Solían pasar mucho tiempo juntos, Bianca siempre lo esperaba a él para jugar, apoyada en sus zapatitos blancos. Antes jugaban todos los días, ahora ya no.
Por Patricio Díaz Nachar
Ella no comprende por qué, pero lo espera con más ganas que nunca, porque se extrañan más.
Él sí comprende y añora esa mirada única que nunca cambia.
Al reencontrarse, Bianca, apoyada en sus zapatitos blancos, lo viene a recibir para seguir jugando.
Agregar comentario