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Martín Zariello: Un polifuncional ¿O alguien imposible de encasillar?


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El autor del libro “No bombardeen Barrio Norte”, sobre el músico Charly García, cuenta a través de una entrevista con ETERDigital cómo es ser escritor, narrador o redactor, según la situación lo requiera, y cómo se acercó al periodismo a través de sus textos.


Martín Zariello, marplatense de 37 años, comenzó su historia con la escritura de acuerdo al camino lógico. En su niñez, a los cinco años para ser precisos, dio sus primeros pasos con la pluma y el dibujo como todo infante, mediante el juego. A los 10 comenzó a leer los libros que compraba su padre y, luego de leer pasajes de “Bestiario”, de Julio Cortázar, comenzó a escribir con el objetivo de imitar al escritor. Ese sería el preludio de una pasión que intentaría continuar en la adolescencia cuando estudió en una secundaria orientada en letras, pero que desafortunadamente no finalizó.

En el año 2005, en pleno auge de los blogs independientes, tuvo la idea de crear uno propio para dar rienda suelta a todo lo que le generaba interés y, al mismo tiempo, desarrollar su amor por redactar textos. Así nació “Il Corvino”, su página de internet personal en donde toca distintos temas: música, deportes, política o cultura general. El objetivo era el de tener un espacio en donde canalizar las cuestiones que deseaba abordar: “Eludía la agenda pública de los medios. Escribía libremente” completa Zariello.

Su versatilidad a la hora de escribir y el éxito de su blog le valieron varias propuestas que lo acercaron hacia otras formas de expresión. Su trayectoria periodística comienza en medios de la Ciudad de Buenos Aires, lo que consideró como un salto importante: “soy de Mar del Plata, para mí es lejana la capital”. En 2013 lanzó su primer libro, “Sobre el rock”, que recopila sus propias publicaciones de “Il Corvino” dedicadas al género musical.

¿Es Martín Zariello encasillable? él mismo responde la pregunta: “Puede llegar a ser un problema escribir sobre muchos temas. Genera incertidumbre normalmente, pero a mí me gusta más la música, el rock”. Prefiere no ser catalogado como “polifuncional” y lo argumenta con una cita del ex futbolista y director técnico, Claudio “bichi” Borghi en la que dice que el polifuncional es un jugador que no sabe jugar en ningún puesto. 

Al recorrer la idea que dio como resultado su libro “1988. El fin de la ilusión”, Zariello explicó cómo surgió: “La iniciativa fue de Mariano del Mazo y de Sudamericana. La intención era que yo escribiera un libro para la editorial. Yo no tenía idea sobre qué escribir. La cuestión era que se cumplían 30 años de 1988 y a mí siempre me interesó la cultura argentina y habían cosas interesantes en ese año para mí”. Lo cierto es que ese año estuvo tocado por conflictos políticos cúlmines en el gobierno de Raúl Alfonsín, el fallecimiento del humorista Alberto Olmedo y varios discos que se transformaron en culto del rock nacional, como “Tester de violencia” de Luis Alberto Spinetta y “Un baion para el ojo idiota” de Patricio Rey y sus redonditos de ricota. Condimentos que hicieron que el autor se sintiera inspirado: “A partir de ahí se me ocurrió que el libro estuviera centrado en la escena del rock argentino de fines de los ochenta, porque en realidad tampoco es un libro sobre el 88”.

¿Y si se lo encasilla como periodista?. Sobre esto es tajante: “Yo no quiero ser periodista. Pero escribo libros periodísticos. Decanté por el ensayo porque en cierto punto hubo mucho más interés en lo que yo escribía sobre rock y sobre política que en mis cuentos”. Y agrega: “Yo le pongo toda la energía que se le puede poner a un texto narrativo, que para mí es diferente a la que le podés poner a un texto ensayístico o periodístico. En la narrativa aparece una pulsión más salvaje, con menos ataduras”.

Martín Zariello ¿es escritor, narrador, periodista? cualquiera de estos oficios podría ser la respuesta, si se lo mira de manera neutral. De todos modos no es necesario colocarle un título a su escritura, el requisito para empezar a leerlo es el de, solamente, disfrutar del fruto de su teclado.


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