No hay charangos, erkes ni quenas, pero sí un mate preparado, buena predisposición y respuestas con tonada paisana.
En paralelo con su carrera como jugador de rugby profesional, Felipe Contepomi exprimió el tiempo al máximo para recibirse de médico.
Instalado en la Capital Federal hace más de un siglo, el Club Italiano tuvo momentos de auge, gloria, pesadumbre y superación.