Más de medio millón de personas se manifestaron contra el polémico fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que abrió la puerta a la aplicación del 2×1 en el cómputo de penas en casos donde están implicados genocidas de la última dictadura civico-militar. Frente a la masiva movilización que se preveía, varias denuncias penales a los magistrados y el contundente rechazo de la población -algunas encuestas afirman que un 85% está en desacuerdo- el Congreso terminó con la restricción a la esa ley derogada en 2001.Pero, ¿cómo se construyó el escenario político para el polémico fallo?
Por Laura Guarinoni e Ignacio Escobar
Primero la negación
Si bien desde el oficialismo se insiste con despegarse de la Corte y su fallo alegando a que se trata de “dos poderes independientes”, en estos casi 16 meses de gobierno macrista hubo varios gestos y acciones de parte del Ejecutivo que cambiaron las políticas de Derechos Humanos de los últimos 10 años y están más a tono con la decisión del Máximo tribunal.
Lo primero fue el discurso negacionista sobre los 30 mil desaparecidos. Vimos varios funcionarios cuestionar el número de víctimas del terrorismo de estado. El caso emblemático fue el del entonces ministro de Cultura porteño, Darío Lopérfido, que afirmó que ese número “se arregló en una mesa para conseguir subsidios”. El repudio generalizado llevó a que meses más tarde renuncie a la cartera. Pero no fue el único que se manifestó en esa línea, hasta el propio presidente dijo que no era una cuestión de números en una entrevista para el portal Buzzfee: “No tengo idea y no me interesa participar del debate. No sé si fueron 30 mil o 9 mil, es una discusión en la que no voy a entrar”. Así se instaló nuevamente en el discurso público “La Teoría de los Dos Demonios”.
En igual dirección, el titular de la Aduana, Juan José Gómez Centurión, rechazó la existencia de un plan sistemático de desaparición de personas en los setentas. Luego, la lentitud de los juicios a los represores. La Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad advirtió que durante el año pasado los juicios por delitos de lesa humanidad
fueron demorados. El retiro del Estado de las querellas en esos juicios fue de la mano de deslegitimar los juicios de lesa humanidad a los ojos de la sociedad. El secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, recibió a familiares de “víctimas del terrorismo”; y Cecilia Pando y Victoria Villarruel, representantes de agrupaciones defensoras de represores, fueron recibidas por el ministro de Justicia, Germán Garavano. El propio presidente Macri habló de “guerra sucia” para referirse a la represión ilegal del gobierno de facto.
El trato a los genocidas
Se presencia en los últimos 16 meses, la vuelta a la escena pública , impulsada por el gobierno, de varios personajes relacionados con la dictadura. Así fue como Aldo Rico, ex carapintada, participó del desfile y fue homenajeado en el Día del Bicentenario de la independencia.
Por otro lado, el ministro de Defensa, Julio Martínez, volvió a habilitar que los presos por delitos de lesa humanidad puedan volver a ser atendidos en hospitales militares, que había sido prohibido por su antecesor, Agustín Rossi, luego de que dos condenados se fugaran del Hospital Militar Central.
Días atrás, en paralelo con la salida del fallo del 2×1, la Iglesia insistó con la idea de la reconciliación con los genocidas y propuso encuentros por el “diálogo” que también incluían a familiares de represores.
Los fallos previos al Fallo
El fallo Fontevecchia, donde la Corte Suprema de la Nación sostuvo que la Corte Interamericana de Derechos Humanos no puede revocar sentencias del máximo tribunal argentino sentó un significativo precedente jurisprudencial, en relación a los principios de derecho público establecidos en la Constitución Nacional. La posición mayoritaria fue conformada por el voto de los jueces Ricardo Lorenzetti, Elena Highton de Nolasco y Carlos Rosenkrantz y el voto propio del juez Horacio Rosatti.
En el fallo Alespeiti, la Corte revocó otro de la Cámara Federal de Casación Penal que había dejado sin efecto la prisión domiciliaria a un teniente coronel del Ejército. Éste dejó abierta la posibilidad de que cualquier genocida aspire próximamente a lo mismo. Lo hizo con los votos a favor de Juan Carlos Maqueda, Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz.
Felipe Alespeiti está imputado por 107 secuestros y desapariciones, entre los que se cuentan las del escritor Haroldo Conti y Marcelo Gelman, hijo del poeta Juan Gelman.
Luego, en agosto del año pasado, a casi 10 años de la desaparición de Julio López, la justicia le otorgó la domiciliaria a Miguel Osvaldo Etchecolatz. La lista de los genocidas que recibieron el beneficio de la prisión domiciliaria en estos meses se ha engrosado, ya sea por ser mayores de 70 años o problemas de salud.
Y llegamos al Fallo. Con voto a favor de Elena Highton de Nolasco, de Horacio Rosatti y de Carlos Rosenkrantz, la Corte Suprema concede la aplicación del 2×1 al represor Luis Muiña, quien integró el llamado grupo Swat del Hospital Posadas. Muinia fue condenado por secuestro, tortura y desaparición de trabajadores del hospital en El Chalet, un centro clandestino montado dentro de la institución. Ambos jueces fueron propuestos por el macrismo, y avalados por el senado, y la magistrada había conseguido recientemente el eterno sillón en el tribunal.
Desenlace
Después de 211 votos positivos y uno negativo del diputado salteño Alfredo Olmedo, diputados aprobó el proyecto que frena el 2×1 a represores. Cabe destacar que habian 43 ausentes en el recinto y que se encontraban miembros de Madres y Abuelas en el lugar.
Estela de Carlotto, titular de Abuelas de Plaza de Mayo, eligió la iniciativa: “Los legisladores aprobaron una ley que busca frenar aprobación del 2×1 a represores, esto nos llena de esperanza y gratitud”, sostuvo la titular de Abuelas en la masiva marcha.
Por su parte, el Senado sancionó por 56 votos la ley elevada por la cámara baja. Esta vez no hubo ninguno votó en contra luego de una sesión convocada de carácter urgente para responder al polémico fallo de la Corte la semana pasada.
Agregar comentario