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La sonrisa celeste y blanca


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Argentina le ganó  a Australia 2 a 1 y avanzó a cuartos de final de la Copa del Mundo. El escenario fue el Estadio Ahmad bin Ali. Los gritos de gol fueron de Lionel Messi en la primera mitad y Julián Álvarez en el complemento. Mientras que el descuento llegó en contra tras un desvío en Enzo Fernandez.


Ya no existen cuentas ni ecuaciones, la respuesta es ganar o ganar y mientras en la previa se intentó especular con la jerarquía de los equipos, puertas adentro se afrontó el desafío con el compromiso que pedía la jugada. Fueron muy pocos días de descanso para los jugadores argentinos, casi que podrían contarse en horas, y el partido propuso un gran desgaste físico contra un rival que en los papeles se imponía desde la altura y la velocidad de los laterales.

Desde el comienzo Argentina buscó tener la pelota o, en tal caso, recuperarla rápidamente, lo más cerca posible del arco rival. No hubo mucho protagonismo en las áreas y el juego se enfocó en el centro de la cancha. Faltando diez minutos para el descanso Alexis Mac Allister filtró un pase que Otamendi supo rebotar para la entrada de Lionel, por el centro del área, que lo definió esquinado. El capitán argentino, además, celebró su partido número mil (gracias por eso) y lo hizo siendo el más relevante de la cancha.

El segundo tiempo creció en intensidad (y en expectativa). Si bien la Selección tenía la ventaja, cuando ambos equipos están obligados, no hay muchas más opciones que trabajar para mantener el arco propio en cero. A la presión de los australianos, Argentina le propuso más presión y en una corrida de Rodrigo De Paul, para achicar la salida del arquero, Julián Alvarez recuperó una pelota que quedó en el área y con una media vuelta de goleador consiguió el 2 a 0.

El descuento llegó en un momento en que Australia se animó a tener la pelota pero no fue por generar una situación de peligro. Un remate desde lejos del arco rebotó en la espalda de Enzo Fernandez y se clavó cerca del palo de Dibu Martinez, sin que pudiera hacer nada. Justamente, la jugada para destacar es que el arquero argentino haya logrado ser protagonista en la única pelota clara que propuso el equipo rival. Achicó el espacio, agrandó su cuerpo y resolvió un mano a mano en dos tiempos. A partir de ahora, las atajadas también se festejan como goles.

Otra vez el partido comenzó en los entrenamientos previos cuando Scaloni y su cuerpo técnico pusieron en juego a los posibles protagonistas y eligieron. En esta oportunidad resaltó el ingreso de Alejandro Gómez desde el inicio, para reemplazar a Ángel Di María y la ratificación de Julián Álvarez como nueve. Lautaro Martínez ingresó en el complemento y no pudo concretar las dos oportunidades que tuvo. Mientras que Lisandro Martínez, también ingresando del banco se sumó de muy buena manera a la dupla de centrales que volvieron a destacarse en su función.

Como ya es costumbre pudimos ver a los jugadores con la sonrisa celeste y blanca. La que aparece después del pitazo final y en agradecimiento a la compañía de la hinchada (otra vez protagonista) entre cantos y saludos que denotan la alegría de Messi y sus compañeros dando otro paso mundialista. Ahora sí, quedan varios días de descanso hasta el próximo viernes 9, para afrontar el cruce en cuartos de final contra Países Bajos de Louis Van Gaal.


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