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La Bombonera tiene voz de mujer


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Camila Ansaldo es hincha fanática de Boca y con tan solo 25 años se convirtió en la primera mujer voz del estadio del club de sus amores.


 

“Bienvenidos y bienvenidas a La Bombonera”, dice Camila Ansaldo en un grito que retumba en los altoparlantes del estadio de Boca Juniors. Es un grito que invita a los hinchas a aplaudir, que da pie al inicio de un partido y de un ritual que lleva más de un siglo. La Bombonera late, aseguran. También tiene voz, la de ella.

En la vida de Camila sus dos pasiones se unieron para transformarse en el trabajo que no imaginó ni en sueños, porque fue una precursora. Locutora y amante de la radio, por un lado; hincha fanática de Boca, por otro.

Así, con tan solo 25 años, se convirtió en la primera mujer voz del estadio del club de sus amores. Se dio el lujo de presentar a Diego Maradona en el último partido con público de su vida. Y de estar también en la cabina en los partidos de la Selección masculina de fútbol siendo, también, la primera vez que una voz femenina cumplía ese rol.

Yendo hacia atrás, a los 14 años ya condujo un programa de radio sobre bandas de rock. Después de estudiar locución en ISER, le tomó tres años poder vivir de su profesión. Y admite que Boca le abrió muchas puertas a nuevos trabajos, por lo que se sigue formando, ahora como licenciada en Comunicación.

La joven ya suma proyectos en radio y televisión y su objetivo a corto plazo es poder conducir un magazine. “Crear un espacio en donde se hablen temas que marquen una diferencia, un aporte a la sociedad, mejorarla. Y entretener mientras tanto”, cuenta Ansaldo, quien además de su amor por la comunicación deja en claro que la militancia y la entrega forma parte de un estilo de vida.

¿Cómo te convertiste en la primera mujer voz del estadio?

-Me uní a militar en la agrupación Juntos por Boca, de Jorge Ameal, previo a las elecciones de presidente de 2019. Me sentía bastante egoísta cuando pensaba que disfrutaba de Boca y yo no le daba nada al club. Como locutora, empecé a hacer la conducción de los eventos de las áreas de la agrupación.

¿Y cómo siguió todo?

Cuando se ganaron los comicios, junto a varios compañeros y compañeras, hicimos la presentación de una propuesta para que en todo marzo la voz del estadio fuera femenina. Hasta entonces se le daba ese lugar solo el Día de la Mujer. La respuesta desde el área de prensa fue otra, la posibilidad de hacer la locución a dos voces. Y ahí me ofrecieron el puesto.

-¿Cómo te sentiste?

-Claramente fue una felicidad difícil de explicar. Yo no esperaba esa contrarespuesta y además eso fue un jueves y empezaba el domingo así que te imaginarás que esos tres días si habré dormido cinco horas fue mucho. No fue algo planeado.

-¿Te acordás cuál fue el primer partido?

-Contra Independiente, empatamos. No me olvido más. Era volver a la cancha en enero, con cambio de dirigencia, un clásico. Era todo una situación tremenda. En ese momento con Claudio Orellano, el periodista, una persona que ves en la tele. Todo una locura. Un sueño de los más locos.

Claudio Orellano fue la otra incorporación al equipo de locutores y se convirtió en la voz masculina del estadio en la nueva etapa dirigencial. Una de las caras más conocidas del canal Crónica que decidió continuar su vida en Córdoba después de la pandemia y dejó en su lugar a Jorge Formento. La voz del icónico programa Feliz domingo hoy integra la dupla que le da la bienvenida a los hinchas de Boca a su estadio en cada partido.

-¿Cómo te recibieron Claudio y Jorge cuando comenzaste a trabajar con ellos?

-Re bien. Con Claudio nos seguimos mensajeando. Para mí fue muy bueno arrancar con él. En su momento me ponía muy nerviosa. Ahora también. Pero al principio más aún. Él me ayudaba a calmarme, me daba confianza, me tiraba tips. La caja torácica de Orellano era una locura y yo en el primer partido me quise subir a eso y terminé gritando. Son cosas que las vas registrando con el correr de los partidos. Tanto Claudio, como Jorge son dos compañeros que siempre estuvieron de acuerdo en que hagamos todo a dos voces y me fueron, y van, ayudando. La verdad es que se creó un equipo de trabajo muy lindo. Los locutores y los encargados de pantalla y de sonido con los que compartimos la cabina laburamos a la par. Eso le da un plus a una situación que ya de por sí es genial.

-¿Cuál fue el mejor partido?

-El del 7 de marzo de 2020. Fue el día que salimos campeones del torneo local. Y no solo eso. Vino Maradona y lo presenté yo. Para mí que soy maradoniana a full fue un sueño. Cuando me enteré que Diego estaba en Gimnasia decía: “Uy por Dios. Bancala hasta la última fecha que tenés que venir a la Bombonera”.  Ese día va a quedar guardado en mi mente de por vida. También haber sido la primera mujer en presentar a la selección en la Bombonera. La primera vez sin público y la segunda vez más especial con toda la gente en las tribunas. Esos son los que más adrenalina me hicieron sentir hasta ahora.

-¿Te llegan comentarios machistas por el trabajo que hacés?

-Para muchos fue raro cuando empecé. No estaban acostumbrados y además se anunció pocas horas antes del partido. La verdad es que ese primer día a mí me pasó eso de que grité y no teníamos auriculares entonces no tuvimos registro. Después me di cuenta. Cuando entré a Twitter vi que me habían defenestrado. Ahora me río porque ya pasaron dos años pero en ese momento fue horrible. Entendés lo que es la exposición en Boca, el mundo de las redes sociales. Ahí las personas creen que pueden decir cualquier cosa. Igual fueron los únicos malos comentarios que recibí, después nunca más. Al contrario, todos los días recibo mensajes de personas de distintas partes de Argentina y del mundo que me felicitan. Yo siempre respondo porque me parece que está bueno también poder crear un vínculo con las y los hinchas.

¿Qué te dicen?

-Ahora me mandan videos de las presentaciones desde las distintas partes de la cancha. La última me resultó re loca. La compartí en mis redes. Se escuchaba como repetían la bienvenida a la Bombonera. Fue lindo porque se están subiendo a algo que inventé yo sin pensarlo y que las digo como lo digo, con el sentimiento y la pasión de hincha, pero parada desde un lado profesional. En la garganta se refleja todo.

Durante los últimos dos años de dirigencia de Jorge Ameal y Juan Román Riquelme el club se amoldó a los cambios que vive la sociedad argentina con el advenimiento de la ola feminista. A principios de mandato el carnet de las socias mujeres pasó de contar con la leyenda “DAMA” a pasar a ser socia “ACTIVA” al igual que los hombres. En marzo de este año asumió la vicepresidencia de Boca por primera vez una mujer, Adriana Bravo, quien presidía el Departamento de Inclusión e Igualdad. La incorporación de Ansaldo como voz femenina responde a esta lógica de cambios. En contrapartida hoy el club es muy criticado por la inacción tras las denuncias a varios jugadores por violencia de género.

Además de voz del estadio militás en Boca, ¿cómo ves las políticas de género que se implementaron en el club y los episodios de denuncias a los jugadores?

-Lo que veo en Boca, y en todos los clubes, es que ahora está creciendo a pasos agigantados el lugar de la mujer en distintos espacios, en lo deportivo y en lo político institucional. Eso es el fruto de una lucha que viene hace un montón de años y que recién se está viendo un poquito de luz ahora.

Todavía falta muchísimo por hacer. La lógica en el fútbol es la misma de la sociedad en la que vivimos, netamente machista con bases patriarcales, donde las mujeres siempre somos las más perjudicadas. A veces pasa que queremos ir y romper todo, pero no es tan fácil. Me parece que recién estamos sacando la cabeza del agua, tenemos un sistema gigante al que tenemos que ir a pelearle por distintos lados.  Estamos encaminando demostrando que estamos capacitadas para cubrir cualquier espacio

¿Cuál de tus trabajos preferís?

-Creo que son muy distintos. Lo que me llamó mucho la atención de la locución es que no te encasillás en un lugar y podés crear, producir, editar.

Ser la voz del estadio es otra cosa, me cuesta verlo como un trabajo. Yo soy fanática. Me mueve. Hay algo en lo sentimental que no me pasa en ningún otro lado.


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