Termo, mate, funda de celular y cuatro camisetas colgadas hacían que los colores celeste y blanco predominasen en el living de una casa familiar. Pero… ¿Tanta pasión por la Selección se puede tener? No, Racing Club de Avellaneda es quien despierta las palpitaciones más rápidas en el pecho de José Peñafiel. El fanático del club albiceleste tiene un pequeño detalle en su cuerpo lo cual no le permite ir a la cancha.A causa de un gol agónico de Racing, le produjo un paro cardiovascular y gracias a los hinchas, y a su hermano, que lo llevaron rápidamente a la sala de emergencia, hoy sigue su amor desde la comodidad de su casa.
Por Matias Cusach
-¿Qué pasó? ¿Tan fuerte fue la emoción para llegar a casi no contarlo?
– Fue una locura, hoy me rio y lo cuento pero en el momento casi me muero yo, y hago que se muera mi hermano de la angustia. Fue en el 2001 contra Vélez, cuando volvimos a salir campeones después de 35 años. Seguí toda la campaña de ese campeonato. Lo que paso, te lo cuento yo y es muy corto y conciso. Gol de Loechsbor, la siguiente imagen, yo en la camilla con mi hermano al lado llorando.
-¿Alguna vez tuviste algún problema cardiaco?
-No, nunca, la persona más sana del mundo era. Pero bueno se ve que la emoción me supero ¿No?
-¿Y algún antecedente familiar?
-Si después de que pasó todo esto estuvimos indagando un poco sobre mi viejo y tuvo problemas del corazón. Ahora yo estoy con un Stent coronario, y la gran parte de la familia se hace estudios todos los años.
-¿Tenés algún otro recuerdo de ese día?¿Una de las camisetas que tenés colgadas es de ese campeonato?
-Recuerdo solo lo que te dije antes en un parpadeo se me apago la tele y aparecí en otra escena. Y si! La anteúltima es la camiseta de Vítali, no la de ese partido je, pero me la mando después de que se entere de lo que me pasó.
-¿Cómo se enteró?
Fue medio loco, uno de mis mejores amigos contó la situación en una peña de Racing que va él, y siempre hay algún contacto con algún dirigente o alguien de arriba. Se ve que la historia llegó al plantel y me acercaron la camiseta por medio de mi amigo.
-¿Alguna anécdota que te acuerdes?
Tengo miles, soy un enfermo por si no te diste cuenta. Pero una que se me viene a la cabeza es en el mismo torneo, cuando le empatamos a River con gol de Bedoya. Estaba en la popular donde iba siempre, y en el momento del gol fue tal el delirio, porque encima faltaban cinco minutos para que terminase el partido, que pasó el gol y seguí saltando desesperado. Fue tanta la emoción imagínate, que cuando llegué a casa recién ahí me di cuenta que había perdido la camiseta e hice todo el camino de ida en cuero.
– También es terrible que no te haya agarrado un paro en ese partido ¿No?
– Sí es increíble, pero me pudo haber pasado en cualquier partido, soy un desaforado por Racing y grito los goles que doy miedo, hoy me tengo que medir un poco más je.
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