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Cómo trabaja un director de series y telenovelas


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Una entrevista imperdible con Martín Saban, el multipremiado director de ATAV, Valientes y Soy Luna, entre otros éxitos de Pol-Ka, para quienes quieren conocer el mundo de la dirección audiovisual desde adentro.


“Lo que más me gusta de la dirección es el trato con la gente”,  señala Martín Saban, director de televisión que desde hace veinte años dirige los éxitos de Pol-ka Padre Coraje, ATAV, Hombres de honor, Los únicos, Violetta y Soy Luna, entre otras producciones.

En este mano a mano con el multipremiado director repasamos su carrera, sus proyectos actuales y cómo es el día a día de un director en una tira diaria del prime time televisivo.

– ¿Qué es lo que más te gusta de la dirección y de tu rol en la filmación?

Lo que más me gusta de la dirección es el trato con la gente. Hay un alto nivel de vínculo creativo, técnico, técnico-creativo, artístico, según con quién te estés vinculando, y lo bueno del trabajo en equipo para mí, es poder switchear permanentemente entre los códigos establecidos con quien vayas a vincularte. Las formas, el lenguaje, si es lenguaje técnico, si es lenguaje de luz, si es lenguaje de audio, si hablas de planos, de corte, de música, de actuación, o del encuadre con el camarógrafo. Ese tipo de switch y lo que es la conducción de un equipo humano es el desafío más grande de un director.

– ¿Qué consideras fundamental para que un proyecto salga bien?

Es una buena pregunta, hay un montón de factores, un proyecto tiene siempre una caja de un montón de variables, las más generales son dinero y tiempo. Con esas variables vos tenés que hacer un proceso analítico-crítico, muy fino, que después se ve reflejado en lo que se llama diseño de producción. Vos sabés que tenés tantos días para grabar tantas escenas o tantos capítulos en determinadas condiciones, no es lo mismo grabar en la Ciudad de Buenos Aires, en un estudio, que grabar en un salar en el norte argentino, en Bariloche o en Europa. Las condiciones son diferentes, las condiciones climáticas, de terreno, los permisos, cómo se pide permiso para poner el camión de cámara, cómo se pide permiso para filmar. Bueno, todas esas variables juegan en el entendimiento del diseño producción, y es lo que hace que un proyecto salga bien o salga mal.

Hay proyectos que anduvieron muy bien de rating, y que fueron grandes fracasos comerciales porque tardaron de repente un mes y medio más de rodaje de lo que tenían que haber tardado, y eso hizo que la gente que invertía perdiera mucho dinero. Atrás de cualquier director que tiene una mirada artística, hay una industria donde hay roles y gente que arriesga dinero para hacer un negocio, sea un canal o una plataforma, o una productora o un inversor privado. Todo eso tiene que ser ordenado por las cabezas de equipo que van a llevar adelante un proyecto, esas cabezas tienen que tener muy en claro las variables que te mencionaba antes, dinero y tiempo fundamentalmente. Después sí, que el casting sea bueno, que el diseño de vestuario sea bueno, que la luz sea buena, que el movimiento de cámaras sea el adecuado, que se vea lindo, que se vea bien, que se vea agradable o que transmita tensión según el proyecto. Que el libreto sea bueno, la materia prima de cualquier proyecto es el libro, si el libro es malo, no hay nada que hacer, el proyecto va a ser malo, puede ser caro o barato después, puede salir bien o mal, pero va a ser malo. Y es ahí donde uno tiene que poner siempre el ojo como director.

– Una vez dentro del proyecto, ¿cuál es tu trabajo como director?

Mi trabajo es muy variado según cada proyecto. En el que estoy ahora, mi trabajo es darle a la gente que está escribiendo, feedback permanente de cómo veo los libretos, cómo veo los guiones, decirles qué me gusta y qué me gustaría cambiar, y sugerir no mejoras, pero sí puntos de vista. Cuál sería mi punto de vista sobre tal escena, la mirada sobre tal personaje, ese es un proceso largo en este momento, es un proceso de varios meses, lo que lo hace muy intensivo. Paralelamente estamos viendo locaciones, tiempo, dinero, recursos visuales, sean por ejemplo efectos visuales, hasta cuántos puedo tener y cuántos necesito.

Todo el tiempo es ese equilibrio, qué necesito y cuánto tengo, o cuánto puedo tener. La música, hablar con el músico, hablar con la directora de arte de cómo van a hacer la ambientación y si hay que construir decorados cómo van a ser. La paleta de colores, hablar con la directora de fotografía de cómo va a ser la iluminación a partir de los climas que se quieren pensar para cada decorado, para cada personaje. Con la gente de producción, cómo lo vamos a hacer, en cuánto tiempo y qué recursos se necesitan, si hace falta una grúa, o si hay que llevarse una cámara a la mitad de la montaña. Cómo va a ser el plan de rodaje, eso se charla con la gente dirección, qué escenas van, cuántas escenas van a grabarse cada día, en qué lugar y cómo se agrupan. Cómo se priorizan, cuántas de noche, cuántas de día, cuántas se pueden fingir grabando de día que son noche o cuánto hay que grabar de noche para que sea noche por noche, y después se habla mucho de presupuesto y mucho de tiempo, eso es como la gran constante.

– ¿Cuáles son los retos a los que se enfrenta un profesional de cine en la actualidad?

Los retos son mantenerse siempre atento a qué pide el producto, qué pide el cliente, que pide la industria y qué pide el público. Una cosa no puede obviar la otra, si uno trabaja solamente para el cliente sin mirar al público, no funciona, si uno trabaja solamente para el público, sin tener en cuenta al cliente tampoco. Entonces, hay como varios vectores que hay que hacer coincidir en la dirección que uno considera que es la adecuada, ese es el desafío, no equivocarse.

– Y en la pandemia, ¿encontraste algún desafío nuevo?

Si, en la pandemia encontré el desafío de dar por terminado un vínculo laboral de 26 años con una productora que fue Pol-Ka, saltar al vacío en plena pandemia, a ver qué había para mí en el mercado local y en el mercado internacional. Decidir hacerlo y dar el salto, y reinventarme, encontrándome no solamente como director, sino como parte de equipos de desarrollo de cosas nuevas. Y como autor, no escribiendo el guión terminado, pero sí escribiendo el concepto de la idea en tres proyectos, dos proyectos para jóvenes y un proyecto para adultos, esto como génesis propio. Y además trabajando y dando forma a proyectos de una productora que necesita su departamento de desarrollo y me confía a mí, entre otra gente, sus ideas y sus posibles proyectos a futuro. O sea que un montón de cosas.

Sabán recibió varias distinciones a lo largo de su carrera entre las que se encuentran los Premios Clarín y Martín Fierro como Mejor Telenovela del año, y su novela Padre Coraje también recibió el Martín Fierro de Oro. Fue nominado como Mejor Director en diversas oportunidades.

– ¿Cuál fue la novela en la que más disfrutaste trabajar?

Disfruté un montón de trabajos, en la mayoría encontré siempre el espacio en donde pasarla bien. Hace poco un productor me decía que de repente en determinado programa me reemplazaba un director y era como una fiebre de locura y de cosas que no funcionaban, y el director que se quejaba y se enojaba. Y entonces me decía, y te veía a vos, y estabas antes y después de eso, como navegando en un crucero con un Martini en la mano, y yo le decía: “Bueno, es que la paso bien”. ¿Entendés la diferencia? Mientras un director se quejaba de que era muy complejo, yo le encontraba eso, el bienestar, y me relajaba y disfrutaba. Creo que en todos la clave es encontrar ese espacio. Los que recuerdo con mucho cariño son, “Padre coraje”, que fue una novela de época, “Hombres de honor”, otra novela de época, “Argentina tierra de amor y venganza”, también de época del anteaño pasado. Programas infanto-juvenil como “Violeta” y “Soy Luna”, que fueron de mucho éxito, “Valientes”, que fue una novela que fue un exitazo en su momento, toda la gente la veía todas las noches. Es lindo hacer un programa que la gente vea tanto, todas las noches y que lo sigue, como hacer un programa como “Violeta” o “Soy Luna”, donde pasan los años y la gente lo sigue viendo y lo sigue memorando. Son todos estos programas los que te menciono, donde la pasé muy bien.

– Hiciste muchas series de época, como recién mencionaste, “Padre coraje”, “Hombres de honor”, y “Argentina tierra de amor y venganza”, ¿Qué consideras que fue lo más difícil en esas novelas y si ves alguna diferencia o cambio respecto a otros trabajos?

Sí, todo lo que es época tiene una dificultad mayor porque cada frase, cada vestuario, cada modismo, cada elemento de utilería tienen que ser revisados dos veces, porque o no se hablaba de determinada manera, o la expresión era distinta, o no había determinados elementos. Tiene que estar uno muy atento a un montón de variables que en el día a día y en el ritmo vertiginoso con el que se graba y se produce, tienden a pasar desapercibidas.

Por ejemplo, una vez vi una captura de pantalla de un televidente que había marcado que en el fondo de un cuadro, casi donde no se veía, en medio de una escena, había una manzana que tenía una etiqueta adhesiva de la marca, y en esa época no existían supuestamente esas etiquetas, o todavía no se usaban. Cosas como por ejemplo eso que uno tiene acostumbrado al ojo, y lo ve y no lo percibe, o ni siquiera lo ve, bueno, uno tiene que hacer como double check todo el tiempo en ese tipo de situaciones.

El reconocido director trabajó también para proyectos audiovisuales de Chile y México, y hasta dirigió programas de la televisión española desde Buenos Aires.

– ¿Cómo fue que entraste al mundo del cine y la tele?

Me inicié en el colegio secundario tratando de hacer trabajos prácticos que fueran más divertidos que pasar al frente, y agarré una cámara de video que tenía en casa. Conocí a un grupo de gente que estaba recién empezando a editar, estamos hablando de fines de los 80’s, principios de la historia del video hogareño. Yo sabía que había algo que se llamaba Isla, que eran unos chicos un poco más grandes que yo, que habían puesto en un PH unas caseteras, una cámara y algo que se llamaba mixer en esa época, que era un switcher hogareño. Y empecé a encontrarme con la posibilidad de grabar y editar, incluso duplicando a un personaje. Calculaba tiempos pares e impares de un personaje duplicado, si fuera A y B, como capas, para generar un noticiero con un gemelo dando las noticias. Eso me pasó a los 17 años y ahí empecé a darme cuenta que me parecía muy divertido todo lo que tuviera que ver con el video.

Años después, ya siendo estudiante y viendo que tenía bastante experiencia por mi cuenta, con mi propio equipo, había comprado cámaras, algo de edición, intercomunicadores, y empezaba a hacer lo que era edición en vivo en eventos, grababa un evento a dos cámaras y editaba por para ganar plata. Hacía plano general y editaba a la vez porque tenía un cable corto y el switcher me quedaba al lado de la cámara, y así me ahorraba un sueldo y un cable. Haciendo eso empecé a ganar experiencia de lo que es ponchar, que es algo que después hice mucho en ficción. Ponchar es ir cortando entre cámaras, entre planos, te comunicás con el camarógrafo que está adelante, él hace una indicación de un plano que te gusta, y una vez que lo tenés y lo estás viendo, lo cortas, dándole aire o dándole plano.

Ya con toda esa experiencia empecé a los veinti pocos años a trabajar en el ambiente industrial, en una serie que se llamó “La marca del deseo”, en el año 93 y donde empecé como asistente de cámara.

Saban se formó en medios audiovisuales en Buenos Aires Comunicación y Escuelas ORT y se capacitó en edición, en educación musical y en dirección de actores en la escuela de Raúl Serrano.

– ¿Qué directores o películas fueron o son referentes para tu trabajo?

Los directores que me gustaban cuando empecé a estudiar, son los mismos que me siguen gustando hoy.  Y por supuesto hay gente nueva, y gente muy interesante, pero los que me marcaron fueron Brian de Palma, fue Kieślowski, que tuvo una película genial que se llamó “La doble vida de Verónica”, y fue también el director de la trilogía: “Bleu”, “Blanc” y “Rouge”, que es una película por cada color. Me gustó mucho Bille August, que hizo una película que se llamó “Las mejores intenciones”, es una película fantástica, y después hay una película que no me acuerdo nunca el director que se llamó “Kolya”, que es la relación entre un nene y un señor grande que toca el chelo, y que se van vinculando hasta que finalmente se convierte en un vínculo padre-hijo. Es una película maravillosa.

– Antes mencionaste que estuviste 26 años en Pol-Ka, ¿Cómo fue que entraste en Pol-Ka? Y después, ¿Cuáles son tus próximos proyectos profesionales?

Entré en Pol-Ka como reemplazo de asistente de cámara y después fui reemplazo de camarógrafo. Después fui camarógrafo de un programa que se llamó “Poliladron”, en los comienzos de Polka en el año 94, pero al final entonces tenía muchas opciones de trabajo y donde no trabajaba para una compañía, trabajaba para la otra. De pronto, en “Verdad consecuencia” me dijeron, che nos gusta cómo haces cámara, venís de fijo, y ahí es como entré a Pol-Ka de manera permanente y al poco tiempo era asistente de dirección. En algún momento tuve la oportunidad de empezar a reemplazar al director y empezar a dirigir, hasta que finalmente me dieron una oportunidad única de empezar a dirigir a los 29 años, y además en el exterior, con lo cual me encontré dirigiendo en Chile, trasladando a mi familia, que era mi esposa y un nene muy chiquito. Y nada, adaptándome a la reciente paternidad y a la reciente dirección, todo a la vez en otro país, con lo cual era como un desafío triple. O sea. que estuve desde los comienzos de Pol-Ka y dirigí durante casi 20 años, desafíos de Pol-Ka en Argentina y después coproducciones, viví mucho tiempo en México, viví en Chile, e hice cosas en Argentina y en España para Globomedia. Tuve muchos esquemas de coproducción en los que estuve involucrado, incluso los de época como “Padre Coraje” y “Hombres de honor” fueron con una productora israelí que se llama Yair Dori, que sigue vigente haciendo muy buen material.

¿Qué voy a hacer ahora? Estoy en la dirección de un proyecto para Disney que es un proyecto muy interesante, estoy desarrollando proyectos personales, algunos tienen ventana de producción posibles en lo venidero, que en algún caso tienen la intención de que yo lo dirija. Me estoy diversificando, a la vez hago documentales, hice un documental sobre Sebastián Yatra y una ganadora de un reality para Disney+, que se llama “Conecta y canta”, es el último episodio del documental. Otro documental sobre los últimos cinco días de los cinco integrantes de CNCO, que se va a estrenar prontamente. Y en el desarrollo de guiones, no del guión en sí, sino del concepto del mismo, a pedido de una casa productora, con lo cual hay muchas cosas a la vez.

Esta entrevista fue realizada en el marco del Taller de Comunicación de la Escuela Superior de Comercio “Carlos Pellegrini”.


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