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EL CINE SERBIO LLEGÓ A PANTALLA PINAMAR


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El film “Círculos” muestra las heridas que dejaron en su población las guerras balcánicas.

Por Julieta Cáceres, desde Pinamar

La Yugoslavia unida y pluricultural con la que había soñado el Mariscal Tito desapareció hace mucho, y el término balcanización es hoy en día utilizado para definir a regiones que son divididas y destrozadas desde dentro.
Esas heridas todavía no sanaron, y eso nos cuenta Srdan Golubovic, en su película Circulos (Krugovi,2013).

Durante la década del 90, las guerras balcánicas dividieron a la antigua Yugoslavia, y las milicias de las diferentes naciones fueron enquistándose en el poder, abusando de gran parte de la población; alcanza con recordar el genocidio de Kosovo, o de Bosnia.
Pero estas situaciones fueron consecuencias de divisiones fomentadas desde los nacionalismos de derecha de cada una de las regiones. Luego de la muerte de Tito, y con la crisis económica como atenuante, los conflictos internos fueron escalando hasta desencadenar las guerras que se prolongaron durante una década.
Así, la mezcla de nacionalidades y religiones -consecuencias de los procesos históricos de la ex Yugoslavia- dejó de ser parte de la riqueza regional para convertirse en motivo de persecución y segregación.

De esta manera empieza la historia que emocinó al festival Pantalla Pinamar. En medio del conflicto, un grupo de soldados de Bosnia Herzegovina atacan a Haris (Leon Lučev), un quiosquero musulmán, porque se le habían acabado los cigarrillos. Otro soldado que estaba presente, al advertir la situación, intenta detener a sus compañeros; no muy conformes con la interrupción, lo asesinan. Este es el detonante de la película, pero la acción transcurre diez años después, cuando los protagonistas y familiares del hecho son alcanzados por las consecuencias y el recuerdo.
El asesinato de Marko (Vuk Kostić), el soldado, jamás fue juzgado. Ranko (Aleksandar Berček), su padre, no obtuvo justicia y sus amigos siguen con el dolor de la perdida.
Interpretaciones impecables y emocionantes. Un realzamiento de los factores humanos, de las emociones más profundas de las personas. El rencor, el odio, miedo. Los protagonistas deben enfrentar al pasado, y Golubovic logra contar la historia de manera magistral.
“Una vez que tiras una piedra al agua, esta se moverá”, dice Ranko. De esto se trata Círculos. Las consecuencias, tarde o temprano, llegan.
Lo que un día fue una nación socialista próspera, enriquecida por el crisol cultural, hoy es una zona dividida, que todavía sufre las consecuencias., y aunque la guerra terminó hace años, las heridas están todavía lejos de cerrar.


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