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Alejandro Apo: “La radio es como un libro que vas leyendo a cada paso de tu vida”


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El periodista deportivo con una intensa vida en los medios de comunicación habló con Éter Digital sobre periodismo, política, fútbol y literatura.


Los seres metáfora son aquellas criaturas que vagan por este mundo intentando dar un mensaje. Suelen utilizar su voz como un canal donde transmiten sus sentimientos y sus ideas. Alejandro Apo pertenece a este grupo de seres que se han vuelto inmortales en nuestra memoria. Su programa taciturno es una muestra de un realismo que incomoda, que delata y obliga a pulsar emociones internas, olvidadas en los rincones de la psique, sentimientos perdidos en la cotidianidad del sentido común. Los oyentes son parte del programa, pues interactúan con el conductor en un feedback perfecto, entre el drama, la risa, la angustia y la realidad. Alejandro Apo es en esencia un soñador despierto, es decir un ser Metáfora.

¿Seguís creyendo que la radio tiene como esencia acompañar al solitario?

Claro, esa es la corteza, la radio es como un libro que vas leyendo a cada paso de tu vida. A mí me gusta transmitir esa radio de climas, la imaginación, rostros desconocidos y voces familiares, son la esencia de lo que escuchaba y eso para mí es compañía de los solitarios. 

¿Qué opinión tenes sobre los medios de comunicación?

Qué pregunta difícil (suspira).En general es un mal momento del periodismo, es un periodismo más de operadores, operadores políticos, gente que solo cumple órdenes para poder enunciar el mensaje y complicar en este caso al gobierno. 

¿Pensás que existe un plan para desestabilizar al peronismo?

Claro, la idea es destruir al enemigo, que en este caso es el peronismo, lo han hecho siempre.

¿Y en el periodismo deportivo observas la misma realidad?

En el deportivo también estamos mal, volvieron los antiguos dueños a jugar con nuestro patrimonio cultural que es el fútbol, con cierta superfluidad que reemplaza a lo esencial del juego al verdadero debate y lo ha transformado en un show, en una farándula. Un periodismo que en el fondo no aporta nada.

¿Actualmente te gusta algún periodista que tenga esa capacidad de análisis?

Hay  mucha gente valiosa que analiza el fútbol. como Matías Canillan. Y después hay comentaristas que vienen del fútbol y aportan mucho, como por ejemplo Diego Latorre, cuya forma de comentar y explicar es muy buena.

Te cambio de tema, el negro Dolina dice que algunas veces el fútbol es más importante que la vida,¿pensas lo mismo?

Tengo la frase de un inglés que te va a gustar mucho, creo que es  Nick Hornby, autor de Fiebre en las Gradas, decía que el fútbol  no es una cuestión de vida o muerte sino que es mucho más importante que eso. La pasión es enceguecedora, dependemos de una instancia futbolera, a veces hacemos locuras por el fútbol. Mi vida está construida a través de mi profesión.

Una de las frases que más recuerdo con cariño de Jorge Dorio es que debemos vivir muchas vidas posibles ¿cuántas vidas viviste?

Tengo la impresión de que mi vida ha sido muy intensa, pero es una sola, tengo ese concepto. Creo que Diego Maradona vivió muchas vidas. La vida es un enigma tan grande que puede admitir las dos definiciones.

Mencionaste a Diego ¿cómo imaginamos un mundo sin él? (Suspira) No puedo aceptar la muerte de Diego. Me llamaron para juntarnos el 25 de noviembre, con Caniggia, con Victor Hugo y varios artistas y yo tengo la ilusión de que Diego va estar ahí. Yo no puedo elaborar su muerte.


¿Viste la serie Sueño Bendito, que cuenta la vida de Maradona? No, solo la presentación, me impresionó mucho la interpretación del actor Juan Palomino, cuando Diego buscaba aire en Punta del Este, me pareció impactante. Pero decidí no verla. Yo no hablo de internas, jamás hablaría de esas cosas. La serie de  alguna manera lo juzga, yo no puedo hacerlo.

Para el final me gustaría saber si pudieras volver a tu pasado y te encontras con el pequeño Alejandro Apo ¿qué le dirías?Le diría (Ríe luego suspira) y no te parece, no lo hice tan mal, me la rebusque. Una especie de justificación para el pibe que fui, un soñador.


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