El periodista y conductor dialogó con Eter Digital desde los estudios de C5N. Su internación por Covid, su apoyo a las enfermeras, su pasión por el teatro, el atentado a Cristina Fernández, y su lectura sobre el rol del periodismo hoy.
Son las 5 de la tarde de un viernes y la ciudad de buenos aires presenta un cielo parcialmente nublado con una máxima de 20 grados, formidable primavera, en su máximo esplendor, de fondo se escuchan voces y los ecos de un programa en vivo.
En el centro del detrás de escena, con una camisa de color violeta y una corbata a rayas combinada, Victor Hugo Morales se levanta de su silla, extiende su mano, sonríe con los ojos, saluda, se acomoda nuevamente en su asiento, escucha con atención la pregunta, piensa y luego responde.
Desde su asiento en el estudio de C5N, previo al inicio de su programa la hora de Victor Hugo, estira su mano, agarra un papel del escritorio y lo mete en su bolsillo: “Para no olvidarme que debo llamar a los enfermeros, porque siento que estoy en falta en este momento”, explica, y les agradece por sus días de internación prolongada cuando el COVID irrumpió en su cotidianidad.
-¿Qué significan los profesionales de salud en su vida?
-Les tengo una infinita gratitud porque fueron el rostro humano de mis padecimientos, ese cuidado era extremo, era amable, cariñoso, era muy humano. No había estado en contacto así tan profundamente con enfermeros hasta que tuve el COVID. Durante el COVID el aprendizaje humano fue formidable y eso también te fortalece mucho y te permite un gran crecimiento personal, crecer en el sentido de ser mejor. Te volvés más humano, valorás más al otro, entendés al otro. Entonces la experiencia del COVID, gracias a los enfermeros que estaban conmigo todo el tiempo, gracias a ellos, te diría que desde el punto de vista humano yo salí mejor persona por todo lo que viví ahí.
Retrocede unos años y menciona que su respeto hacia esta profesión se da porque su madre, Irma Nelly Pérez, fue enfermera y comprende que el trabajo que realizaba era sacrificado: “Yo la veía a mi madre, en un pueblo donde había un frío atroz en invierno, levantarse a dar inyecciones a las dos de la mañana, poner el despertador, levantarse, ir a dar la inyección y volver a las 04 de la mañana, y siempre me pareció un sacrificio grande el que hacía”.
En plena crisis pandémica (2021), enfermerxs salieron a las calles a reclamar por su condición salarial, precarización laboral y para ser incluidos en la ley 6035, que los reconoce como profesionales de la salud y les permite trabajar en condiciones dignas y así poder acceder a un salario digno, pero en CABA eso no ocurre: la enfermería queda excluida y considerada como personal administrativo. “Es un gobierno sin sensibilidad, con escasa humanidad porque de verdad no es que vaya a dañar el presupuesto de una manera tal que estén defendiendo un dinero que sea la base de un presupuesto: lo hacen por una visión clasista que se aplica, quizás, hasta sin darse cuenta a todos los niveles, y a todos los aspectos de la vida; un enfermero no es un médico y no toman dimensión de lo que significa el enfermero para el paciente. A mí me parece un hecho cruel, insensible y de bruto, no brutal, sino de brutos: hay que ser brutos para no entender cómo se puede valorar la función del profesional que está más cerca”.
Pese a que ya el tiempo transcurrió desde su internación, la lectura que hace de su estadía es que la pasó muy bien consigo mismo, no tuvo temores, aunque el insomnio se presentó sin golpear la puerta, y su “amada música” fue una de sus grandes compañeras: “Entre la música, la capacidad para estar conmigo y los enfermeros compuse un mundo, estuve muy feliz”.
El arte de entusiasmar
Su cultura y pasión por el arte nacen en Cardona, un pueblo de 7000 habitantes en Uruguay, su país de nacimiento. Se autoproclama como un “entusiasmador” porque le agrada recomendar. Y, cuando lo llaman para contarle que efectivamente lo vieron y les gustó, para él eso es un éxito.
-¿De dónde nace ese deseo de difundir la cartelera cultural?
-De la gratitud y del deseo que eso perdure, que eso esté fuerte, que se mantenga siempre. Yo fui testigo de cambios muy dolorosos en el mundo. La llegada de la televisión muy fuerte en los años 60 determinó cambios sustanciales en un pueblo donde había fútbol de salón, básquet, fútbol nocturno grande, teatro, gente en la vereda en los veranos, el bullicio, las confiterías llenas, ese mundo se terminó, la televisión llevó a todos, a cada cual, para su casa, entonces yo asistí a ese tipo de muertes. No quiero que cierren todos los teatros porque la gente no va, no quiero que haya menos teatro, quiero que haya más, porque eso me parece que es la única expectativa y esperanza para un mundo mejor. No es encerrados en sus casas, mirando televisión, mirando películas, achicando el mundo intelectual y el mundo de la sensibilidad, por eso cualquier teatro que me dicen, cualquier cosa que veo, yo trato de recomendar.
-En febrero de este año, debutó como dramaturgo con una obra de comedia dramática, “El Reproche”, que aborda cuestiones de géneros y abre un sinfín de reflexiones en tiempos prósperos para el empoderamiento femenino y el cuestionamiento de la masculinidad. ¿Plantea un nuevo paradigma de géneros?
-No, eso viene de siempre, siempre tuve una visión feminista de la vida, aunque no sea muy exacto decir que mi comportamiento es total. Todavía hay vicios culturales que supongo que afloran en algún momento, yo no los veo pero debe haber. No puedo decir que he llegado ni mucho menos a cierta perfección, pero yo tengo una visión muy feminista de la vida, para mí la mujer es un centro enorme, tengo un inmenso respeto por la mujer, culturalmente estamos atravesados por conductas, pareceres, rapideces en lo que decimos que vienen de una estructura de muchos años con la que hay que luchar cotidianamente y yo he sido muy consciente de la injusticia que hay en el mundo hacia la mujer y lo sigo viendo todavía, por lo tanto yo creo que el paradigma que mencionás es una actitud natural. Yo creo que se ha producido una revolución en el mundo, en la humanidad, con el protagonismo de la mujer y eso se trasluce en todos lados. Si mirás el Congreso, si mirás la conformación de una Cámara de Diputados, un plantel de un canal, de una radio, yo creo que se han dado pasos muy interesantes.
-Hoy la gran presencia de mujeres en el poder trae indudablemente una incomodidad a ciertos sectores.¿Qué piensa de las fake news y la duda implantada con respecto al intento de magnicidio de Cristina Fernández por diferentes medios?
–Las redes sociales se convirtieron en la desgracia de la información, un arrebato violento de la verdad a tal punto que en este momento, otra vez, son más creíbles los medios tradicionales que lo que pasa en las redes. De los medios convencionales tenemos una crisis que en la Argentina se expresa más violentamente porque aquí los medios se concentraron y avanzaron sobre otros tipos de intereses, entonces el drama, para la Argentina, es tener medios que para poder acceder a otras formas de poder, por ejemplo Clarín, accede a Telecom, entonces esta excepcionalidad que tiene la Argentina es una cosa increíble. Lo que sucede es que empeoran, hemos llegado a límites inimaginables, y al otro día consiguen algo peor.
-¿Por ejemplo?
-Este editorial de La Nación negando el atentado es un colmo inadmisible, pero si vos pensás el invento de que a Nisman lo asesinaron, también es inadmisible para la inteligencia de las personas, y sin embargo ellos se acostumbraron a sostener la mentira y la falacia porque esa mentira les permitió, en términos políticos, posicionarse de una manera determinada para acceder a aquellos otros elementos de poder que les apetecía, por ejemplo las comunicaciones, Fibertel, Cablevisión, los contenidos, se han quedado con todo a través de la gestión política. Y una gestión política hecha con los medios, por lo tanto los medios se volvieron absolutamente políticos y perdieron esa posibilidad de mirar las cosas, ponerlas un poco en perspectiva, mirarlas aunque sea relativamente de afuera. Siempre hay una ideología pero no una ideología que, para defenderla, tengas necesidad de mentir: este es el drama en el que está metido la Argentina.
-¿Por qué piensa que se inició este proceso?
-Por la discusión por la ley de medios y el hecho de que ellos tengan que defender esa concentración alevosa que tenían. El gobierno trató de hacer divisiones de ese poder, y generaron un conflicto que, para mantener el poder que tenían, era necesario vencer a ese gobierno y poner a otro.
-¿Piensa que Cristina puede ser candidata a la presidencia del 2023?
-Es la única candidata que representa la manera de ver la vida que yo coincido, o ella coincide conmigo, yo no tengo ninguna actitud de compinchería. Lo concreto es que hay una sola persona en el país que puede luchar por una igualdad, por una equidad, por un cuidado de los sectores medios y más vulnerables y no para entregarle permanentemente a la elite dominante las riquezas y el poder desenfrenado que tienen ahora. La única que puede hacerlo es ella, por lo tanto, si ella está en condiciones físicas, si su corazón y su cuerpo le dan, yo creo que sería bueno que sea candidata.
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