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Delfina Pignatiello


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La bautizaron Delfina y capaz, a partir de allí, su destino estuvo invisiblemente marcado. Tenía tan solo 8 meses cuando su mamá la sumergió por primera vez en una pileta. Ese fue el punto de partida para su historia ligada a la natación y al olimpismo.

Delfina Pignatiello a los 12 años ya había tomado la decisión de incursionar en el mundo de la natación. Quería arrancar a competir y así se lo comunicó a su madre. En tan solo dos años, a los 14, ya formaba parte de la selección nacional. A partir de 2015, comenzó a nadar a nivel internacional. Participó en tres Mundiales: dos juveniles (Singapur 2015 e Indianápolis 2017) y uno de mayores (Windsor 2016). En 2016, fue récord argentino en los 800 metros libre y obtuvo el sexto puesto en el Campeonato Mundial en Piscina Corta. En 2017, viajó a Indianápolis a disputar el Campeonato Mundial de Junior y allí se consagró. Se proclamó campeona mundial junior tanto en los 800 y 1500 metros libres, sumado al segundo puesto en la carrera de 400.

En los Juegos Suramericanos de la Juventud Santiago 2017, fue la abanderada argentina en la Ceremonia de Apertura y la máxima medallista de la delegación con tres medallas de oro, tres de plata y dos de bronce. Sus logros obtenidos durante ese año fueron recompensados con el Olimpia de Oro, premio que se entrega al mejor deportista del año. Obtuvo dos medallas de plata en los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018 en 400 y 800 metros libre. Allí conquistó nuestro corazón.

Los Juegos Panamericanos de 2019 fue el evento que la catapultó a ser la promesa del deporte argentino, el ejemplo a seguir. Allí, obtuvo la triple medalla de oro, en 400, 800 y 1500 metros libres, convirtiéndose así en la primera nadadora argentina en ganar tres medallas de oro en Juegos Panamericanos. Por su gran rendimiento, fue la abanderada de la delegación nacional en la ceremonia de clausura.

En un periodo de tan solo 6 años, la joven argentina ya había realizado un sacrificio y un esfuerzo formidable por su carrera. Se perdió incontables cumpleaños de amigos y familiares, el viaje de egresados de quinto año y siempre tuvo una dieta y rutina estrictas a la que tuvo que seguir al pie de la letra, como sucede con los deportistas de elite. En consecuencia, a los 19 años, ya poseía en su haber una gran cantidad de medallas y récords, tanto nacionales como sudamericanos. Sin embargo, su sueño, como el de la mayoría de los deportistas argentinos, era la medalla olímpica. 

Llegó el 2020, año de los Juegos Olímpicos de Tokio. Era el año de Delfina, que venía de consagrarse en los Panamericanos y se perfilaba para tener un papel importante. No obstante, una pandemia arrasó con gran parte del mundo y con sus ilusiones. Retrasó los Juegos para el 2021 y dificultó severamente tanto a nivel físico como mental, la preparación de la joven promesa argentina de cara a Tokio. Debido a las medidas tomadas durante la epidemia, Delfina no tenía permitido ir a la pileta a entrenar. Trató de adaptar su entrenamiento a la piscina de su casa, pero era un escenario muy distinto y complicado para llevar a cabo una preparación olímpica. “Hace once semanas que no entro a una pileta, es un récord mundial de no nadar”dijo en ese momento la joven nadadora. Era una profesional que no podía nadar. A su vez, sus futuras rivales, si tenían acceso al entrenamiento adecuado, lo cual le generaba una desventaja.

Llegó julio de 2021 y también los Juegos Olímpicos. El evento más importante de la carrera de Delfina y el de más exposición mediática. En Tokio no tuvo la performance esperada y en medio de su soledad debió soportar las críticas más feroces (principalmente a través de las redes sociales) y los prejuicios de una sociedad exitista.

“¿Saben lo que pesa ver tu nombre en los titulares de los diarios prometiendo una medalla? Sentía como si dejara de ser una persona, que lo único que valía en mi vida era entrenar y ganar la dorada. El resto ni servía. Eso termina afectando la visión que se tiene de uno mismo. Había llegado a creer que no lo merecía. Había dejado de disfrutar estar ahí. Había dejado de escuchar mis propios deseos”.

Te adoran cuando estás arriba y te desprecian cuando estás abajo. Así lo sintió Delfi…

“Cuando terminaron los Juegos estaba inmersa en una guerra en las redes sociales, donde me atacaban sin impunidad detrás de un perfil en internet. Me llegaban a decir fracasada de mierda y lo peor es que yo me lo creí”.

En 2022, aún con mucho por trabajar y conseguir, Delfina Pignatiello le puso punto final a su carrera. Dejó de lado los deseos ajenos, rompió con los prejuicios y pateó el tablero, se retiró de la competencia del deporte que ama.

“En mi corazón quedará para siempre el orgullo, la alegría y el honor de haber representado nuestra celeste y blanca estos años con tanta pasión. Ahora quisiera contarles que hace unos meses tomé la decisión de hacer un paso al costado del alto rendimiento y la competencia. El deporte forma parte de mi vida desde otro lado, sigo nadando y estar en el agua seguirá siendo siempre mi lugar en el mundo. Me compré una cámara de fotos y emprendí un camino artístico el cual estoy explorando con mucha curiosidad, ganas de aprender y seguir creciendo. Me hace muy feliz y me hizo soñar de vuelta. Gracias a quienes me acompañaron hasta aquí y quienes elijan seguir haciéndolo”.

A casi dos años de los Juegos Olímpicos de Tokio, su última vez en una pileta como atleta profesional, publicó “Diarios de Delfín”, el libro en el que hace un repaso de su carrera y deja un mensaje sobre el valor de superar los cambios que se presentan en la vida de una persona.


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