Los Juegos Panamericanos 2023 tendrán la particularidad de llevarse a cabo en el último trimestre del año y esto ha afectado a algunos deportes de conjunto, entre ellos, el básquet, que sufrió dos modificaciones de participantes en cada rama y se avecina un evento de menos jerarquía internacional por las múltiples ausencias de jugadores importantes en cada selección.
La fecha en que se realizará la cita multidisciplinaria no coincide con el calendario FIBA (Federación Internacional de Baloncesto) por lo que los clubes no tienen el deber de prestar a sus jugadores. Solo la Liga Nacional de Argentina ajustó su cronograma para detener la competencia, y es que buena parte del plantel albiceleste en Santiago está compuesto por piezas del torneo local.
Precisamente, siete nombres: Pedro Barral (Obras), Tayavek Gallizi (Quimsa), Bautista Lugarini (Instituto), Agustín Pérez (San Martín), Fabián Ramírez (Quimsa), Javier Saiz (Instituto) y Kevin Hernández (San Lorenzo). Completarán tres elementos provenientes del certamen brasileño, Santiago Scala, Franco Baralle y Martín Cuello; sumados a los jóvenes Juan Bocca y Lucas Giovanetti, pertenecientes a canteras de equipos españoles.
En el caso del femenino sucede lo mismo. Seis que viven en el país: Valeria Fernández (Obras), Candela Gentinetta (Obras), Malvina D’Agostino (Ameghino), Natassja Kolff (Ameghino), Delfina Saravia (Unión Florida) y Camila Suárez (Obras). Tres desde la liga uruguaya (Agustina García, Agustina Jourdehuil y Carla Miculka), una joven de la tercera división de españa (Magalí Vilchez), una de la liga universitaria de Canadá (Victoria Gauna) y una que juega en Portugal (Agustina Marín).
Tomando en cuenta las últimas convocatorias, del masculino no repite ningún nombre del Preclasificatorio Olímpico, y del femenino solo Suárez, Gentinetta, García y Vílchez estuvieron en la AmeriCup 2023, es decir, planteles mayormente alternativos.
Esto es una tónica que se vive de igual forma en el resto de las selecciones, que deberán recurrir a jugadores de su liga local -varias del Caribe ni siquiera están activas-, que hagan vida en Sudamérica o jóvenes que sí tengan permisos para ser cedidos por sus equipos.
Incluso declinaron su participación dos elencos naturalmente contendientes: Estados Unidos y Canadá habían clasificado, pero no estarán en Chile, aún sin motivos oficiales. En el masculino, República Dominicana y Panamá tomaron sus lugares, mientras México y Cuba lo harán en el femenino.
En las ediciones anteriores, el básquet masculino tenía los Panamericanos como un torneo que servía como preparación para un evento más importante, y los combinados nacionales empezaban a formar el núcleo que llegaría al Preolímpico 2015 o el Mundial 2019. Esta vez no tiene ese ingrediente que le daba mayor relevancia y elevaba el nivel del campeonato.
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