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El bailarín del gol


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Le tiras un ladrillo y lo baja con el pecho. Cabecea cada piedra que le lances. El goleador, el tanque. Figura, referente, asentado en la primera de Rosario Central, tres goles en tres partidos en la fase de grupos del Mundial Sub 20 que se disputa en nuestro país, Alejo Véliz, el bailarín del gol, que en su infancia tuvo que elegir entre el fútbol y el malambo.

Por Néstor Martínez y Martín Zyngier

Alejo Véliz, nacido el 19 de septiembre de 2003 en la localidad de Gödeken, ha captado la atención de los amantes del fútbol con su habilidad excepcional y su creciente éxito en el terreno de juego. Con apenas 19 años, Véliz lleva en su espalda la pesada nueve de uno de los clubes más importantes de Rosario. Ya es figura indiscutida de uno de los equipos protagonistas de la Liga Profesional y se ha convertido en uno de los jugadores más destacados de su generación, despertando el interés de clubes europeos y allanando el camino hacia una posible transferencia al fútbol del viejo continente.

Criado en Bernardo de Irigoyen, el pueblo natal de su madre, Alejo descubrió su pasión por el fútbol desde temprana edad. En 2019, destacó como máximo goleador de su categoría, anotando 26 goles, y también dejó su huella en la reserva del canalla con 10 tantos. Estas actuaciones notables en las divisiones inferiores llamaron la atención de los entrenadores y aficionados por igual, y marcó el comienzo de lo que parece ser una prometedora carrera en el fútbol. Hoy reafirma su solidez en primera y como goleador del ciclo de Javier Mascherano al frente de la selección juvenil.

Sin embargo, el camino hacia el éxito no siempre fue fácil para Véliz. Durante su infancia, también se destacó en el ámbito del baile, más precisamente el malambo. Formó parte de joven del grupo “Tradición Gaucha” y participó en giras por diferentes ciudades, como Gálvez, Monje y San Genaro. Incluso tuvo la oportunidad de presentarse en el escenario del festival de Cosquín en 2011, donde se llevó el primer puesto en la competencia de malambo solista. En ese momento, Alejo se enfrentó a una encrucijada, ya que el fútbol y el baile competían por su dedicación. “Me quería matar, tenía pensado dejar, no sabía qué hacer y a mí todavía no me conocían en el club”, confesó el joven argentino.

No obstante, la pasión y el talento de Alejo Véliz finalmente lo llevaron a elegir el fútbol como su principal camino. Su punto de inflexión llegó en un clásico contra Newell’s, donde anotó el único gol del encuentro. Esa actuación memorable le dio la confianza necesaria para seguir adelante y continuar persiguiendo su sueño de convertirse en un futbolista profesional destacado.

En la actualidad, Alejo disfruta de un presente brillante en el Mundial juvenil. A pesar de su corta edad, su destreza en el juego aéreo es asombrosa, habiendo anotado 4 goles de cabeza en la Liga y 2 en el torneo juvenil. Estas actuaciones han atraído la atención de varios clubes que ya han puesto sus ojos en este joven talento argentino y piden cotización. Será una baja indispensable para el equipo que hoy dirige Miguel Ángel Russo, aunque es inminente que Véliz pueda dar el salto al fútbol del viejo continente y demostrar de lo que está hecho y bailar en los escenarios más amplios y más imponentes del fútbol mundial.


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