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EL ECO DE LOS GIMNASIOS


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De cara a los Juegos Olímpicos de la Juventud 2018, Karina Oliveira cuenta su experiencia en la Gimnasia Artística. Ganadora de su primera medalla a los 9 años en un Sudamericano infantil, se retiró a los 16 años por reiteradas lesiones y abusos que sufría de parte de uno de sus entrenadores.

Por Evelyn Taverna

“Enterré mi pasado durante años, al punto de creerme yo misma que jamás había sido gimnasta, que esa no era yo, que no era parte de mi historia”, escribió Karina Oliveira, gimnasta argentina, hace un mes en su cuenta de Facebook. A los 9 años ganó su primera medalla en el Sudamericano Infantil en Lima, donde ya contaba con un cambio en su rutina habitual y horarios de entrenamientos que pasaron a ser de cuatro horas por día.

Durante casi dos años la ex gimnasta argentina fue abusada sexualmente por su entrenador, a quién prefiere nombrarlo como “X”, argumentando que no busca ninguna consecuencia judicial, sino sanar su propia herida.  “Mi cabeza empezó a desequilibrarse porque a su vez sentía contención por parte de él, “seducción” y necesidad de que esté presente en el gimnasio, ya que era a quien me animaba a decirle si algo me dolía. Yo sabía que si se enteraba mi familia, me iba a sacar de la institución. El problema era que en aquel entonces no había otro espacio mejor donde entrenarme para lo que venía”, continuaba escribiendo Oliveira.

Karina había sufrido varias lesiones y la última, en su columna, colapsó en el torneo previo a los Juegos Olímpicos del 92, cuando tenía 16 años. De allí voló directo a Barcelona y en el gimnasio de Jesús “Fillo” Carballo la atendieron los médicos del equipo español, donde le informaron que tenía desplazamiento y fractura de una vértebra que podía empeorar a futuro. Oliveira insistió en que la infiltraran para cumplir su objetivo, pero su entorno no lo autorizó para cuidarla.

Ese mismo año, la historia se repetía en simultáneo pero con otros protagonistas. Gloria Viseras denunció en 2012 haber sido abusada sexualmente en los años ´90 por su técnico Carballo, el entrenador del gimnasio donde atendieron a Karina. Después de muchos años también quiso cerrar su historia pero la justicia española determinó que la causa había prescripto por la cantidad de años que pasaron. “Fillo” redobló la apuesta y acusó a los denunciantes de ensuciar su nombre, por lo que tenían que pagarle una suma muy alta de dinero, causa que también refutaron los jueces a principios de éste año.

“En la Villa Olímpica no me permitieron alojarme por estar lesionada y no ser más la titular. Tuvimos que buscar dónde pasar los días hasta que mis dos compañeras y el entrenador titular terminaran su ciclo de competencias. Unos argentinos nos ofrecieron su departamento. Ninguna autoridad deportiva se hizo cargo de mí, 16 años, lesionada, quebrada emocional y físicamente. Aquel departamento terminó siendo un espacio en el cual descansaba mi silencio, mi frustración deportiva y el abuso que el mismo entrenador “X” ejercía sobre mí desde el año 1990”, revela Karina Oliveira, sobre lo que le sucedió en Barcelona.

“Había terminado muy mal y no me animaba a volver al mundo de la gimnasia. Sentía que no se me había valorado después de todos estos años, o que capaz no se iban a acordar de mí, eso te da un poco de temor”, cuenta Oliveira, tras haberse involucrado nuevamente en el deporte en 2014, aunque no profesionalmente. En cuanto al futuro del deporte cree los aparatos que ingresaron con nuevas tecnologías ayudarán un montón. “Todavía falta mucho a nivel mundial, sin dudas, acá todavía estamos bastante atrasados en varios aspectos”, dice la ex gimnasta, de cara a los Juegos Olímpicos de la Juventud que se disputarán en octubre en Buenos Aires. Allí competirán los argentinos Martín Espíndola y Olivia Araujo en artística, Celeste D’Arcangelo en rítmica, y Santiago Escallier en trampolín. Éste último entrena en el Gimnasio Cardan, donde la hija de Karina, de once años, practica la misma disciplina.


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