Cuando se habla de violencia en el fútbol es imperativo querer encontrar a un culpable o un chivo expiatorio. Generalmente, o al menos es la parte que los medios quieren mostrar, la culpabilidad recae sobre las conocidas “barras bravas”. Si bien es cierto que gran porcentaje de los incidentes que se presentan en ocasiones en dicho deporte en los estadios vienen de la mano de estos grupos, se debe hacer un análisis más profundo. Esto se debe a que si no se ahondara en el tema, la respuesta a la violencia en el fútbol sería la más fácil, sacar a las barras de los estadios. Pero esto no es así ya que la culpabilidad no proviene sólo de este colectivo sino que va mucho más allá, llegando hasta los dirigentes de los clubes y políticos del país.
Por Juan Cruz Arias
Metafóricamente hablando, podemos hacer una comparación de la violencia en el fútbol como un árbol, a la hora de encontrar al causante de esta problemática. La violencia en el fútbol sería el tronco, las barras bravas, los intereses económicos, los dirigentes, las fuerzas públicas, entre otras, serían las ramificaciones y por último, el modelo de sociedad sería la raíz. Así se conformaría el árbol de la violencia en el fútbol. Si bien se pone a la sociedad como raíz, es decir lo que le da vida a esta problemática, no se le puede atribuir la totalidad de la culpa. Entonces, se establece como raíz ya que las acciones violentas cometidas provienen de una o más personas, que son parte, en definitiva, de una sociedad.
Por otra parte, al no existir un único culpable, la resolución de la violencia en el fútbol es más compleja. Ya que no es cuestión de una tomar una decisión como la de sacar la hinchada visitante. Si bien es una problemática difícil de resolver, se debería tener en cuenta más de una medida para terminar con esto. Y tocando este tema vuelven a aparecer las barras bravas y la “no solución” de sacarlas del estadio. “Hay que hacer como en Inglaterra”, debe ser el cliché más grande cuando se analiza esta problemática. Nada asegura que el aumento de entradas en Argentina, marginando a la clase baja y culpándola de manera indirecta, sea una medida que resuelva la violencia, ya que en ocasiones también han ocurrido incidentes en los sectores más caros de las canchas conocidos como “plateas”.
Así las cosas, sin una resolución certera para este asunto, los problemas se siguen acrecentando. Los incidentes violentos en torno al fútbol ya dejaron solo de existir en la disciplina profesional, para desplazarse a las categorías inferiores y hasta, también, las ligas amateurs. El caso más reciente tiene lugar en la Liga de Futsal Metropolitana, en un amistoso entre el Club Unión de Munro y el Industrial. En el medio del encuentro, una pelea entre los jugadores contó con la intervención de todos los que se encontraban viendo el partido. El tío de unos de los jóvenes del Industrial, identificado como Sergio Baldauf, se metió en la cancha y agredió al entrenador del equipo contrario, Fernando “Cucusa” Pereiras, y lo golpeó en la cabeza. El técnico del CUM cayó inconsciente en el acto y fue trasladado al Sanatorio de la Providencia donde, luego de tres días en coma y una cirugía, falleció. En tanto a lo dicho en la primera parte del texto, los intereses económicos o las barras o la lucha por el poder, aquí no tienen precedencia. Entonces, podemos entender mejor porque la sociedad es la raíz de esta problemática sin solución.
Juan Manuel Álvarez, jugador del CUM y testigo de los hechos, luego de manifestar su tristeza en torno a la defunción del entrenador, dio su punto de vista sobre la violencia en el futbol que ya parece haber aterrizado en la Liga de Futsal Metropolitana. “Hace 10 años que estoy en el club y nunca había visto que ocurra algo similar. Insultos o algún agarrón siempre hay, pero que muera alguien por un partido de futbol es algo catastrófico”. Ya son 318 las vidas que se tomó este deporte y no parece que ese sea el número final. “Es difícil encontrar una explicación a lo que paso, uno ahora prende la tele y ve que en el futbol profesional hay problemas todos los fines de semana, es lógico que cada tanto alguien muera, es una cuestión de estadística”. Juan Manuel no tenía la respuesta fácil, le costaba hablar del tema, le temblaba la voz y cada vez que mencionaba a su entrenador se le ponían los ojos llorosos.
“No hay un culpable, si bien a Cucusa lo mató una persona, el tema es mucho más grande, si hacemos hincapié en la violencia en las canchas o el fútbol. Yo suelo ir a ver a Colegiales y veo el quilombo que es, si la Policía quiere te pega, haces la fila todo apretado, y también tenés que tener cuidado con los que tenés al lado que si los miras mal te dicen de pelear o hasta te afanan. La gente tiene un pensamiento podrido, todo a los golpes resuelven. Uno no puede ir a ver futbol tranquilo. Y no digo que esto pasa en Colegiales, un club chico y más barrial, soy hincha de Racing y cuando voy a la cancha pasa lo mismo. Solo que ahí las autoridades son los barras y te manejan todo. La llamada ‘Guardia Imperial’, cuando llega a la cancha empiezan a empujar a todos y si no haces caso te fajan, es así”. Una visión larga y no muy compleja dio Juan Manuel sobre lo que pasa en las canchas, y dando las dos caras de la moneda (club grande y club chico). Por último se refirió a como los barras están legitimados. “La barra es el dueño de la tribuna, al menos esto es lo que nos hacen creer a todos desde que se crearon estos grupos. Llegan sobre la hora al partido y se acomodan como quieren, te obligan a cantar y algunos ni ven lo que pasa en la cancha. Pero esto esta instaurado, tanto en Racing como en todos los demás equipos. Nadie se queja, nadie hace nada. El que trata de hacer desaparece. Detrás de esto hay un interés, es todo por plata, sino no estarían ahí. También creo que de las autoridades del club deciden quien maneja la barra, yo no me como el verso de que es al revés. Y creo que hasta los medios y los programas periodísticos tienen mucho que ver con esto. Ya que viven destacando cuando no está la barra que el partido tiene un color más apagado o que cuando hay un tema nuevo lo difunden. Le dan protagonismo y gracias a esto se instauran como un grupo superior”.
¿Quién es el culpable de la violencia en el fútbol?¿Cual es la solución?¿Las barras son los únicos que generan esto? Preguntas retoricas que giran en torno a esta problemática. Para que este tema deje de ser una preocupación habría que hacer una limpieza general con todo lo que tiene que ver con el ámbito deportivo, y también educar a la sociedad y sancionar realmente a los causantes de los distintos hechos, ya que la suspensión de una cancha o una tribuna o la quita de puntos o una sanción económica, no es algo que solucione la problemática, sino que la estira para un futuro cercano.
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