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El primero de muchos


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Los octavos de final de la máxima competición del fútbol no solo rompieron récords de audiencia televisiva y de asistencia en estadios, sino que siguen pateando el tablero de lo estipulado. El cuadro se va achicando y se acerca la definición, mientras algunas viejas conocidas se bajan de la lucha, otras recién empiezan a escribir su historia.


España avanzó por primera vez en su historia a cuartos de final al golear 5 a 1 a Suiza en Auckland, en un “ahora o nunca” cargado de goles. Como nos tiene acostumbrados en el último tiempo, Aitana Bonmatí protagonizó una gran actuación: participó de 4 goles, 2 convirtiendo y 2 asistiendo. Si bien la historia mundialista de este país no tiene demasiadas páginas escritas (participó en Canadá 2015 y Francia 2019), las españolas llegaron con título de candidatas por el gran trabajo realizado en relación a la disciplina femenina en su país y muchas de las seleccionadas por Jorge Vilda participan de las ligas locales que no paran de crecer.

En la fase de grupos desplegaron grandes virtudes futbolísticas, pero además tuvieron que sobreponerse al último partido en el que Japón les ganó 4 a 0. La selección asiática fue lo que  se dice un manual abierto de transiciones en ataque y en pocas llegadas, sin dominar en la posesión de pelota, decretaron un triunfo de candidatas. Precisamente Japón es el único equipo que fue campeón del mundo (2011) y continúa en carrera. Incluyendo esta participación, son 4 las veces que pasaron a estar entre las 8 mejores (Suecia 1995, Alemania 2011 y Canadá 2015). En un choque repleto de intensidad, las niponas sellaron su clasificación a los cuartos de final al sobreponerse por 3 a 1 frente a Noruega, otra antigua consagrada de esta competición.

Este fue uno de los partidos que despide a las grandes figuras de la historia mundialista y abre paso para las que vienen. Fue el último de Ada Hegerberg, la noruega ícono en su país por su rol en la cancha y por su lucha por la igualdad entre hombres y mujeres. La consagrada seis veces campeona de Champions, que además fue la primera mujer en recibir un balón de oro (2018) no participó de la edición 2019 en reclamo por las condiciones de entrenamiento y los criterios aplicados para ambas disciplinas, este fue su retorno y hasta acá llegaron sus huellas mundialistas.

Sin dudas la sorpresa más grande fue la eliminación temprana de Estados Unidos, si bien  no hay inclinación para nadie en la lotería de la tanda de penales, no pudieron concretarlo en el partido y esta vez, se escapó la chance de hacer historia. Suecia llegó como favorito, junto a otra potencia, y logró lo que nadie había podido: eliminar a la vigente campeona.

El partido fue muy parejo y prolijo en los planteos de ambos equipos que se conocen mucho ya que se enfrentaron en 7 de los 9 mundiales femeninos (en 1991, y desde 2003 hasta ahora). Pero la gran protagonista en esta oportunidad fue Zecira Musovic, la arquera sueca MVP del partido después de algunas participaciones claves y particularmente la atajada a Lindsey Horan a los 52 minutos.

De esa manera y después de un último penal agónico que pateó Lina Hurtig (Suecia), que tuvo que ser revisado por el VAR, las norteamericanas quedaron eliminadas de la competencia y por primera vez no participarán del podio.

De nuevo hay que poner el foco en la épica del último baile. Esta vez fue para Megan Rapinoe, que además de dejar su nombre grabado dos veces en la Copa del Mundo es la máxima referente a nivel mundial por su activismo y compromiso frente al reclamo por la igualdad. En 2016 se arrodilló durante el himno en apoyo a la lucha del jugador de fútbol americano Colin Kaepernick y desde ese día no dejó nunca de utilizar su plataforma de fama mundial para poner voz a la lucha por la igualdad de la comunidad LGBTQ+ y de las mujeres.   

Sudáfrica perdió 3 de los 4 partidos que disputó contra escuadras europeas, sin embargo, en fase de grupos dio el golpe y venció a Italia. Fue el primer partido que ganaron y  clasificaron por primera vez a una instancia de eliminación. Pero las neerlandesas confirmaron los pronósticos y pudieron neutralizar aquella velocidad para los contragolpes constantes, característica principal del equipo al mando de Desiree Ellis. Con un gol de Jill Roord en el principio y otro de Lineth Beerensteyn en la segunda parte, La Naranja sorteó el desafío a su favor y avanzó.

Las australianas, por su parte, cumplieron ganándole 2 a 0 a Dinamarca con goles de Caitlin Foord y Hayley Raso, frente a 75.784 espectadores que están haciendo valer la localía. La más ovacionada fue la figura del Chelsea, Sam Keer, que ingresó desde el banco y en cancha le demostró al entrenador, Tony Gustavsson, que está lista para disputar desde el arranque las oportunidades que queden.

Francia hizo lo esperable contra Marruecos. Las dirigidas por Hervé Renard contaron con todas sus figuras para desplegar fútbol y lograron imponerse 4-0 (Kadidiatou Diani, Kenza Dali y Eugénie Le Sommer por duplicado). Las africanas fueron la gran revelación del torneo hasta ahora, la única selección debutante que logró pasar a la ronda eliminatoria. Con su eliminación se terminó la participación del continente en la competencia.

Un partido que dio mucho de qué hablar fue el que enfrentó a Inglaterra con Nigeria, que tras el 0-0 en los papeles, también se definió desde los 12 pasos y las europeas que cuentan con Mary Earps (la mejor arquera del mundo según FIFA) se llevaron la victoria. Las últimas campeonas de Eurocopa propusieron más juego que las nigerianas, pero no lograron concretar el grito de gol y una jugada muy particular dio vuelta al mundo. La figura del equipo Lauren James chocó con Michelle Alzoie, no fue falta y el partido continuó, pero al levantarse le pisó la espalda intencionalmente. La jugada fue amonestada con tarjeta amarilla en un principio, pero tras la revisión del VAR la jueza decidió decretar roja directa. Por eso, Inglaterra, que llegó como candidata, espera el veredicto de FIFA para saber si una de sus figuras se perderá lo que queda del torneo.

Es difícil buscar explicaciones a este comportamiento, algo de la inexperiencia, quizás también algunos puntos frente al nerviosismo de un partido tan importante, pero en un gesto inmaduro, e incluso irresponsable puso a su equipo (de nuevo, candidato) frente a una situación de desventaja y si bien expresó en redes sociales su arrepentimiento: “Todo mi amor y respeto para Michelle. Lamento lo que sucedió”, deberá ser uno de los grandes aprendizajes de su carrera: no hace falta pisar al rival.

Por lo pronto, su selección, deberá enfrentarse contra la gran sorpresa de los octavos de final: Colombia. No solo lograron por primera vez en su historia acceder a cuartos, sino que demostraron el altísimo nivel de juego que vienen proponiendo de manera ascendente con grandes nombres propios, pero además con mucho juego colectivo para sostener en la defensa y llegar a ser determinante en el ataque. Las únicas sudamericanas que sobreviven en la competencia se impusieron a Jamaica 1-0 con gol de Catalina Usme, la histórica goleadora del combinado, y sellaron un momento para toda la vida.

Aún faltan ocho partidos para que culmine esta cita mundialista, pero esta edición en Australia y Nueva Zelanda ya quedó en la historia. Es el mundial de las sorpresas y revelaciones, de clasificaciones memorables y récords que dejan entrever el nivel futbolístico que atraviesa esta generación de jugadoras que además hay lucha por un fútbol más justo, por las que están hoy, por las que se despiden, y por las próximas camadas.


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