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EL CIELO NO QUEDA TAN ALTO


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El Actor nominado a los premios Martín Fierro, Brian Buley, cuenta detalles de cómo logró alcanzar la cima.

Por Pablo Coronel

Para algunos, el camino a lo anhelado es áspero, cuesta arriba, con baches, vaivenes, pero si se está bien enfocado, inevitablemente se llega a destino. Por lo menos, esa es la lección de vida que deja el actor Brian Buley; que no es otra que la de la superación y realización personal. De cómo se llega de la nada a la gloria. De vivir de changarín, a participar en la ficción y en películas, entre ellas, la más popular de la Argentina con alcance internacional como “El Marginal” con un personaje entrañable y reconocido por todos, transcendiendo la serie.

Su alegre ánimo y su sonrisa picaresca dejan ver algunas marcas de lo que alguna vez fue. Brian Fabián Claudio Graña, como figura en su documento, tiene 23 años y su historia no fue fácil. Nació con acondroplacia -una alteración ósea, caracterizada porque todos los huesos largos están acortados simétricamente-, en el seno de una familia disfuncional de bajos recursos. Tuvo que ganarse la vida desde muy chico, pese a su condición, para ayudar en su casa. Sabía que todo podía costarle el doble, pero nunca fue un impedimento para sobreponerse.

Mientras trabajaba cuidando autos en la Capital Federal, uno de sus tantos trabajos, la suerte de Brian comenzó a cambiar. Un día de lluvia, decidió ayudar a un hombre cubriéndole el auto con una lona vieja; una pileta que ya no servía. El hombre quedó muy agradecido, tenía miedo de que su vehículo nuevo sufriría los daños de una tormenta en la que, según sus dichos, “parecía que se caía el cielo”. Con el paso del tiempo, este hombre se convertiría en su “segundo papá” y lo invitaría a su casa a vivir, alejándolo de la marginalidad en la que vivía. Brian cuenta que estaba cansado de vivir en la villa (a la que prefiere no referirse), porque se sentía inseguro y era una constante las agresiones que recibía. Además de  un soporte familiar y compañía en el proceso que hoy está viviendo el actor, en su nueva casa lo ayudan con atención médica para su mejor progreso.

 -¿Cuánto tuvo que ver tu papá en lo que sos hoy?

 -Me saco de un lugar donde me tenían de punto todos los días. Me compre un celular nuevo y me lo robaron a la semana, mientras iba a visitar a mi viejo, para tomar mates con facturas. Vino un pelotudo,  me puso un tramontina en la panza y me empezaba a pinchar para que se lo dé. Le dije: “Toma y llévate las facturas también”.

-De esa realidad que te toco vivir ¿es parecido a lo que sucede en “El Marginal” ?

-Yo nunca estuve en una cárcel, pero es muy parecido. Hay mucha violencia en la calle.

-Tras la repercusión del personaje Pedrito Pedraza y la fama que estás teniendo ¿cómo te sentís?

-La verdad es que muy contento. Tengo que ser muy agradecido, tanto con la gente como con los hermanos Ortega, que me hicieron parte de su familia. Manejo bien la fama, la gente es muy fan de “El Marginal”. Me siento muy humilde porque a pesar de mi fama me sigo subiendo a un colectivo. No me la creo. Puedo caminar por la calle y hacer mi vida normal.

-¿Te pudiste despegar de los trabajos que hacías antes?

-Por suerte ahora estoy esperando un nuevo proyecto. Estamos enfocados en la tercera temporada de “El Marginal” que empieza a filmarse en diciembre. Además de las presentaciones y presencias que hago.

-¿Cómo es para alguien que recién empieza y que no estudió ponerse a trabajar en tiras importantes junto con otros actores de trayectoria?

-A los 8 años, cuando hice mi primera película, dije “Me clavo acá”. Tenía una cámara en frente mío y me pregunté a mí mismo “¿Qué hago acá?”. Por suerte, ese día le tocó a Luis Ortega actuar y estar con él fue muy cómodo y lindo. Le empecé a tomar gusto a la cámara y decidí que quería que fuera mi trabajo para toda mi vida. No me sentí incómodo para nada.

-¿Qué más te gustaría hacer?

-Me gustaría salir un poco del papel del malo. Tuve la experiencia en “Fanny La Fan” de participar en comedia y me gustó mucho. No me molesta que me etiqueten, pero me gustaría también realizar otras cosas.

-¿Te sentís un famoso?

-Por un lado, sí y por el otro no. Me pasa con la gente que no puedo creerlo. Por un lado, no me siento famoso y por el otro no puedo creerlo. La repercusión que tiene mi personaje a veces me hace sentir a Chávez o a Darín. Pero no, soy yo.

-¿Pensás que continuás en la tira por tu desempeño en la actuación?

-Pienso que me pusieron porque si no, iba a faltar algo, digamos, la mascota de la “Sub-21” (Risas). Yo dejé la semillita en la cárcel de Caseros y vamos a ver qué es lo que coseché.

-Tuviste oportunidad de conocer a muchos de tus ídolos, ya sean futbolistas de Racing, actores o músicos. ¿Qué se siente poder conocerlos?

-Es muy lindo, estoy pasando un muy lindo momento, nunca pensé que me iba a pasar esto de tener contacto con todos ellos, que iba a tener este boom.

-¿A quién te falta conocer?

-Me falta conocer a Ricardo Darín y a Julio Chávez, son mis ídolos.

-¿Cuándo pensás que lo vas a poder hacer?

-Creo que después de la tercera temporada lo pongo como meta de trabajar con algún  proyecto serio con alguno de los dos.

Brian cuenta que en ningún momento se sintió discriminado o incapaz de hacer algo. Que es la vida que le tocó y la acepta tal cual es. Su dura historia de vida ya quedó atrás porque está disfrutando su presente. Hoy utiliza su fama como palanca para tratar de animar a cualquier persona que sufra algún problema o que se sienta reflejada con su historia.

¿Sentiste alguna vez discriminación dentro del ambiente artístico?

-No, dentro del ambiente no. Siempre hay algún desubicado que te dice alguna estupidez. Lamentablemente no se puede escupir para arriba porque se puede tener un hijo como yo. Pero ya no doy bola. Lo que digan los de afuera me chupa un huevo. Cambió con la fama un poco, pero siempre el desubicado está.

-¿Sentís que sos una inspiración?

-Algunos me escriben por el Instagram, me mandan mensajes agradeciéndome, personas que por ahí tienen el mismo problema, y a todos les digo lo mismo, que disfruten de la vida que tienen por delante, que salgan, que jueguen a la pelota, que no se queden encerrados, que no sientan la discriminación. 

-¿Te sentís un referente de las personas?

-Me siento un referente de las personas. Me siento bien con eso. Estoy nacido para ayudar a muchos chicos. Me siento responsable de poder dar consejos. No me pesa ser un referente o que se inspiren con mi trabajo.

Brian Buley promete no ser una estrella más en el mundo de la actuación, con muchísimo por delante. Sin lugar a dudas, para él, el cielo no estaba tan alto.


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