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El día que Brasil falló todos los penales


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Luciano Wernicke, autor de “Historias insólitas de la Copa América”, habló sobre su libro, cargado de acontecimientos que sorprenden. Entre ellos, recordó el partido que cubrió en La Plata, en que los brasileños erraron cuatro remates desde los doce pasos contra Paraguay.

Por Maximiliano Padrón Sánchez y Gonzalo Argüello

Luciano Wernicke, periodista y escritor, es el creador de obras como “Historias insólitas de la Copa América”, “Historias insólitas de los Mundiales de fútbol”, “Doctor y campeón” e “Historias insólitas de los Juegos Olímpicos”, entre otras. Contó, en una charla para los alumnos de Periodismo Deportivo de ETER, cómo fue hacer el libro sobre la Copa, qué procesos hay en la creación de sus libros, de dónde saca sus ideas y recordó algunos hechos salientes del torneo.

– ¿Cómo y cuándo fue la publicación del libro “Historias insólitas de la Copa América”?

– Yo había escrito dos libros de curiosidades del fútbol a forma de hobbie. Los había ilustrado el gran Roberto Fontanarrosa, y el jefe de prensa de Planeta, Ignacio Iraola, siempre me decía que le encantaban esos libros. Un día me llamó, por el 2008, y me pidió que escribiera algo para el mundial de futbol. Entonces ahí escribí “Historias insólitas de los mundiales de fútbol”. A partir de ahí empecé a escribir una serie de libros, Historias insólitas de… del planeta fútbol, de la Copa Libertadores, de los Juegos Olímpicos…, y curiosamente el de la Copa América se lo propuse a Planeta para el 2015, porque yo tenía mucho material, pero no les interesó. Coincidentemente me llamó la gente de Ediciones “Al Arco”. Me ofrecieron publicar un libro de la Copa América y yo prácticamente ya lo tenía hecho. Luego hice más ediciones para Estados Unidos y para Sudamérica.

– ¿En las Copas América que te tocó presenciar, hubo algún hecho curioso que te haya dado pie para contar?

– Fui a cubrir un partido al Estadio Único de la Plata entre Paraguay y Brasil, en el cual fueron a penales y los brasileños erraron todos los penales. Algunos los atajo Justo Villar y otros los tiraron a la tribuna. Fue muy interesante, nunca había vivido una experiencia semejante. Eso que a mí me tocó la época en la que en el campeonato argentino, de 1988, los empates se definían por penales. Yo vivía muy cerca de la cancha de Ferro y solía ir con mi hermano. Era una época en la que Ferro era un equipo que andaba muy bien y vi muchas definiciones por penales ahí, donde también era local Argentinos Juniors. Pero nunca había visto una definición en la que un equipo tirara todas afuera. Eso llamó mucho mi atención, sobre todo porque era una selección.

– Contanos la historia que te haya parecido más rara.

– Hubo una Copa América que se jugó en nuestro país y Argentina no pudo juntar once jugadores. Fue en 1916, una época en la que los seleccionados que vinieron a competir eran Chile, Uruguay y Brasil. Ellos habían viajado con un grupo de 15 o 16 jugadores que se quedaban acá todos juntos y siempre había 11 para meter, pero los argentinos no eran profesionales y trabajaban de otra cosa. El día que Argentina tenía que jugar con Brasil, en cancha de Barracas Central, aparecieron 10 jugadores y uno no pudo porque se quedó trabajando. Los dirigentes, desesperados, salieron a la cancha y empezaron a ver si en las tribunas reconocían a algún jugador del fútbol local. Encontraron a José Laguna, quien era jugador de Huracán y nunca había estado en la Selección. Le prestaron botines y ropa y ese día Argentina empató 1 a 1 con gol del propio Laguna.

– ¿Y cuando la selección chilena tuvo que hacer un viaje en mula?

– ¡Sí! Los futbolistas debieron cruzar la Cordillera de Los Andes a lomo de mula. Fue cuando la Roja participó de la primera edición de la Copa América de Brasil, en 1919. El fútbol era amateur y los jugadores chilenos debían faltar a sus trabajos también. En ese momento no contaban con el dinero necesario para pagarse los viáticos, y aun así iban a todos los partidos, los goleaban siempre y los tipos no tenían problemas. Regresando de Brasil, primero habían hecho un trayecto en barco desde Río de Janeiro, pasando por Montevideo y Buenos Aires. Acá subieron a un tren que los llevó hasta Mendoza y las vías estaban cortadas por una tormenta de nieve. A los chilenos no les quedaba plata para quedarse en un hotel. Con la poca plata que les quedaba decidieron alquilar a un guía, a unas mulas y alimentos para cruzar la Cordillera. Dos estuvieron a punto de morir por un alud. Esa pasión que sentían para jugar a la pelota es un ejemplo que le serviría a muchos de los jugadores de la actualidad.

– ¿Cuándo arranca la Copa, la vivís como hincha?

– Y… cuando trabajé en el cuerpo técnico de la Selección de Costa Rica ahí me di cuenta de lo que es ser hincha, cuando uno es parte de eso. Por supuesto que uno tiene favoritismo, pero a mí ha dejado de importarme un poco. Sobre todo, porque veo a la Copa América como un buen torneo, pero no como uno importante. Es porque estoy mal acostumbrado; yo vi campeón del mundo a Argentina dos veces. Cuando uno tuvo la suerte de ver que su equipo ganara dos mundiales, juega la Copa América, la pierde y no pasa nada. Para esta la verdad es que no tengo pálpito alguno.


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