Lucas Rossi, quien representará a Argentina en canotaje slalom categoría K1, dialogó con ETER Digital desde Francia a pocos días de su debut olímpico en el país nipón.
Julio del 2021 será, seguramente, uno de los meses más importantes para el palista de 26 años, ganador de la medalla de plata en los Panamericanos de Lima 2019. Es que tendrá el 28 de julio su debut olímpico en Tokio. Desde septiembre, que se encuentra radicado en la casa de su entrenador ubicada en Pau, Francia, desde donde se entrena para llegar a su máximo nivel en la competencia más importante. Debido a la suspensión de los Panamericanos, Rossi clasificó a Tokio mediante ranking ya que aparece como el mejor rankeado en la clase K1 de canotaje slalom y debido a sus logros, la Federación Argentina de Canoas, lo ratificó como el primer clasificado. Preparado con entrenamiento diario, ejercicios de musculación y yoga, asegura que rinde de mejor manera bajo presión.
Entre los logros de Rossi se destaca la Medalla de bronce en los juegos Panamericanos de 2015, Medalla de oro Sudamericana y plata Panamericana 2017, la que cataloga como, hasta el momento, la consagración más importante en su carrera.
De familia deportiva: padre, hermana (Carolina Rossi), hermano (Sebastián Rossi) palistas y madre jugadora de hockey y juez de canotaje slalom, comentó que no hubo un solo miembro de su familia que no se haya subido a un bote. Sin embargo, Lucas no tenía pasión por los deportes hasta que se subió por primera vez a un kayak, motivado por su padre. Una de las costumbres que no pudo abandonar desde su competencia hasta el día de hoy es cantar. Como él lo cataloga, entonar canciones le baja el nerviosismo y preocupación previa a la carrera: “Canto lo que estuve escuchando los últimos días, me sirve para que los nervios no me coman la cabeza”.
– ¿Cómo se siente debutar en unos Juegos Olímpicos donde la pandemia es un factor importante?
-La verdad que no se bien cuál es la palabra. Tristeza, dolor, angustia, o tal vez todas juntas. Soy admirador de la cultura japonesa y saber que solo voy a competir y no poder recorrer la ciudad me duele. Además, no tener a la multitud habitual es un cambio radical enorme. Uno cuando compite no se da cuenta, pero el público es como el ruido de la heladera porque sabes que está y tratas de seguir enfocándote en lo tuyo. Hoy en día el ruido del agua queda vacío sin los gritos de fondo.
La noticia llegó a Lucas mediante un mail certificado por la FAC (Federación Argentina de Canoas) mientras cocinaba en su localidad de Pau.
En repaso de su carrera, declaró que cuando el Covid-19 se expandió considerablemente en 2020 volvió a su país natal donde entrenaba en la pileta con su bote atado a una palmera. Dio mucha más importancia al ejercicio muscular y el yoga, actividades que le permitieron progresar en el canotaje slalom. Aún sorprendido por su clasificatoria, reconoció que, si se cruzara con él a principios de su carrera, nunca creería que llegaría a competir en unos Juegos Olímpicos.
—¿El hecho de tener hermanos que se dediquen a lo mismo te impide desarrollarte en el deporte?
—La verdad que no. Cada uno hizo su carrera e hicimos carreras diferentes. Es más, Seba (Rossi) estuvo en Londres 2012 y Río 2016, y ahora yo tuve la suerte de llegar a Tokio. Me hubiera encantado compartir con ellos una olimpíada. Igual, ¿quién te dice? París 2024 está bastante cerca.
A pesar de tener 26 años y unos años más por delante del kayak, Rossi, paralelo a su carrera deportiva, estudia abogacía y contaduría. Aseguró que cuando se retire no abandonará el mundo del canotaje, pero no se dedicará al deporte acuático al cien por ciento.
Anticipado a Tokio, ya recibió el bote que usará y comentó cómo diseñará el kayak que usará en el debut. Lucas, que suele dibujar en sus tiempos libres, ilustrará en su embarcación una geisha (Artista tradicional japonesa) con un kimono con los colores celeste y blanco para una nueva competencia olímpica.
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