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La transformación de Graciela Alfano


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La ex modelo, actriz y vedette asegura que hoy se encuentra en un momento “menos narcisista”. En diálogo con ETER Digital repasa los hitos que marcaron su historia ante las cámaras, afirma que ella trajo Twitter a la TV y revela que quiere escribir un libro.


Protagonista de escándalos, conflictos y de una televisión que hoy ya no existe, Graciela Alfano hoy elige el camino de una vida más simple, “menos narcisista”. A sus 70 años declarados, la ex actriz, modelo y vedette disfruta de salir a merendar con su nieta Nina en el restó ubicado dentro del ex palacio Errázuriz-Alvear, más conocido como el Museo Nacional de Arte Decorativo.

Tras atravesar un proceso de introspección por problemas de salud durante la pandemia de Covid19, Alfano afirma que adquirió nuevas herramientas y que le gustaría compartirlas con la gente. “Estoy en una transformación y quiero que haya un contenido en los mensajes que transmitimos más allá de lo visual -razona en diálogo con ETER Digital-  En mi caso hice un camino, estoy bien parada y está bueno compartirlo con el que le sirva”. 

Pensativa concluye: “Creo que soy una persona escuchada, que imprimo en muchas vidas”. Y casi parafraseando al tío Ben en la película Spiderman, agrega: “Eso conlleva una responsabilidad”.

-Hoy, con tanto camino recorrido, si mirás hacia atrás,  ¿cuáles considerás que fueron los hitos en tu carrera?

-Mi carrera empezó cuando me eligieron en la playa como finalista de un concurso de una revista que se llamaba Miss siete días. En ese momento tenía un novio en Mar del Plata y quería volver a verlo, entonces aproveché, me anoté y salí ganadora. Después me casé con ese muchacho, así que terminó bien la historia. Ahí empezó el boom de Graciela Alfano y me convertí en alguien hiperfamosa de la mañana a la noche. También creo que fue importante cuando produje una película, que se llamó “La invitación”, a mis 26 años. Fue dirigida por Manuel Antín y estaba basada en la novela de Beatriz Guido. Fue muy fuerte porque actuaba un papel muy dramático por primera vez y al mismo tiempo tenía que estar en la producción. Necesitó de mucho tiempo y dedicación.

-Fuiste actriz, productora, conductora de televisión, vedette, modelo, ¿en qué rol te sentiste más a gusto?

-Siempre me sentí incómoda al principio. Mi carrera tomó muchas variantes, y eso representa cómo soy yo. Cuando empiezo a sentir que las cosas me salen de taquito, ya necesito un desafío nuevo. Cuando empecé era una estudiante de ingeniería. Imaginate una estudiante de ingeniería que tenía que ir a un concurso de belleza y después ser modelo. Hoy con las redes sociales cualquiera puede ser famoso, pero en ese momento había que trabajar como un perro para lograrlo.

-Hablando de desafíos, ¿cómo fue tu encuentro con las redes sociales?

Aunque no lo puedan creer, yo traje Twitter a la televisión. Es algo loco. Creo que era 2008 o antes y estaba en Nueva York. Una prima mía que vivía ahí me dice: “No tenemos que hablar por teléfono, ¿por qué no usas esta aplicación, que es la que usan los taxistas para sus conversaciones internas?”. Me la bajé. Twitter en esa época era una cosa muy pequeña, tenías cuatro seguidores:  amigos y familia, y podía escribir hasta documentos. Entonces la traje a Argentina y la incorporé al programa que estaba haciendo, el Bailando por un Sueño. 

-¿Y cómo lo sumaste a la TV?

-Empecé a hacer una cosa muy loca: era jurada ante la cámara y mientras tanto, transmitía por Twitter. Les contaba a los seguidores a quién iba a elegir, quién se iba a salvar, cómo veía todo desde mi punto de vista. Empezaron a crecer los seguidores de una manera increíble y posteriormente Twitter se hizo un boom con otras figuras importantes.

-Ese contacto tan estrecho con la audiencia, ¿no te generó problemas con la producción del Bailando?

-Sí, un día vino el productor del programa y me sacó el teléfono. Cuando le pregunté por qué lo hacía, me contestó: “¡Le estás contando a todos los seguidores quien se va a salvar!”. Es decir, todavía no se entendía en la televisión qué era esa aplicación, pero sabían que me tenían que sacar el teléfono.

-¿No te diste cuenta en ese momento del alcance que tenías con esa aplicación?

-En realidad, yo creía que mis seguidores en redes eran muchos menos. Pero fui una de las primeras diez que llegó al millón. Igualmente ahora no sé qué va a pasar porque he tenido que atravesar temas importantes, muy transformadores de los que todavía no hablo, pero siento que Graciela se transforma de nuevo.

-¿Identificás cuál fue el punto de inflexión que generó el comienzo de esta transformación?

-La pandemia, temas serios de salud.

-¿Y de qué se trata esta transformación?

-Si bien soy una persona muy positiva para seguir adelante, también fui adquiriendo herramientas que me gustaría compartir con la gente. Seguramente se venga algún libro porque es algo que se queda pendiente. Mirá, yo planté este árbol hace unos tres años (señala una planta detrás de ella). Desarrollé un interés muy grande en todo lo que hace al clima, los animales, la salud y creo que una de las cosas positivas que trajo la pandemia es que la gente se cuida más y tomó conciencia sobre varias cosas. Incluso en el contacto con las mascotas. Hay otra mentalidad en general.

-¿Sentís que la información es accesible para que todos logren esa mentalidad? 

-No, falta educación. Me gusta que los niños vivan en un contexto natural en donde no reciban toda la información desde arriba, sino que aprendan a partir del contacto con la naturaleza.

-¿Qué te gustaría cambiar?

-Me parece que como sociedad deberíamos ocuparnos de la educación. Todos hablamos de cambio climático, pero en cuántas reuniones se plantea el tema en serio, con datos. Inclusive en programas de televisión podrían invitar gente informada para  educarnos. Habría que hablar puntualmente de alimentos, dónde elegirlos, el agua, la polución…

– ¿Crees que las nuevas generaciones tienen más conciencia sobre el tema?

-Totalmente. Mi nieta de dos años hace compost, lava el plástico… El hardware de las personas ya es diferente. Las personas mayores podemos actualizar el software, tenemos esa obligación. 


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