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LA ERA DESPUÉS DEL DERRUMBE


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Construir sobre las ruinas

Por Matías Cardoso, Ezequiel Caserio, Lucas Novelle y Ezequiel Soria.

 

El pasado 7 de noviembre se cumplieron diez años de la desaparición de la Federación Argentina de Voleibol (FAV). La lucha de su titular Mario Goijman por un dinero que no aparece, los conflictos con la Selección argentina y la creación de las dos entidades madre del vóley nacional. Las claves de un deporte que murió y volvió a nacer.

Ya había pasado más de un mes del inicio del Mundial de voleibol que se realizó en Argentina en 2002 y la FAV no había cobrado los 400.000 dólares que le correspondían en concepto del 10% del contrato de televisión que se firmó con ESPN por la transmisión del torneo. En representación de la Federación nacional, Mario Goijman le escribió una carta a Rubén Acosta, por entonces titular de la FIVB, en la que le reclamaba el reintegro de ese dinero, puesto que como la Federación internacional no había pagado, Goijman había puesto dinero de su propio bolsillo e incluso había avalado un préstamo del banco Credicoop para concretar la realización del campeonato. La respuesta que recibió fue una citación para  una reunión en la sede de la FIVB en Lausana, Suiza.

En la ciudad europea las malas noticias cayeron en masa sobre la FAV. Acusaron a Mario Goijman y a la Argentina de haber cobrado contratos ilegítimos y los expulsaron del circuito mundial. La Selección argentina no podía volver a competir como un representativo nacional bajo el amparo de la FAV y el pago de los 400.000 dólares quedaba atado a una futura auditoría.

Los contratos ilegales de los que acusaron a Goijman fueron en realidad canjes. Uno fue con la empresa Plusmar, que puso los ómnibus para todos los traslados dentro de Buenos Aires y Córdoba, pidiendo a cambio publicidad estática. Otro que solicitó la misma modalidad, fue el diario La Nación, que cedió dos páginas durante todo el Mundial. Aeropuertos Argentina 2000 se hizo cargo de los stands informativos en los aeropuertos y se convirtió en el sponsor oficial. Aerolíneas Argentinas brindó un 10% de descuento en vuelos de cabotaje y fue el transportador oficial. Ninguno de esos “contratos ilegítimos” fue cobrado en billetes.

Según las cifras que publica el sitio web de Play the Game, los acuerdos económicos firmados en concepto de televisación del Mundial 2002 alcanzan la cifra de 4.600.000 dólares, mientras que los convenios de publicidad habían sido por 1.108.234 dólares. De todos estos contratos, correspondían a la FAV (o a Mario Goijman) el 10% por haberlos conseguido. El problema erradicó en que todo ese dinero fue depositado en las cuentas de la FIVB.

La FAV había arreglado la televisación con ESPN por 4.000.000 dólares y contratos con Quilmes, Quini 6, Sancor, Visa y Orígenes AFJP por 150.000 pesos.  Todo eso fue firmado por Acosta en nombre de la FIVB y sin embargo ese dinero nunca llegó a las arcas argentinas. A esto se le sumaban 600.000 dólares con la empresa de televisión japonesa TBS, que firmó también Acosta y del cual no hay registros, por lo que se calcula que la suma de dinero podría haber sido mayor.

 

 

Lo que molestó a la FIVB fue la amplia difusión que hizo Goijman del conflicto por el dinero. El titular de la Federación Argentina hizo lobby en los medios hablando del buen nombre de la FAV, que trabajaba con intensidad para la organización del evento y se quejaba abiertamente de la desconfianza del organismo internacional, que no se animaba a anticipar el dinero por la crisis que golpeaba al país.

Luego de tres horas de acusaciones en Suiza y con su expulsión consumada, Goijman se puso en contacto con abogados de ese país para comenzar su pelea histórica e iniciar dos juicios. El primero fue civil, contra la medida de expulsión. El otro fue penal: por la adulteración del balance, malversación de fondos y administración fraudulenta contra Acosta y Jean Pierre Seppey (gerente general de la FIVB). Mario Goijman había descubierto en 2002 que había un balance dibujado que correspondía al año 2000 en el que los auditores habían aclarado que “no se tenía en cuenta en dicha evaluación la suma de 8.300.000 dólares pagados en concepto de comisiones por la FIVB”. El apartado en el que esto se aclaraba fue borrado del balance que se presentó a los delegados nacionales, de allí la sospecha del dirigente argentino. También inició una acción de cobranza por el dinero que le debían a la FAV. Esto empezó el 7 de noviembre, y las acciones judiciales comenzaron el 20 de diciembre.

 

Mientras tanto Acosta le mandaba una carta a la FAV explicando que debían nombrar otro presidente para salvarse de la expulsión. La FAV se reunió y decidió apoyar a Goijman. De los 20 dirigentes, 17 estuvieron a favor del titular y tres se abstuvieron. El mexicano Acosta resolvió la expulsión de 14 miembros de la FAV, el resto presentó la renuncia antes. Entre los que se abstuvieron estaba Alejandro Bolgeri, secretario general de la institución argentina, quien se había reunido con Acosta en Mar del Plata. En esa reunión se acordó que Bolgeri quedaría a cargo de la Federación Argentina. Lo concreto es que tras la desaparición de la FAV, nació de sus cenizas la Federación de Voleibol Argentino, FeVA, a cargo del arquitecto Alejandro Bolgeri. Esta nueva entidad hoy nuclea a todas las actividades que tienen que ver con el seleccionado nacional y colabora en la organización de la liga femenina. Con la FeVA nació también la Asociación de Clubes Liga Argentina de Voleibol (ACLAV), entidad que maneja una competencia con un sistema de franquicias similar al de la NBA y un formato de juego similar al de la Liga Nacional de Básquet. Ambas instituciones tienen los derechos de comercialización reservados a una sola empresa: IDS Sports, manejada por Marcelo Tinelli.

 

 

A diez años del conflicto, se sabe que Rubén Acosta cobró 33.000.000 de dólares en comisiones, es decir, cuatro veces más de lo que había descubierto Goijman en 2002, y el doble de lo que había logrado indagar el juez en lo penal. La cifra fue blanqueada por la propia FIVB, que hoy preside el chino Jizhong Wei, el mismo que había sido secretario legal y luego vicepresidente de Acosta durante sus 24 años de mandato. Pero no hubo represalias, debido a que el cobro de estas comisiones estaba avalado por viejos estatutos del organismo internacional.

Los juicios de Goijman no obtuvieron los resultados esperados. El juicio penal murió cuando el juez le dio el beneficio de la duda al mexicano Acosta y rechazó la apelación del argentino, puesto que debía ser la FIVB quien presentara ese recurso al ser la víctima. Lo curioso es que el abogado de la FIVB era el mismo que defendió a Acosta. Por otra parte, el -juicio civil quedó inconcluso, ya que Goijman no pudo continuar pagando a sus abogados suizos a causa de un embargo del banco Credicoop por casi 2.000.000 de dólares.

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Acosta y el amor por lo propio

Joao Havelange y Juan Antonio Samaranch son conocidos en todo el mundo por sus largos periodos como presidentes de la FIFA y del Comité Olímpico Internacional (COI), respectivamente. Siempre se los ligó por el hecho de hacer negocios que generaron ganancias para sus propios bolsillos con esas entidades, que ya no presiden. El mexicano Rubén Acosta, quien fue presidente de la Federación Internacional de Volleyball (FIVB) durante 24 años, se lo puede vincular con estos nombres. Un hombre que siempre consideró los intereses personales por encima de sus responsabilidades colectivas. En su haber tiene gastos en cabarets con personajes VIP, compra de pasajes de avión a su esposa Malú y a sus familiares, residencias lujosas, entre otros lujos.Acosta tuvo una mano derecha, Jean Pierre Seppey, quien fue gerente general de la FIVB, hasta que decidió expulsarlo de la asociación. “En las elecciones de Tokio 2006, que todavía están bajo reclamo judicial, no propuso mi candidatura e hizo todo para ser reelegido por aclamación”, denunció el suizo. Además, reveló que Acosta mantuvo una relación íntima con la jugadora del equipo ruso de voleibol Kratcheva.El Tribunal de Ética del COI mandó una carta en la que recomendó la destitución de Acosta de la FIVB. La sugerencia nunca tomó efecto, dado que el mexicano amenazó con hablar sobre los trapos sucios en el olimpismo. Esta advertencia le permitió seguir en el poder hasta cumplir 70 años, edad límite para conservar el cargo. Todos estos acontecimientos sucedieron cuando ya tenía en sus bolsillos más de 30 millones de dólares por comisiones de contratos de patrocinio y de televisación que sólo él podía autorizar. Otra irregularidad apareció con la compra de una mansión en Suiza. A pedido de Acosta, la FIVB “invirtió” en este inmueble 1,2 millones dólares y remodeló los terrenos por la suma de 30 millones. Lo curioso es que esa residencia era habitada desde hacía 10 años por Acosta y su familia, ya que había pertenecido a su suegro.

 

 

Aún más llamativo es que el padre de Malú murió seis meses antes de la transacción. Entonces, ella y su hermana decidieron vendérsela a la FIVB, sin pagar los impuestos a la herencia porque en Suiza son muy elevados. Las firmas fueron falsificadas y todo siguió como si nada.Hoy, Acosta disfruta de su retiro.

Se jacta de ser Presidente Honorario Vitalicio de la FIVB y amigo de Havelange y Samaranch. Mientras tanto, la actual autoridad máxima del vóley mundial es el chino Wei Jizhong, ex vicepresidente durante el mandato de Acosta. Cuando el oriental asumió en mayo del 2009 declaró que seguiría el “legado” de “principios democráticos y justos” que dejó el mexicano.


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