujo que podía tener algún grado de dicha enfermedad (son cuatro, siendo éste el más elevado).
Luego de realizarse una cirugía laparoscópica identificaron que sufría de endometriosis grado tres. “A los 18 decidí hacer mi primera consulta a la ginecóloga por los malestares que sufría, y recién 17 años después fui diagnosticada”, cuenta María. Luego de esto, arrancó nuevamente con los tratamientos de baja complejidad, ya que sin la cirugía practicada, los tratamientos anteriores fueron en vano.
Después de tres intentos, otra cirugía laparoscópica y varios tratamientos de alta complejidad, logró finalmente quedar embarazada. “Después de 10 años de búsqueda, dos cirugías y 12 tratamientos, logré el diagnóstico y ser mamá”, comenta María.
En la actualidad no existe un tratamiento curativo, sin embargo, el diagnóstico precoz y el tratamiento oportuno permiten controlar la afección en un número elevado de pacientes, buscando mejorar la calidad de vida de las mismas. Aun así, estos tratamientos no son subsidiados por el Estado, y los costos no son accesibles para muchas de ellas.
“Necesitamos urgentemente un proyecto de ley de endometriosis, en donde el Estado se haga responsable de encarar un programa de investigación, detección, diagnóstico, tratamiento y control de la enfermedad”, reclama Ivana Fuentes, diagnosticada con endometriosis grado cuatro hace 18 años y miembro de las “Endoguerreras”, un grupo de mujeres que padecen esta enfermedad y se juntan para compartir información e intentar compensar el vacío que deja el Estado.
Para ellas, la poca información que tienen los médicos y la sociedad en general con respecto a esta afección solo causa que más mujeres padezcan sin siquiera saber que están enfermas.
Como parte de las medidas para una mejor difusión, la Alianza Europea de Endometriosis (EEA) decretó al mes de marzo como el “Mes de la Endometriosis”, con el objetivo de concientizar a la población sobre esta patología y de este modo arribar al diagnóstico y tratamiento más temprano para prevenir, entre varias cosas, la posible infertilidad que ésta puede llegar a provocar.
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