Carlos Alberto Orsini es presidente del centro de ex combatientes de Florencio Varela. En una entrevista con ETER DIGITAL, relata cómo fue combatir en las islas.
Tras la ocupación de las Islas Malvinas en el año 1833 por fuerzas británicas. El 2 de abril de 1982, la dictadura encabezada por el General Galtieri decidió recuperar las islas.
El enfrentamiento bélico terminó el 14 de junio, con la rendición argentina. El conflicto provocó la muerte de 632 soldados argentinos.
A 41 años de la guerra, las heridas de los veteranos siguen abiertas. Así lo expresa Carlos Orsini, uno de los soldados que pisó el archipiélago en 1982.
– ¿Cuál fue su sensación al saber que iba a Malvinas? –
Se me vinieron muchos recuerdos a la cabeza porque mi papá también fue Veterano de Guerra, estuvo en la guerra del 45 en Italia. Cuando yo era chico siempre me acostaba un ratito con él a la noche y me contaba algo de lo que vivió en la guerra.
Mi sensación fue un poco de miedo, nos mirábamos entre todos y decíamos, una guerra. Que a los 18 años te digan “tomamos Malvinas”, uno no la tenía bien clara porque no estábamos preparados física ni psicológicamente, no teníamos noción de que era tener un arma, no estábamos preparados para matar una persona.
– ¿Cuál era su rol dentro del batallón? –
Pertenecía a la compañía de combate 601 Campo de Mayo, Escuela de Ingenieros. Mi rol en Malvinas era hacer campos minados, construir puentes y además fui apuntador de fal, un arma de combate. Estábamos en Puerto Argentino y de ahí íbamos todos lados para minar los campos. Caminábamos más de treinta kilómetros por día.
– ¿Cómo fue esa espera hasta que llegaron los ingleses? –
Había que prepararse, tomar posiciones, hacíamos las trincheras que fueron nuestra casa, preparamos las letrinas, todo el grupo de artillería y colocamos minas en las costas.
¿Cómo era vivir día a día en Malvinas?
En Malvinas amanecía alrededor de 9:40 y oscurecía a las 16:00, prácticamente vivíamos de noche y ellos atacaban de noche, no te dejaban dormir. Teníamos que ser conscientes de que ya está si te toca de toca, no teníamos idea de nada.
Nos turnábamos para dormir, se dormía lo que se podía en las trincheras, un lugar húmedo a veces mojado, totalmente frío. Pero todos los días eran diferentes porque no sabias a dónde iban a atacar.
– ¿Se podía comunicar con su familia? –
Sí,se escribían cartas,pero no podías poner cosas que no correspondían. No podías poner que no comías, que hacía frío, que no tenías ropa, que te maltrataban, porque sino las cartas no llegaban nunca. Vos tenías que poner que estabas bien, luchando por la Patria. Por eso solo escribí dos o tres veces, pero si recibí muchas, las tuve guardadas hasta hace un tiempo que me robaron el bolso de la camioneta. Para mí fue el tesoro más valioso que tenía en mi vida.
– ¿Al regresar a Buenos Aires, ¿cómo sintió que lo recibió la sociedad? –
Nosotros no fuimos recibimos en ningún momento. Llegamos de noche a Palomar y nos tuvieron un poco más de un día en la Escuela Sargento Cabral y de ahí nos mandaron al cuartel, que hicimos quilombo y pedimos la baja.
De la sociedad sentí rechazo, la gente te miraba como si fueras extraño por el hecho de combatir en Malvinas, decían que: “Estábamos locos”.
– ¿Qué enseñanza le dejó Malvinas? –
Malvinas me dejó cosas que no entendí. Porqué tuvimos que ir nosotros, cuando había gente que sí estaba preparada. También
me dejó cosas que antes no sabía valorar y aprendí cosas de la vida que es lo más rescato hoy, ser más patriota, querer más mi bandera, mi himno. Además de mucho cansancio y trabajo para lograr nuestros derechos. Malvinas te va dejando cosas día a día.
– ¿Qué es para usted ser ex combatiente?-
Para mí un ex combatiente es un hermano, alguien que compartió lo mismo que yo, con una carga emocional muy importante, a muchos no les gusta hablar del tema Malvinas ni de por casualidad.
– ¿Si tuviera la posibilidad, volvería a Malvinas?-
Si, ojalá. Nos hemos preparado para eso, pero bueno pasó la pandemia. Lamentablemente hoy no nos da el presupuesto.
– ¿Creé qué en las escuelas se les da la importancia que merecen a los veteranos? –
Lamentablemente no, nosotros tenemos un programa “Malvinas en las escuelas para no olvidar” y son muy pocas las escuelas que trabajan Malvinas y siempre son las mismas. Eso duele, lástima. El gobierno lo debería implementar todo el mes de abril en el calendario escolar, es una problemática de Estado.
– ¿Qué planes tienen para el centro de ex combatientes? –
Ya estamos en una edad, en la cual hicimos todo lo pudimos. Hoy apuntamos a nuestros hijos, que sigan ellos, pero bajo nuestra supervisión y nosotros venir, juntarnos a comer, reinos, charlar, jugar al fútbol y seguir trabando con las problemáticas del veterano, seguir malvinizando, para que nunca se olvide de Malvinas y de los caídos.
– ¿Qué significa para usted Malvinas? –
Malvinas para mí significa los 632 héroes que quedaron allá custodiándolas, quiénes derramaron su sangre para recuperarla. Para mí es el mayor significado.
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