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Dolarización en Argentina: entre cara chica y grande


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La dolarización que proponen desde La Libertad Avanza tiene muchas variantes, pero un solo objetivo: terminar con “la maldita moneda llamada peso”.

La historia inflacionaria argentina siempre fue tema de debate en los distintos espacios políticos. Este año no ha sido distinto y se ha posicionado como eje central para las elecciones presidenciales de octubre. En los últimos 12 meses, según el último informe publicado por el INDEC, los precios aumentaron un 124,4%. Pero, ¿qué soluciones hay para bajarla?

Fuente: INDEC

La historia inflacionaria argentina siempre fue tema de debate en los distintos espacios políticos. Este año no ha sido distinto y se ha posicionado como eje central para las elecciones presidenciales de octubre. En los últimos 12 meses, según el último informe publicado por el INDEC, los precios aumentaron un 124,4%. Pero, ¿qué soluciones hay para bajarla?

Desde el espacio libertario se enumeraron 5 distintas formas de llevar a cabo esta dolarización, que dependerán del estado macroeconómico del país a la hora de asumir y que aseguraron que se hará lo antes posible, pero sin antes, como advirtió Milei: “arreglar el problemas de las Leliq, si no puede haber hiperinflación”.

Una de las principales incógnitas de esta medida que se preguntan varios expertos son de qué manera se llevaría a cabo una dolarización sin reservas en el BCRA y a qué tipo de cambio se haría.

Emilio Ocampo, economista y principal ideólogo de la dolarización de Javier Milei, descartó otras alternativas para bajar la inflación: “No nos quedan muchas herramientas. Hay que hacer una reforma monetaria, el peso ya no existe. Hay que crear moneda nueva o adoptar otra, y la realidad es que los argentinos ya adoptaron el dólar”, sentenció.

¿Un libro libre?

El plan de Ocampo quedó plasmado en el libro Dolarización, una solución para la Argentina, el cual escribió junto a Nicolás Cachanosky. Entre ellos mantienen el blog con el nombre homónimo en el que difunden y sostienen su trabajo.  En uno de sus últimos posteos, mencionó: “NO HAY obstáculos insuperables para dolarizar la economía (que ya está de facto dolarizada)”.

Luego, basándose en la experiencia de El Salvador, puntuó el paso a paso de como funcionaria una “dolarización voluntaria” la cual, en primera instancia, escribió: “Se congelaría la cantidad de pesos en circulación. No se emitiría ni un peso más”.

Luego, “se fijaría un tipo de cambio, que sería el de mercado luego de su liberación y redondeado, para que sea fácil para la gente hacer el cálculo de conversión; ese tipo de cambio es ‘para siempre'”. Lo anterior: “Será el puntapié inicial para dolarizar, el tipo de cambio al cual el BCRA “se compromete a comprar todos los pesos en circulación” y será “de un día para otro”. Y en cuanto a los depósitos de los ahorristas, serían “dolarizados de inmediatos”, concluyó.

Fuente: Dolarización, una solucion para la Argentina

Algo a destacar es la utilización del término: “la libertad monetaria”, el cual sería posible vía unificación cambiaria, como dijo el miércoles pasado en la conferencia que organizó Bloomberg a lo que agregó: “No proponemos eliminar el peso, sino que los argentinos elijan qué moneda quieren usar”, que en boca de Javier Milei serían los dólares.

La cara chica de la dolarización

Desde el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO), Federico Zirulnik se posicionó en contra de la eliminación del peso como moneda de uso legal y dijo: “Se necesitan aproximadamente 50.000 millones de dólares para canjear todos los pesos que hay en la economía a un tipo de cambio cercano a los paralelos”.

En el mismo sentido, sumó que al haber pocas reservas en el BCRA se tendrían que pedir prestadas divisas al exterior, pero que debido a los niveles altos de endeudamiento del país, es casi imposible que algún organismo esté dispuesto a desembolsar esa suma.

Partiendo de esta escasez de divisas, el economista del CESO también planteó otra alternativa no muy favorable: “Tienen que meter una brusca devaluación inicial para que los pocos dólares que hay en el Banco Central alcancen para ser canjeados por los pesos que circulan en el mercado”, y que sumando la posible salida del CEPO, una hiperinflación sería inminente. Con todos los precios de la economía en alza, y la licuación de salarios, la inestabilidad social y económica sería “caótica”. 

América Latina dolarizada: el caso ecuatoriano

En América Latina existen tres países que están dolarizados: Panamá, El Salvador y Ecuador. Este último lo hizo para intentar estabilizar los precios. Si bien el presidente Jamil Mahuad, quien impulsó la desaparición del sucre luego de una devaluación del 197%, fue derrocado por un grupo de coroneles e indígenas, su sucesor, Gustavo Noboa, continuó con la misma política económica y logró reducir la inflación del 90% en 2000 al 40% un año después. Para el 2003, el país tenía inflación de un solo dígito.

Stian Vera es ecuatoriano, tiene 20 años y desde hace dos vive en Argentina. Es “un hijo de la dolarización” y proviene de un pueblo fronterizo con Colombia llamado Tulcán. Su familia es encargada y dueña de cabinas telefónicas y consiguen un sueldo promedio de mil dólares antes de la pandemia, pero durante la emergencia sanitaria llegó a caer a los 300 dólares.

Actualmente, la situación mejoró, pero no pudieron llegar a niveles prepandémicos. Los gastos en alimentos rondan de 70 a 100 dólares mensuales y los servicios de luz y telefonía no superaban los 20. Vera, ya con dos años de estar en Argentina, todavía tiene dificultades para manejarse con los pesos: “Es realmente frustrante, porque no sé los precios que pueden haber la semana que viene, con el dólar podés hacer mejor los cálculos”.

Si bien la tasa de inflación acumulada hasta agosto de 2023 fue del 1.9%, Ecuador no pudo resolver sus problemas de crecimiento y de productividad. El país ha mostrado muchos problemas sociales, fragilidad, altos niveles de corrupción y de inseguridad relacionados con el narcotráfico.


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