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Beto Vázquez: “Yo vi nacer y morir a todas las bandas de heavy metal del país”


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Uno de los referentes de la escena metalera argentina repasa con Eter Digital su trayectoria. Además, habla sobre las nuevas generaciones y las temáticas sociales que hoy están en debate, ya reflejadas en sus discos casi tres décadas atrás.


Del chico de once años que se sentaba en la vereda a escuchar a la banda que ensayaba en la esquina de su casa, hasta tocar para tenientes y coroneles en la banda de jazz del servicio militar, o haber sido telonero de Yes en el Luna Park, son algunos de los destinos que recorrió en su vida el bajista argentino fundador de las bandas Beto Vazquez Infinity y Nepal, Alberto Vázquez (59), mejor conocido como Beto.

Desde su disquería ubicada en la galería Recamier, en el barrio porteño de Belgrano, con su pelo largo, su remera de Motorhead, Beto recordó con nostalgia las fechas que, en su época de Nepal, compartió con bandas como Retrosatán o Lethal, y remarcó que en aquel entonces no existía rivalidad entre bandas en la “jungla de cemento”, como el denominó a la música. “Ahora hay rivalidad”, sentenció el músico.

-A casi treinta años del lanzamiento de Raza de traidores, ¿qué recuerdos tenés de la grabación de aquel primer material de Nepal?

-La mayoría de la gente lo toma como si fuera un ícono dentro de la historia de Nepal, lo cual lo es, no voy a renegar de eso, porque lo amo. Fue de toma uno. Ninguno de los discos de Nepal fue grabado con metrónomo, era a la vieja escuela, tocando todos juntos. Raza de traidores se grabó y se mezcló en menos de sesenta horas, e Ideología, el disco siguiente, se grabó en ciento cincuenta horas, es un abismo la diferencia, y se nota mucho en la calidad de audio.

-En Ideología hablaban mucho sobre problemáticas socio-ambientales, como por ejemplo la ecología, que es un tema que hoy está muy presente en la agenda mundial. ¿Qué veían ustedes en 1995 que los impulsó a escribir sobre eso?

-Visionábamos una cosa que hoy por hoy es una realidad. O sea, veíamos el futuro, no muy lejano, que es lo que está pasando ahora: la deforestación, el problema ambiental, la contaminación y el calentamiento global. Todo eso estábamos diciendo treinta años atrás.

Los nuevo horizontes

“No quedarse” y “aggiornarse” son dos aristas de una misma filosofía que salieron varias veces a la luz, a lo largo de su vida artística. La primera vez fue cuando, influenciado por la llegada de bandas como Iron Maiden, desterraron el “rock viejo”, como él lo llamó, para darle lugar a Nepal.

La segunda, fue diecisiete años más tarde, cuando eligió cambiar su norte musical con su nuevo proyecto: Beto Vázquez Infinity (BVI).

-¿Cómo nació la idea de formar BVI? ¿Y qué inquietudes a nivel personal y artísticas tuviste para pasar de tocar un thrash metal más tradicional a hacer power metal?

-Yo tenía muchas ideas de composición que no encajaban con lo que hacía Nepal en ese momento. Para que no hubiera problemas, decidí hacer un proyecto paralelo que tenga otro tipo de visión. Por ejemplo, cantar en inglés. Gracias a eso estoy editado en países de Europa y Asia, lugares que no hubiera llegado con el castellano. Cuando arranqué con Beto Vázquez Infinity, estaba muy de auge el power metal. Con temáticas más románticas en cuanto a lo que sea historia de batallas de espadas o más medieval. Había descubierto un mundo nuevo en ese momento y me encantó la temática.

-A lo largo de la discografía de BVI, si bien cada disco posee tintes propios, se nota una cierta linealidad de género, hasta el disco Humanity. ¿Qué fue lo que te llevó a dar ese cambio tanto en la música como en las letras?

-La música abría nuevos horizontes y aparecían bandas más modernas. Con mujeres tomando la posta, cantando de una forma nueva, entonces pensé: “Me parece que me estoy quedando de vuelta”. Y con una nueva formación que cambió radicalmente la manera de componer, empecé a hablar de temáticas sociales, más reales, como la religión, con la canción “Master of fools”, la política, la guerra, la posguerra y el encierro.

De guantes y aguantes

De espaldas a una pared repleta de discos, y rodeado por remeras de bandas con estampados de pentáculos, iglesias ardiendo y parcas, Vázquez se refirió a cómo veía a la cultura del metal en el país: “La música está muy vapuleada, ni hablar con esto de la pandemia. Yo vi nacer y morir a todas las bandas de heavy metal del país. Ahora hay muchas bandas que graban un disco, se creen Metallica y no llegan al segundo”.

-¿Mantenerse es más difícil que llegar?

-Mucho más difícil, porque es más fácil colgar los guantes que seguir la pelea.


Recorrido

El thrash metal es un subgénero del metal el cual se basa en canciones rápidas, riffs pesados y letras de contenido social, como, por ejemplo, política, guerra y corrupción. En su actual proyecto, Beto Vazquez Infinity, posee seis discos de estudio y dos dvds grabados hasta el momento. También contó con la colaboración de grandes músicos como Fabio Lione (Rhapsody of Fire), Timo Tolkki (Stratovarius), Candice NIght (esposa de Ritchie Blackmore), Tarja Turunen (Nightwish) y Walter Giardino (Rata Blanca), entre otros. Este proyecto logró llevarlo al festival Viña Rock en España en el año 2002.  


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