SOCIEDAD
Y ahora… ¿Quiénes podrán jubilarse? El fin de la moratoria previsional en Argentina
Entrevista a la periodista Clara Salguero especializada en temas de seguridad social.

“El sistema previsional argentino necesita una reforma integral que priorice el bienestar de las personas”. La periodista Clara Salguero, reconocida por su extensa trayectoria en temas de seguridad social, analiza las consecuencias del fin de la última moratoria previsional.
La moratoria previsional que permitía jubilarse sin los 30 años de aportes llegó a su fin en marzo de este año. A través de esta moratoria, en sus dos años de vigencia, accedieron alrededor de 700 mil personas, lo que representa un 77% del total de altas jubilatorias en ese período, de acuerdo con datos de Chequeado elaborados en base a la información publicada en el Boletín Estadístico de la Seguridad Social. Con el fin de este sistema solo podrán jubilarse aquellos que cumplan con los años de aportes exigidos, lo que reducirá significativamente la cantidad de personas en condiciones de acceder a este beneficio. La medida del Gobierno nacional afectará especialmente a las mujeres, ya que solo una de cada 10 podrá jubilarse sin la moratoria, mientras que en el caso de los hombres es tres de cada 10.
La también locutora y recientemente reconocida como Personalidad Destacada de la Cultura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires comparte información sobre la situación de quienes no llegan a cumplir los años de aportes necesarios para jubilarse y los desafíos que enfrenta el sistema previsional argentino.

-¿Qué implica concretamente el fin de la última moratoria previsional?
-Terminó la posibilidad de comprar a través del descuento en cuotas de la futura jubilación los años con aportes faltantes que en la actualidad la Ley previsional nacional requiere que sean 30 años con edades mínimas de 60 años las mujeres y de 65 los hombres. No podían ingresar todas las personas aunque cumplieran el requisito de edad sino solo las que hasta el 23 de marzo pasado estuvieran en vulnerabilidad económica. Actualmente, sin esta moratoria no podrían acceder aproximadamente 243.000 personas.
-¿Entonces ya no hay ninguna herramienta para que las personas sin aportes puedan jubilarse?
-Al finalizar la moratoria quedan dos alternativas. Una es adherir al plan de cancelación de aportes previsionales, que es la compra de aportes anticipados cuando la persona sabe que al llegar la edad jubilatoria no va a reunir 30 años con aportes. Se paga la cantidad de unidades, cada una igual a un mes de aportes, y deben estar canceladas al momento de solicitar la jubilación. Pueden acceder mujeres entre 50 y 59 años y hombres de 55 a 64 años.
La otra alternativa es la PUAM (Pensión Universal para el Adulto Mayor) teniendo en cuenta que es para personas que no reúnen 30 años de aportes y se encuentren en vulnerabilidad socioeconómica. La edad es de 65 años para ambos sexos. Lo que significa que el hombre puede acceder a un beneficio previsional terminada la moratoria, a diferencia de las mujeres que tienen que esperar por un lapso de cinco años.
-¿Cómo impacta esta decisión en las mujeres teniendo en cuenta que suelen tener trayectorias laborales más irregulares?
-El impacto en las mujeres es considerablemente mayor. Son quienes más padecen la informalidad laboral, los períodos sin aportes y la interrupción de sus carreras por tareas de cuidado no remuneradas.
La imposibilidad de acceder a una jubilación a los 60 años las expone a un período de cinco años sin ingresos previsionales propios, lo que profundiza su situación de vulnerabilidad económica y social.
-¿Qué papel está jugando la PUAM en este nuevo escenario?
-Cumple un rol central como prestación asistencial ante la falta de cobertura previsional contributiva. Funciona de manera similar a la Asignación Universal por Hijo en el caso de los niños. Es una herramienta necesaria para garantizar un ingreso básico en la vejez frente a diversas situaciones de vulnerabilidad. Sin embargo, no reemplaza el acceso a una jubilación plena y genera una brecha de ingresos respecto a quienes sí pudieron jubilarse bajo el régimen general.

-¿Creés que esta decisión es parte de un proceso hacia una reforma más profunda del sistema previsional? ¿Qué señales está dando el Gobierno en relación a una posible reforma jubilatoria?
-Las distintas moratorias se extendieron en Argentina durante los últimos 20 años. Poco le han aportado a la gente si pensamos que el monto de la prestación resultaba del haber mínimo, menos la cuota de moratoria descontada por años. Las moratorias en sus distintas etapas significaron más personas, millones, con haberes mínimos; lejos eso de lograr cubrir las necesidades básicas.
El sistema necesita una reforma integral donde se estudie, analice, evalúe dónde están los puntos que requieren cambios en pos del bienestar de las personas. Esto es primordial: ver dónde está la necesidad de los cambios.
El sistema así no es sustentable: se necesita más acceso al mercado laboral para que más trabajadores puedan aportar y terminar con tanto trabajo informal y poder cobrar con más financiación para pagar jubilaciones y pensiones.
-¿Existe en la agenda oficial alguna propuesta concreta sobre subir la edad jubilatoria?
-La expectativa de vida va en aumento no solo en Argentina, es un fenómeno mundial que requiere analizar las edades jubilatorias de acceso. De todos modos, no creo que sea el tema principal a modificar sino ver cómo el ingreso salarial de los trabajadores en su paso a la jubilación guarda relación económica y permite darle respuesta a los gastos necesarios en esta etapa de la vida.
-¿Creés que el actual modelo de seguridad social en Argentina está en crisis?
-Está claramente en crisis. La proliferación de moratorias no ha resuelto el problema de fondo: el elevado nivel de trabajo informal y la insuficiencia de aportes genuinos. El sistema, tal como está, no es sustentable. Se necesita mejorar la inclusión laboral, aumentar la cantidad de trabajadores formales y garantizar un sistema de financiamiento sólido para el pago de jubilaciones y pensiones.
-¿Cuál debería ser el rol del Estado frente al envejecimiento poblacional y el aumento de la informalidad laboral?
-El Estado debe asumir un rol activo en la planificación y ejecución de políticas públicas que promuevan la formalización del empleo, amplíen la cobertura previsional y aseguren prestaciones adecuadas para las personas mayores. Es imprescindible que la seguridad social responda a las nuevas realidades demográficas y laborales garantizando que ningún ciudadano quede excluido de un ingreso digno en su vejez.
*Estudiante de la carrera de Periodismo y Producción de contenidos a distancia.
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