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ESTUDIANTIL PORTEÑO, PASÍON POR EL AMATEURISMO


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El club de zona oeste supo consagrarse bicampeón del fútbol argentino. Desistió del fútbol 11 y se abocó a las demás actividades transmitiendo un sentido de amor por la camiseta. Comienzos, vaivenes económicos y orgullo de un club de barrio.

Por Gustavo Ferreyra

En 1939, el presidente Pascual Monzón, comunicó por medio de una carta que el Club Atlético Estudiantil Porteño, se retiraba de la actividad futbolística,  por “falta de informalidad de criterio deportivo”. Continuar con dicha actividad llevaría a “malograr tareas y esfuerzo que bien pueden dedicarse a otros deportes”.   Desde ese momento hasta la actualidad, hablar de Estudiantil, es hablar de amateurismo, excelencia y buen trato.

A lo largo de sus extensos 116 años de historia, Estudiantil Porteño atravesó por distintas ubicaciones. Fundado el 6 de septiembre de 1902 por estudiantes del Colegio Nacional del Oeste, tuvo su primer lugar en la esquina de Belgrano y Pasco, en la Ciudad de Buenos Aires. Se mudó a Ciudadela, tuvo un breve paso por Ituzaingó, y luego se instaló en Ramos Mejía, donde se encuentra la Plaza Mitre, para terminar desde 1958 definitivamente en Barcala 716, en el oeste de la provincia de Buenos Aires.

¿Qué significa ser un club de barrio? Son lugares de encuentro y solidaridad. De inclusión social e integración. Cumplen un rol fundamental en la iniciación deportiva de los chicos.  Son el origen, la guía y pertenencia en los primeros pasos dentro del mundo deportivo. Para María Victoria Garciarena socia del club, Estudiantil es su infancia. “Todos sabemos lo que la infancia significa: momentos, recuerdos, amigos, juegos, acción, moretones y mucha diversión”.

Estudiantil Porteño trata de brindarles a sus socios distintas actividades. “En una familia tenés algún deportista,  un artista, un intelectual u otro con ganas de ayudar socialmente y no le escapamos a las generales de esa ley”, expresó Carlos Garbesi, presidente de la institución. En el club se puede practicar básquet, fútbol, hockey, patín, natación, vóley, karate, danza rítmica, ajedrez, teatro y coro. En varias de las actividades el club logra tener representación, tanto colectiva como individual, a nivel local, nacional e internacional. “No nos olvidamos que somos un club formativo. Nuestra idea implica no focalizarnos en una sola actividad como prioridad, sino que todas tengan una atención equivalente”, manifestó Garbesi.

El crecimiento institucional, el apoyo de los socios, los logros deportivos son pilares fundamentales para que un club logre perdurar en el tiempo. Incluso atravesando vaivenes económicos y sociales. “La aparición de los countries lo tomé como la muerte de los clubes”, declaró Eduardo Rial, socio vitalicio del club. La crisis del 2000, puso a la institución al borde del colapso, costaba pagarles a los empleados y las consecuencias fueron juicios que se fueron pagando a lo largo del tiempo. “Desde el 2009 el club no solo se estabilizó, también progresó”, afirmó Rial y agregó que el crecimiento se da por la incrementación de socios, pasó de 3000 a 4800 en la actualidad.

En determinadas situaciones del país, Porteño pone su granito de arena, brindando espacios a escuelas que no cuentan con los mismos para hacer deportes, esparcimientos, o colaborando con entidades que sufrieron desgracias edilicias, como en el tiempo del tornado que azotó a gran parte de la zona. “Tenemos actividades que trascienden lo meramente deportivo, como Amigos de Corazón”, señaló Garbesi. Una actividad física dirigida a personas con enfermedades como la obesidad, diabetes, sedentarismo, stress, tabaquismo, entre otras.

El presente a nivel deportivo y edilicio está en su máximo esplendor. “Conozco al club desde mis 12 años. Siempre practique tenis y natación. Hoy tengo 50 años y el club se está acercando a una de sus mejores épocas que conocí, en 1980” manifestó Andrés Grassi Lanza, socio del club.

“En los socios emerge un sentimiento de cariño, de querer a la institución, que trasciende lo económico. Lo que logramos conlleva una componente pecuniaria, pero otras no se consiguen con el dinero: el compromiso de toda la gente que trabaja aquí”, sostuvo el presidente Garbesi y agregó que Porteño crece día a día, y entre todos lo van haciendo más grande, más querido y más reconocido. Es un lindo momento, y sin dudas mérito de todos los que integran la hermosa familia del club.


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