Egipto puede ser la sorpresa del Mundial. La selección africana debutará en el Mundial el 15 de junio, en Ekaterimburgo, ante Uruguay. Luego, jugará contra Rusia, el anfitrión, en San Petersburgo, el 19 de junio, y cerrará su participación ante Arabia Saudita, en Volgogrado, el 25 de junio.
Por Martín Ponte
Pero, ¿qué tan bien juega el equipo que dirige el argentino Héctor Cúper? Como la mayoría de las selecciones del norte de África, los del Nilo tienen un buen manejo de la pelota (gracias a la técnica de sus jugadores), a diferencia de los equipos de la África subsahariana, que basan más su juego en la potencia física y la velocidad.
Su principal fortaleza está en los dos centrales: Ramy Rabia (Sporting de Lisboa) y Ahmed Hegazy (West Bromwich). Ambos llevan varias temporadas en Europa, y tienen un excelente juego aéreo. Sobre todo Hegazy, con su 1.94 metros de estatura, siempre es una arma letal en las dos áreas.
En el mediocampo su baluarte más importante es Mohamed Elneny, volante del Arsenal de 25 años. Con buen manejo de la pelota gracias a su gran técnica, es capaz de asistir a los delanteros en cualquier momento. Su principal socio es Tarek Hamed, un volante que se encarga más de hacer el “trabajo sucio”
En el ataque cuentan con su principal estrella. Mohamed Salah, el jugador del Liverpool es el máximo goleador del mundo en esta temporada por encima de jugadores como Lionel Messi o Cristiano Ronaldo. Su capacidad goleadora asombra al mundo, “Es un jugador muy inteligente, sorprende hasta sus propios compañeros” señaló Cúper, quien lo esperará hasta último momento tras la lesión sufrida en la final de la Champions League en una jugada desafortunada con el defensor español Sergio Ramos. La lesión en su hombro izquierdo es todo un signo de interrogación. Su presencia es tan importante para su equipo como podría ser la de Lionel Messi para la Argentina.
Lo concreto es que en la etapa clasificatoria, Egipto logró el pasaporte a Rusia de forma agónica, con un penal convertido por Salah en el último minuto del partido decisivo frente a Congo. Ese triunfo si lo saben aprovechar podría simbolizar un respiro, una oportunidad para dejar de ser un equipo que espera para pasar a la acción con la convicción de convertirse en una de las revelaciones de este Mundial. Todo está por verse. Todo, hasta Egipto tiene derecho a soñar.
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