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F1: A 38 AÑOS DE UNA TRÁGICA MUERTE


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El 8 de mayo de 1982 la República Argentina se veía afectada por la guerra de Malvinas que había comenzado en abril del mismo año. Solo 6 días antes se producía el hundimiento del ARA General Belgrano y el país se veía teñido de una profunda tristeza. El dolor también se iba a sentir de manera profunda en el mundo del automovilismo ese fatídico sábado, cuando Gilles Villeneuve estrellara su Ferrari contra el March de Jochen Mass a más de 200 kilómetros por hora, mientras se celebraba la clasificación del Gran Premio de Bélgica.

Su debut en la máxima categoría había sido tan espectacular como su partida de la misma. Joseph Gilles Henri Villeneuve, nacido el 18 de enero de 1950 en Quebec (Canadá), fue recomendado por James Hunt en McLaren en el 77; aunque en la escudería inglesa solo disputó una carrera, el GP de Silverstone. La gente presente ese día no puede decir con exactitud la cantidad de trompos que llegó a realizar el vehículo del canadiense.

Ese estilo de manejo temerario pero preciso, intrépido y al límite llamó la atención rápidamente de todo el mundo, incluida la de Enzo Ferrari.  “Il Commendatore” decía que le hacía acordar al histórico piloto italiano Tazio Nuvolari. “Mi pasado está marcado por dolor: padres, hermano, hijo. Mi vida está llena de recuerdos tristes. Miro hacia atrás y veo las caras de seres queridos, y entre ellos lo veo a él. Alguien a quien quería mucho”. Esas fueron las palabras del comandante de Ferrari luego de la muerte de Gilles. Declaraciones que sorprendieron al mundo del automovilismo, ya que Enzo no era una persona de demostrar sentimientos y menos públicamente. 

Pablo Vignone, periodista especializado en automovilismo, exredactor de la revista El Gráfico y que forma parte de El show de la Formula 1 por Fox Sports, recuerda ese día con mucho detalle: “En ese momento estaba cursando Ingeniería en la facultad. Me enteré por radio del accidente y mi primera reacción fue de conmoción. ”. “Gilles era un piloto muy querido por el pueblo argentino, por su relación con Carlos Reutemann, por su forma de manejo y por haber sido piloto de Ferrari”, agrega Pablo para ETER Digital

Su paso por la F1 fue tan fugaz como sorprendente. Gilles obtuvo 6 triunfos en 68 carreras disputadas. Varios accidentes, entre ellos, uno en 1977 en el GP de Japón, en el cual la Ferrari 312 T2 sufrió un tremendo choque con el Tyrrel de Ronnie Peterson. Y otros tantos al año siguiente en Brasil, Estados Unidos y Mónaco. Tal es así que los mecánicos de Ferrari le pusieron el apodo de “El Aviador”.

Su victoria sobresaliente se dio en 1981 en el Principado de Mónaco, donde Villeneuve dio una clase de manejo con su Ferrari, que lejos estaba para competir en los primeros lugares. Pero inolvidable fue el Gran Premio de Canadá: ganó el Ligier de Jacques Laffitte con Villeneuve llegando tercero bajo una lluvia torrencial con el alerón delantero de su Ferrari partido y desplegado sobre el frente del auto, una imagen que quedó en la historia.

El accidente que le costó la vida se produjo cuando Gilles, que venía en vuelta rápida, se encontró al March de Jochen Mass circulando a baja velocidad. El alemán, al ver la Ferrari por el espejo, se corrió hacia la derecha para dejarle la izquierda libre al canadiense sin imaginarse que Villeneuve iba a tomar la misma decisión. Y a más de 200 km/h colisionaron ambos autos. Fue tal el impacto que el conductor de Ferrari fue despedido de su máquina con butaca y todo, aún amarrado con los cinturones de seguridad. Su cuerpo cruzó la pista por el aire y terminó impactando contra las protecciones sin casco. Esto le produjo una fractura de cuello que resulto mortal.

Al día siguiente John Watson ganaría el GP de Bélgica, pero nadie se acordaría de eso. El 8 de mayo de 1982 es recordado por el nacimiento de un mito llamado Gilles Villeneuve.


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