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Una trotskista de fierro


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Celeste Fierro es candidata a legisladora porteña con pasado político en otras cinco provincias. No sólo es una de las caras del MST, sino que también es la mamá de la pequeña Emilia.

Las gotas de sangre recorren el cuello de Celeste. Se saca su remera blanca y se la ata a su cabeza para cubrir la herida recibida durante la Séptima Marcha por la Soberanía hacia el lago Escondido, en la provincia de Río Negro. Peones rurales que trabajaban para el magnate británico Joe Lewis la agredieron junto a otros ocho compañeros de militancia, luego de que intentaran ingresar por el Camino de Tacuifí al lago vedado al acceso público.

“Compañeros y con la cara completamente rota, nos golpearon con palos, nos tiraron piedras, no dejaban entrar a la policía, costó que entre la ambulancia, es un Estado paralelo”, explicó Celeste Fierro, dirigente del Frente de Izquierda y de Trabajadores – Unidad (FITU), en un video publicado en redes sociales horas después del incidente el 1 de febrero pasado. “No vamos a frenar hasta que den libre acceso al lago Escondido y que se termine este enclave britanico en nuestra Patagonia”, remarcó.

Militante al palo

Fierro es una cordobesa suelta en territorio porteño. Nació en Unquillo, pero se crió en la ciudad de Villa Allende, ubicada a 19 kilómetros de la capital provincial. Aunque desde hace 17 años no vive allí, no suelta sus raíces: todavía conserva la tonada.

De pequeña no solo jugaba handball, sino que también empezó a involucrarse poco a poco en la acción política. Su primer acercamiento fue a los 10 años, al apoyar a su madre docente en una marcha realizada en 1995 contra los recortes en educación. “Mi mamá siempre fue una activista de las causas justas, tanto en la ciudad donde vivíamos como a nivel provincial por ser docente”, expresó en una entrevista televisiva con IP Noticias.

Ahora bien, su primera participación en la política partidaria fue en 2003 en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC): se unió al Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST) y con el paso del tiempo se convirtió en la presidenta del centro de estudiantes de la Escuela de Trabajo Social. Luego la militancia, el trabajo, el estudio –en suma la vida misma– la llevaron a vivir en otras provincias: Chubut, Santa Fe, Neuquén y Río Negro. En 2017 fue candidata a diputada nacional, mientras que a finales de 2018 anunció su precandidatura a presidenta de la Nación, pero al año siguiente su partido se integró al FITU y finalmente se presentó como candidata a diputada nacional, al igual que en 2021.

La dirigente no sólo estuvo involucrada en la política partidaria y las luchas medioambientales, sino que también al calor de la ola feminista encabezó la lucha de las mujeres por el derecho al aborto. Es más, es coordinadora nacional de la agrupación

feminista “Juntas y a la izquierda”, perteneciente al MST, y es coautora de los libros Mujeres en Revolución y El feminismo en debate: ¿reforma o revolución?.

Ser mamá en campaña

Celeste no hizo sus travesías provinciales sola, estuvo acompañada por otro cordobés: Martin Carcione, su compañero de toda la vida. Luego se sumó Emilia, fruto de ese amor, cuando vivían en Neuquén. Es una niña de siete años a la que siempre le leen las historias de Harry Potter, consume historietas estilo manga y mira Zamba. En una nota con la TV Pública, Celeste dejó claro que le ha cantado en varias ocasiones canciones de su infancia como “Aquel manzano ya no floreció”.

Aquel manzano ya no floreció, y fue tal vez por su vejez.

Por eso mi alma se entristeció al ver que se marchitó.

La pequeña Emilia hizo estructurar la rutina de la trotskista oriunda de Córdoba para poder cumplir sus roles de madre y militante. La candidata a legisladora porteña comienza el día al dejar a su hija en la escuela a las 7 y media y de ahí se dirige al local del partido, no sin antes llevarse un café para hacer frente a la mañana.

“Yo la admiro. Sinceramente es muy difícil en el marco de la campaña electoral ser una candidata mujer, joven, y madre que labura” señaló Sofía Martinez, militante del MST y amiga de Fierro, en diálogo con ETER Digital. Según ella, la dificultad está en que a diferencia de los partidos tradicionales, ellos hacen su campaña “sin privilegios, a pulmón”. “Está de un programa a otro y también milita en la calle, yendo a los lugares de trabajo a contar las propuestas a los laburantes”, indicó.

Federico Stenner, también militante del partido, agregó que la propia Celeste es quien entrega los volantes del MST a las personas. “Se sorprenden cuando lo reciben, porque ven que tiene la cara de ella. Es chocante porque creo que la gente ve que el político está en otro lado, que vive en otra realidad. Es ver que no es todo el mundo así, que hay una opción distinta, que realmente vive como ellos: como los laburantes”, afirmó.


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